Tras un encuentro trilateral en París con el presidente francés Emmanuel Macron y el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky reiteró su llamado a garantías de seguridad robustas como prerrequisito para cualquier negociación de paz con Rusia. La reunión, celebrada en el marco de la reapertura de la Catedral de Notre Dame, marcó el primer viaje internacional de Trump tras su victoria electoral y ofreció una plataforma para discutir el futuro del conflicto en Ucrania.
Zelensky: La paz requiere garantías, no solo firmas
Zelensky, en un comunicado posterior a la reunión, enfatizó que una paz duradera no puede ser simplemente el resultado de “un trozo de papel y unas cuantas firmas”. Recordando las intervenciones militares rusas en Georgia, Moldavia, Siria y África, el líder ucraniano argumentó que Rusia ha demostrado una tendencia a romper acuerdos y reiniciar hostilidades. Por lo tanto, insistió en que cualquier acuerdo de paz debe estar respaldado por garantías de seguridad internacionales que disuadan a Rusia de futuras agresiones.
El presidente ucraniano subrayó la necesidad de que estas garantías sean “efectivas” y “justas”, asegurando la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Además, deben ser lo suficientemente sólidas como para prevenir que Rusia “destruya la paz en unos años”, como, según Zelensky, ha ocurrido en otros conflictos. Esta postura refleja la profunda desconfianza de Ucrania hacia Rusia y la necesidad de un compromiso internacional firme para garantizar la seguridad a largo plazo.
Las declaraciones de Zelensky se produjeron después de que Trump, en un mensaje publicado en redes sociales, pidiera un alto el fuego inmediato en Ucrania y el inicio de negociaciones de paz. Si bien Zelensky coincidió en la necesidad de la paz, sus comentarios resaltaron la importancia de abordar las causas subyacentes del conflicto y establecer mecanismos para prevenir futuras agresiones. “Los ucranianos quieren la paz más que nadie”, afirmó Zelensky, “pero una paz real, no una pausa que permita a Rusia reagruparse y volver a atacar.”
Discrepancias en las cifras de bajas
Un punto de divergencia entre Zelensky y Trump surgió en relación con las cifras de bajas en el conflicto. Trump, en su mensaje, estimó las bajas rusas en “cerca de 600.000 soldados” entre muertos y heridos, y las ucranianas en 400.000 soldados y “muchos civiles más”. Zelensky, sin embargo, presentó cifras significativamente diferentes.
Según el líder ucraniano, Rusia ha sufrido 750.000 bajas, con 198.000 muertos y más de 550.000 heridos. Ucrania, por su parte, habría perdido 43.000 soldados y tendría 370.000 heridos, de los cuales la mitad habría regresado al frente. Estas discrepancias en las cifras, aunque no inusuales en tiempos de guerra, reflejan la dificultad de obtener información precisa en un conflicto activo y la posible utilización de las estadísticas con fines propagandísticos.
Más allá de las cifras precisas, la magnitud de las pérdidas humanas en ambos bandos subraya la brutalidad del conflicto y la urgencia de encontrar una solución pacífica. Sin embargo, como señaló Zelensky, la paz no puede construirse sobre cimientos inestables. “Un alto el fuego sin garantías puede ser reavivado en cualquier momento”, advirtió, “como Putin ya ha hecho antes”.
El rol de Estados Unidos y la comunidad internacional
En sus declaraciones, Zelensky hizo un llamado directo a Trump y a la comunidad internacional para que asuman un rol más activo en la búsqueda de la paz. “Solo se le puede detener [a Putin] a través de la fortaleza”, afirmó, “la fortaleza de líderes mundiales que se pueden convertir en líderes de la paz”. Estas palabras reflejan la necesidad de un liderazgo firme y coordinado para presionar a Rusia y garantizar el cumplimiento de cualquier acuerdo de paz.
La reunión en París, aunque breve, sentó las bases para futuras discusiones sobre el conflicto en Ucrania. La insistencia de Zelensky en las garantías de seguridad, junto con el llamado de Trump a un alto el fuego inmediato, marcan el inicio de un nuevo capítulo en las relaciones internacionales y en la búsqueda de una solución pacífica a la guerra en Ucrania. El desafío ahora radica en traducir estas declaraciones en acciones concretas que conduzcan a una paz duradera y justa.
La postura de Trump, aún con matices, marca un cambio con respecto a la administración Biden, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del apoyo estadounidense a Ucrania. Esta incertidumbre, a su vez, añade complejidad a la búsqueda de una solución negociada al conflicto. La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos de la administración Trump y su impacto en el equilibrio geopolítico de la región.