En las últimas semanas, dos noticias relacionadas con robos han generado un debate en las redes sociales y en la opinión pública. Por un lado, la historia de un hombre que persiguió y obligó a un ladrón a devolver un celular robado a un jubilado se volvió viral, generando una ola de aplausos y comentarios positivos. Por otro lado, la detención de dos adolescentes por el robo de un auto, con antecedentes de varios robos, expone la complejidad del sistema judicial ante menores infractores y la sensación de impunidad en ciertos sectores de la población. Estos dos sucesos, aparentemente aislados, reflejan diferentes caras de la inseguridad y plantean interrogantes sobre la justicia, la acción ciudadana y el sistema de protección a menores.
El héroe anónimo de TikTok: La reacción viral
El video que se viralizó en TikTok muestra a un hombre que, junto a su hija, intercepta a un ladrón que acaba de robarle el celular a un jubilado. La valentía del hombre al enfrentar al ladrón y exigirle la devolución del teléfono, ha generado una oleada de comentarios positivos en redes sociales. Los usuarios aplauden su acción rápida y eficaz, mostrando la posibilidad de una respuesta ciudadana inmediata y efectiva frente a un delito. El gesto, captado por la cámara de la hija, ha trascendido lo local, convirtiéndose en un ejemplo de la justicia popular.
Sin embargo, más allá de la satisfacción generada por esta historia con final feliz, también existen interrogantes que nos plantea la escena: ¿Es esta la mejor forma de enfrentarse a un delito? ¿Qué hubiera pasado si el ladrón hubiera reaccionado con violencia? ¿Qué riesgos asumió el hombre al perseguir al delincuente? La escena resalta el coraje, pero también genera una reflexión sobre la forma de actuar ante situaciones de robo.
La impunidad de los menores infractores: Un problema sin resolver
Contrariamente a la respuesta ciudadana que demuestra el video viral, la detención de dos adolescentes de 15 años por el robo de un auto en la ciudad de Córdoba, arroja una luz cruda sobre las dificultades que enfrenta el sistema judicial argentino en el caso de los menores infractores. A pesar de tener varios antecedentes delictivos, su condición de inimputables impide un castigo eficaz, generando frustración en las víctimas y preocupación entre los vecinos.
La jueza a cargo del caso solicitó a la Senaf que profundice el abordaje con los adolescentes y les prohibió acercarse al barrio donde ocurrió el robo, así como a la víctima. Si bien se tomaron algunas medidas, persiste la incertidumbre sobre la real efectividad de dichas acciones. Los antecedentes de los jóvenes, señalados por la policía como autores de robos reiterados a conductores de aplicaciones, dejan en evidencia la incapacidad de las medidas actuales para detener la reincidencia. Esta realidad deja en claro un punto crítico, ¿qué se puede hacer para proteger a la sociedad de este tipo de conductas reiteradas, sin violar los derechos de los adolescentes?
En este punto, las diferentes reacciones del ciudadano común en TikTok, y la decisión de la jueza muestran la grieta entre la justicia ciudadana y la justicia formal ante este tipo de problemáticas. La justicia ciudadana se presenta a veces como rápida y efectiva, pero implica un riesgo para quienes la imparten. Mientras que la justicia formal se ve limitada por las leyes que protegen a los menores y la poca respuesta desde el lado de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) que debería abordar este tipo de problemas sociales en la raíz.
El debate sobre la imputabilidad de menores: ¿Una solución necesaria?
La inacción ante los reiterados delitos de los menores infractores reaviva el debate sobre la baja de la edad de imputabilidad. El Ministro de Seguridad de Córdoba ha expresado su postura a favor, manifestando que la policía debe actuar con independencia de la edad del implicado. Sin embargo, esta postura genera una controversia, ya que se presenta una disyuntiva moral y jurídica en el tratamiento de los jóvenes.
Por un lado, la sociedad reclama justicia y seguridad. Por el otro lado, las leyes existentes defienden los derechos de los menores, planteando la necesidad de buscar soluciones que combinen justicia y protección de los derechos de los niños. La cuestión es encontrar un punto de equilibrio que asegure la seguridad ciudadana sin sacrificar los derechos de los más vulnerables.
Un problema que exige soluciones integrales
En definitiva, las dos noticias analizadas reflejan la complejidad del problema de la inseguridad en la Argentina. La acción ciudadana, representada en el video de TikTok, muestra una iniciativa encomiable, pero individual. La falta de respuesta eficaz ante la reincidencia delictiva de menores infractores expone las debilidades del sistema formal. Se necesitan respuestas integrales e innovadoras para abordar las raíces del problema: políticas preventivas, mayor inversión en educación y salud en los barrios vulnerables, y la creación de alternativas que incorporen la justicia reparativa y medidas que se centren en la rehabilitación de los jóvenes, para evitar que las respuestas ante el delito se reduzca solo a una justicia individual y aislada.
La viralidad de la historia del hombre que recuperó el celular es un ejemplo, una anécdota que muestra lo que se podría hacer, pero no se trata de la solución definitiva al problema. Las respuestas que la sociedad demanda y que los políticos y el sistema de justicia deben brindar deben ser más sólidas, sistémicas, y con un mayor impacto a largo plazo. El debate está abierto, y la responsabilidad es de todos.