¿Te has preguntado alguna vez qué secretos oscuros se esconden detrás de una dictadura? En Argentina, durante los años de plomo, Jorge Rafael Videla emergió como un símbolo de horror y negación. Hoy, documentos inéditos sacuden los cimientos de su impunidad, revelando la trama de encubrimiento del robo sistemático de bebés, uno de los crímenes más atroces de su régimen. Archivos desenterrados exponen una red de mentiras y complicidades que intentaron borrar la historia de cientos de niños y niñas arrebatados de sus familias. ¿Cómo pudo Videla negar semejante atrocidad? ¿Qué papel jugaron sus cómplices en este macabro plan?
Videla y el Robo de Bebés: El Archivo Secreto del Horror
En 2006, mientras la justicia argentina reabría los juicios por crímenes de lesa humanidad, Videla se encerró a escribir sus memorias, un libro que nunca vio la luz. En “Recuerdos de una gestión de gobierno”, el dictador no solo repasaba sus días al frente del régimen, sino que también despotricaba contra lo que consideraba una persecución judicial. Un capítulo central estaba dedicado a negar la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños y niñas, el delito que lo condenó a 50 años de prisión. Su obsesión por la impunidad lo llevó a construir una narrativa falaz, pero, ¿qué tan lejos estaba dispuesto a llegar para proteger su legado?
Videla se apoyó en un supuesto “trabajo” del abogado Florencio Varela, exjuez y funcionario de la dictadura, quien aseguraba que no había evidencias ni testigos creíbles de la sustracción de bebés. Sin embargo, los archivos de Videla revelan la meticulosidad con la que el dictador buscó construir una narrativa falaz para evadir su responsabilidad. ¿Era Varela un simple abogado o un cómplice clave en la trama de encubrimiento?
El encono de Videla contra las Abuelas de Plaza de Mayo era evidente. La denuncia de las Abuelas, que lo devolvió a la cárcel en 1998, lo obsesionaba. El robo de bebés era uno de los pocos delitos que no había quedado amparado por las leyes de amnistía, y Videla era consciente de que su nombre estaría para siempre asociado a esa infamia. ¿Por qué las Abuelas eran una amenaza tan grande para Videla? ¿Qué significaba el robo de bebés para su régimen?
El Plan Cóndor: Una Confesión a Medias en el Archivo Secreto de Videla
En su intento por reescribir la historia, Videla también se refirió al Plan Cóndor, la coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur. Negó la existencia de un documento con tal denominación, pero admitió el intercambio de información entre las Fuerzas Armadas de la región. “Solo cabe decir que jamás vi un documento con tal denominación, lo que no quita la existencia de intercambio de información existente entre las Fuerzas Armadas del Cono Sud como una necesidad funcional no explícita en el marco de una guerra regional contra un enemigo común”, escribió. Esta admisión, aunque velada, confirma la existencia de una asociación ilícita de alcance regional, tal como la caracterizó la justicia argentina en 2016. ¿Qué implicaciones tuvo esta coordinación represiva en el robo de bebés?
Videla insistió en presentar la sustracción de niños y niñas como hechos aislados, negando la existencia de un plan sistemático. “Las autoridades militares, lejos de planificar la sustracción de menores, habían previsto los procedimientos a seguir para su restitución a los respectivos familiares. Tan es así que quedaron registrados más de 200 casos de menores, hijos de matrimonios detenidos en allanamientos, que fueron devueltos a sus familiares en el transcurso del Proceso de Reorganización Nacional”, se excusó. Esta afirmación contradice las pruebas irrefutables presentadas ante los tribunales argentinos, que demostraron la existencia de un plan sistemático de robo de niños y niñas. ¿Cómo se puede justificar la apropiación de un niño? ¿Qué clase de ser humano puede separar a un bebé de su familia?
Florencio Varela: El Abogado que Intentó Borrar el Horror
Los datos que Videla volcó en su libro provenían de un informe elaborado por Florencio Varela, exjuez y secretario del Menor y la Familia de la dictadura. Varela, también abogado de Santiago Omar Riveros, excomandante de Institutos Militares, se dedicó a negar la existencia del plan sistemático de robo de bebés. En una conferencia dictada en el Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas (COFA) en 2000, Varela presentó una supuesta “reconstrucción” de los hechos, afirmando que la dictadura había devuelto a 204 chicos y chicas. “El solo leer esta lista arroja una inmediata conclusión: devolver los menores era lo cotidiano, lo sistemático”, decía el informe. ¿Cómo pudo Varela justificar lo injustificable? ¿Qué motivaciones lo llevaron a negar la verdad?
Varela llegó al extremo de desacreditar a las Abuelas de Plaza de Mayo, acusándolas de utilizar la búsqueda de sus nietos como un “pretexto de agitación política” y de rozar la figura de la “falsa denuncia”. Sus argumentos, basados en la negación de testimonios y evidencias, revelan la bajeza moral de quienes intentaron ocultar la verdad. ¿Cómo se atrevió Varela a atacar a las Abuelas? ¿No sentía empatía por su dolor?
Los Casos que Varela Intentó Desaparecer de la Memoria Colectiva
En su intento por deslegitimar la búsqueda de las Abuelas, Florencio Varela mencionó casos concretos de mujeres embarazadas o que fueron separadas de sus bebés al momento de ser secuestradas. En cada uno de ellos, Varela negó la existencia de pruebas o testimonios creíbles que confirmaran la sustracción de los menores. Sin embargo, la historia demostró que Varela mentía descaradamente. A pesar de sus esfuerzos por borrar la verdad, la memoria de las víctimas y la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado imponerse.
- Susana Pegoraro: Varela decía que no había referencias del nacimiento, pero Evelin Bauer Pegoraro ya había sido localizada y había sido apropiada por el marino Policarpo Vázquez.
- Patricia Roisinblit: Varela hablaba de un “presunto embarazo”, pero Mariana Eva Pérez, la hija de Patricia, encontró a su hermano Guillermo, quien había sido apropiado por Francisco Gómez, personal de la Fuerza Aérea.
- María Hilda Pérez de Donda: Varela afirmaba que no había “testigos ni evidencias de la sustracción del menor”, pero Victoria Donda Pérez restituyó su identidad y descubrió que había sido apropiada por el prefecto Juan Antonio Azic, que operaba en la ESMA.
- María Graciela Tauro: Varela sostenía que no había evidencias de la sustracción, pero Ezequiel Rochistein Tauro restituyó su identidad y descubrió que había sido apropiado por Juan Vázquez Sarmiento, integrante del área de inteligencia de la Fuerza Aérea.
- Silvia Mónica Quintela: Varela decía que no había testimonios de parto ni de sustracción, pero Francisco Madariaga Quintela recuperó su identidad y pudo reencontrarse con su papá, Abel Madariaga, secretario de Abuelas de Plaza de Mayo. Francisco había sido apropiado por Víctor Gallo, integrante del Batallón de Inteligencia 601.
- Laura Estela Carlotto: Varela decía que no había testigos directos del parto, pero Ignacio Montoya Carlotto, nieto de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, restituyó su identidad.
- Sara Rita Méndez: Varela decía que no había constancias firmes de la existencia del menor, pero Simón Gatti Méndez restituyó su identidad y pudo encontrarse con su mamá, que lo buscó sin respiro.
La Memoria Triunfa: El Legado de las Abuelas
Los archivos que el Poder Judicial encontró en poder de Videla sobre el robo de niños muestran las mentiras que los jerarcas de la dictadura construyeron para ocultar uno de los crímenes más aberrantes. Estos documentos son una prueba irrefutable de la trama de encubrimiento que se orquestó desde el poder para negar la existencia de un plan sistemático de apropiación de bebés. A pesar de los intentos de Videla y sus cómplices por borrar la historia, la memoria de las víctimas y la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado imponer la verdad. Su perseverancia y valentía son un ejemplo para el mundo.
La restitución de la identidad de 139 nietos y nietas es un triunfo de la justicia y una muestra de que la impunidad no puede prevalecer. Sin embargo, la búsqueda continúa, y aún quedan cientos de niños y niñas apropiados que esperan recuperar su verdadera identidad. En un contexto social y político en el que el negacionismo resurge con fuerza, es fundamental mantener viva la memoria y seguir exigiendo justicia para que nunca más se repitan crímenes como el robo de bebés. ¿Qué podemos hacer para apoyar a las Abuelas en su lucha?
Para apoyar a las Abuelas de Plaza de Mayo, puedes informarte sobre su labor, difundir su mensaje en redes sociales, participar en eventos y actividades en su apoyo, y realizar donaciones para financiar su trabajo. Si tienes información sobre posibles casos de apropiación, puedes denunciarlos ante las autoridades competentes o contactar directamente a las Abuelas. Tu participación es fundamental para mantener viva la memoria y seguir buscando la verdad y la justicia.
Victoria Montenegro: Una Historia de Resiliencia
La historia de Victoria Montenegro, una de las nietas recuperadas, es un testimonio conmovedor del horror del robo de bebés y de la lucha por la identidad. Victoria creció como María Sol Tetzlaff, el nombre que le dieron sus apropiadores, y durante años defendió a quienes la habían criado, desconociendo su verdadera historia. “En esos 25 años tuve una formación ideológica muy fuerte, en la que me enseñaron que en nuestro país había habido una guerra y que todos los que se llamaban desaparecidos mentían”, recuerda Victoria. Su testimonio nos recuerda que detrás de cada número hay una vida, una historia, una familia destrozada.
Sin embargo, al conocer la verdad sobre sus orígenes, Victoria sintió la necesidad de reparar el daño causado por sus apropiadores y de honrar la memoria de sus padres biológicos, Hilda Torres y Roque Montenegro, quienes fueron detenidos, torturados y desaparecidos por la dictadura. “Si hay algo que me alivió mucho fue poder aportar a la justicia como Victoria. Todo lo que había hecho en la justicia lo hice como María Sol, para defender a mi apropiador para obstaculizar el avance de la justicia, para no saber la verdad, para no saber qué pasó con mis papás”, señala. Su valentía es un faro de esperanza en medio de la oscuridad.
La historia de Victoria Montenegro es un ejemplo de resiliencia y de la importancia de la memoria para construir un futuro en el que la verdad y la justicia prevalezcan sobre la impunidad y el negacionismo. ¿Qué podemos aprender de su experiencia? ¿Cómo podemos honrar la memoria de sus padres?
“El nombre que te pusieron tus padres cuando naciste a la vida, es lo más básico que te pueden robar.”
Un Llamado a la Acción: No Permitamos que se Repita
La historia del robo de bebés durante la dictadura argentina es una herida abierta que sigue sangrando. Sin embargo, la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo y de los nietos recuperados es un faro de esperanza que ilumina el camino hacia la justicia y la verdad. A pesar de los obstáculos y las dificultades, su perseverancia ha logrado derribar el muro del silencio y el negacionismo, y ha demostrado que la memoria es el arma más poderosa contra la impunidad. No podemos permitir que su lucha sea en vano.
En un país que aún busca saldar las cuentas con su pasado, es fundamental recordar las mentiras de Videla y de todos aquellos que intentaron ocultar la verdad sobre el robo de bebés. Su negacionismo es un insulto a la memoria de las víctimas y un obstáculo para la construcción de una sociedad más justa y democrática. Por eso, es imprescindible seguir investigando, juzgando y condenando a todos los responsables de estos crímenes, para que nunca más se repitan. La justicia es un deber para con las víctimas y para con las futuras generaciones.