Uzbekistán, la perla de la Ruta de la Seda, se enfrenta a un dilema crucial. La creciente ola de turismo, propulsada por la ‘Estrategia Uzbekistán 2030’, amenaza con borrar la autenticidad de ciudades milenarias como Bujará y Samarcanda. ¿Estamos ante un genuino desarrollo económico o ante la transformación de un valioso legado cultural en un mero parque temático para turistas?
El Impacto Económico del Turismo Masivo en Uzbekistán
La ‘Estrategia Uzbekistán 2030’ promete un auge económico a través del turismo. Sin embargo, ¿quiénes son los verdaderos beneficiarios de esta estrategia? ¿Se está priorizando el bienestar de las comunidades locales o se está cediendo ante los intereses de las grandes corporaciones y los inversores extranjeros?
Bujará Eterna: ¿Espejismo de Modernidad o Despojo Cultural?
El proyecto ‘Bujará Eterna’, un ambicioso complejo de ocio en las afueras del casco antiguo, personifica esta preocupante dualidad. Prometido como un ‘parque etnográfico’, los planos revelan una visión inquietante: centros comerciales modernistas, estanques adornados con arte abstracto y hoteles de lujo que empequeñecen la arquitectura tradicional. ¿Dónde reside el alma de Bujará en este escenario artificial?
La demolición del estadio deportivo local, un espacio público vital para los habitantes, para dar paso a este complejo turístico, simboliza la creciente priorización del turismo sobre las necesidades de la comunidad. ¿Es este el futuro que deseamos para nuestras ciudades históricas: espacios despojados de su identidad y convertidos en simples decorados para el consumo turístico?
Rustam Khaydarov, subdirector general de Enter Engineering, la empresa constructora, argumenta que ‘no están tratando de replicar edificios históricos, sino crear algo que tenga su propio impacto’. Sin embargo, ¿a qué precio? ¿Es aceptable sacrificar la autenticidad y la memoria histórica en aras de un ‘impacto’ que parece priorizar la estética moderna sobre la preservación del legado cultural?
La Unesco, garante de la protección del patrimonio mundial, se encuentra en una encrucijada. Aunque ‘Bujará Eterna’ se ubica en la ‘zona de amortiguación’ y requiere su aprobación, la demolición avanza sin control. ¿Está la Unesco realmente comprometida con la defensa del patrimonio uzbeko o se limita a observar impotente cómo se diluye su esencia?
Samarcanda: ¿Transformación Turística o Pérdida de Identidad?
Samarcanda, otra ciudad emblemática de Uzbekistán, también está experimentando una transformación radical. El empresario Bakhtiyor Fazilov, con su inversión en una nueva aerolínea, un aeropuerto internacional y el complejo ‘Silk Road Samarkand’, parece resuelto a convertir la ciudad en un destino turístico de primer nivel. Pero, ¿a qué costo?
El complejo ‘Silk Road Samarkand’, calificado como un ‘facsímil de Disneylandia’, genera serias dudas sobre la visión del desarrollo turístico en Uzbekistán. ¿Deseamos ciudades desprovistas de alma, esterilizadas y carentes de autenticidad? ¿O aspiramos a un turismo que respete y valore el patrimonio cultural y la vida de las comunidades locales?
Consecuencias Sociales: El Descontento Silenciado
El modelo de desarrollo turístico que se está promoviendo en Uzbekistán parece priorizar los intereses de los turistas adinerados y de las empresas constructoras por encima de las necesidades de las comunidades locales. Los ‘clústeres turísticos’ prometidos, con sus hoteles de lujo y sus centros comerciales modernistas, ¿beneficiarán realmente a la población local o contribuirán a la gentrificación y al desplazamiento?
Svetlana Gorshenina denuncia el ‘vaciado de los centros urbanos de sus habitantes’ y la creación de ‘zonas turísticas’ separadas del resto de la ciudad. ¿Estamos construyendo ciudades para turistas o ciudades para personas?
No deberíamos permitir que Bujará se convierta en una ciudad sólo para turistas, sino también para sus habitantes. Corre el riesgo de transformarse en una Venecia en el desierto
La Voz de los Guardianes del Patrimonio Cultural
Svetlana Gorshenina, investigadora y miembro de Alerte Héritage, una asociación uzbeka de protección del patrimonio, critica la ‘autoexotización’ y la ‘autoorientalización’ que impulsan el turismo en Uzbekistán. ‘El concepto de la Ruta de la Seda se aplica a todo’, afirma. ‘Se ha convertido en nuestro único reclamo comercial y es una especie de vestigio del colonialismo’. ¿Estamos repitiendo los errores del pasado al mercantilizar nuestra propia cultura?
Un arquitecto uzbeko, que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias, expresa su inquietud por la fragilidad de Bujará: ‘No debería convertirse en una ciudad sólo para turistas, sino también para sus habitantes. Corre el riesgo de convertirse en una Venecia en el desierto’. ¿Estamos sentenciando a nuestras ciudades históricas a convertirse en parques temáticos para turistas adinerados, expulsando a sus habitantes y desvaneciendo su identidad?
El Lamento por la Arquitectura Soviética Desaparecida
La demolición de edificios de la era soviética, como la antigua sede regional del Partido Comunista en Bujará, es otro motivo de preocupación. Si bien es comprensible que Uzbekistán desee distanciarse de su pasado soviético, ¿es imperativo borrar todo vestigio de esa época? ¿No forma también parte de su historia y de su identidad?
El arquitecto uzbeko lamenta la repetición de errores del pasado: ‘La Unión Soviética destruyó gran parte del patrimonio y lo sustituyó por edificios soviéticos porque quería dejar su propia huella. Esa tradición de demolición sigue, por desgracia, en nuestra sangre’. ¿Estamos destinados a repetir los mismos errores, destruyendo nuestro patrimonio en nombre del progreso y la modernidad?
Amenaza al Patrimonio: Un Legado en Peligro de Extinción
El acelerado desarrollo turístico en Uzbekistán plantea serias interrogantes sobre la preservación de su rico patrimonio cultural. La construcción de hoteles de lujo, centros comerciales y parques temáticos amenaza con alterar irreversiblemente la autenticidad de ciudades milenarias como Bujará y Samarcanda.
En otras ciudades históricas, el turismo masivo ha provocado la degradación del patrimonio cultural, el aumento de los precios, la pérdida de identidad local y la conversión de los centros históricos en parques temáticos para turistas. ¿Está Uzbekistán condenada a repetir estos errores?
La ‘autoexotización’ y la ‘autoorientalización’ que impulsan el turismo en Uzbekistán también contribuyen a la mercantilización de la cultura y a la pérdida de autenticidad. El concepto de la Ruta de la Seda se ha convertido en un cliché comercial que reduce la riqueza y la diversidad del patrimonio uzbeko a un simple producto turístico.
Un Llamado Urgente a la Acción
Es hora de levantar la voz y exigir un modelo de desarrollo turístico más sostenible y equitativo para Uzbekistán. Debemos proteger el patrimonio cultural, promover el bienestar de las comunidades locales y garantizar que el turismo beneficie a todos, no solo a unos pocos. No podemos permitir que Uzbekistán se transforme en una ‘Venecia del desierto’, una mera caricatura de su antiguo esplendor.
La UNESCO debe tomar medidas concretas para proteger el patrimonio uzbeko y garantizar que los proyectos de desarrollo turístico cumplan con los estándares internacionales de conservación. Las autoridades uzbekas deben escuchar las voces de la sociedad civil y priorizar el bienestar de sus ciudadanos por encima de los intereses económicos a corto plazo.
Como viajeros, tenemos la responsabilidad de elegir un turismo responsable que respete el patrimonio cultural y contribuya al bienestar de las comunidades locales. Podemos apoyar a las empresas locales, alojarnos en casas de huéspedes tradicionales y aprender sobre la historia y la cultura de Uzbekistán de manera auténtica y respetuosa.
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No podemos permitir que el auge turístico destruya el alma de Uzbekistán. Debemos actuar ahora para proteger su patrimonio cultural y garantizar un futuro sostenible para sus ciudades históricas.