¿Cómo explicar el vacío que deja una partida inesperada? El fallecimiento de Rubén Torrente, a los 62 años, mientras disfrutaba de un partido de fútbol, ha sumido en la tristeza a su familia y amigos. Un hombre sano, deportista, cuya vida se apagó de repente, dejando un profundo dolor en el corazón de su hijo Vicente, de su viuda Natalia Lezcano, y de Araceli González, ex pareja y madre de su hija Flor Torrente.
A través de los testimonios de Natalia y Araceli, intentaremos reconstruir los últimos momentos de Rubén y compartir el legado de amor y alegría que dejó en sus vidas. Sus palabras son un reflejo de la fragilidad de la existencia y una invitación a valorar cada instante junto a nuestros seres queridos.
Un adiós inesperado: El relato de Natalia Lezcano
Con la voz entrecortada por el dolor, Natalia Lezcano, viuda de Rubén Torrente, compartió en un emotivo video el shock y la incredulidad ante la repentina partida de su esposo. Sus palabras, cargadas de amor y admiración, dibujan la figura de un hombre vital y sano.
“Ante todo, gracias por el apoyo incondicional, por los mensajes, llamados. Sé que hay mucha gente que está preocupada por mí y por Vicente. A todos les tocó desde algún lado la situación porque no es lo común. Rubén no estaba enfermo, no tenía nada. Era supersano, no consumía alcohol ni fumó nunca. Era superdeportista”
Rubén, según relata Natalia, era un hombre que amaba el deporte y cuidaba su salud. Su inesperado fallecimiento, mientras disfrutaba de un partido de fútbol, ha sido un golpe devastador para su familia, especialmente para su hijo Vicente.
El llamado que cambió sus vidas
Natalia describe con dolor el instante en que recibió la noticia que cambiaría sus vidas para siempre.
“Rubén muere con 62 años jugando al fútbol. Fue el jueves 27 a jugar un partido con un papá amigo del cole y con Vicente, que peloteaba en la cancha de al lado. A las nueve y un minuto recibo el llamado que nos cambió la vida para siempre, donde me dicen que se había descompensado y que lo estaban reanimando. Su corazón se detuvo y ya no se pudo hacer más nada”
En su relato, se percibe el desconcierto y la angustia de una mujer que de repente se enfrenta a la pérdida del compañero de su vida. Un llamado que interrumpió una noche cualquiera y que marcó un antes y un después en la vida de su familia.
El mensaje de Araceli González a su hija Flor
Araceli González, ex pareja de Rubén y madre de Flor Torrente, también expresó su dolor y envió un mensaje de amor y consuelo a su hija en este difícil momento.
“¡Hija hermosa! Te abrazo esa almita bella. ¡Leerte me destroza, pero sos una leona en todos los órdenes! Ambos te amamos desde el día uno. ¡Él quería mujer y así fue! ¡Te ama porque seguirá cuidándote de cerca, eso lo sabés! Nada más bello que vos en nuestras vidas, lo más bello. Siempre, a pesar de todo, estuvimos a tu lado. Eras nuestra prioridad. ¡Vos sos amada y eso es hermoso! Ay, hija, Dios santo. ¡Me parte leerte! Tan buena hija, conciliadora y amorosa. El resto te lo dije y te lo seguiré diciendo a vos. Eras su orgullo. Tus dolores eran de los tres. Y tus triunfos también. Así será hasta el infinito y más allá. Mamá”
En estas palabras, se refleja el profundo amor y la admiración de una madre hacia su hija, un abrazo virtual que busca reconfortar y fortalecer a Flor en este momento de inmenso dolor. Araceli le recuerda a su hija que no está sola y que siempre contará con su amor incondicional.
A pesar del tiempo transcurrido desde su separación, Araceli y Rubén mantuvieron un vínculo cordial por el bienestar de su hija. La noticia de la muerte de Rubén removió recuerdos y emociones en Araceli, quien no dudó en expresar su cariño y solidaridad hacia Flor.
Un legado imborrable
La partida de Rubén Torrente deja un vacío irremplazable en la vida de sus seres queridos, pero también un legado de amor, alegría y pasión por el deporte. Su recuerdo perdurará en el corazón de su familia y amigos, quienes lo recordarán como un hombre bueno, generoso y dedicado a su familia.
En este momento de duelo, acompañamos a Flor Torrente, Araceli González, Natalia Lezcano y a toda la familia Torrente en su dolor. Que encuentren consuelo en el amor y el apoyo de sus seres queridos, y que la memoria de Rubén les brinde la fortaleza para seguir adelante.
La historia de Rubén Torrente nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir cada día con intensidad, de valorar los momentos simples y de expresar nuestro amor a quienes nos rodean. Su repentina partida nos recuerda que la vida es un regalo precioso que debemos cuidar y disfrutar al máximo.