Mar del Plata, la ciudad que la abrazó en sus últimos años, fue el escenario de una despedida íntima y conmovedora para Lía Crucet, la icónica Reina de la Bailanta. Bajo un cielo primaveral, familiares, amigos y un puñado de fieles seguidores se reunieron para darle el último adiós a la artista que marcó una época en la música tropical argentina.
Un adiós en la intimidad
Alejada de los escenarios por problemas de salud, Lía Crucet había elegido Mar del Plata como su refugio. En esa ciudad, donde pasó sus últimos días, se realizó una ceremonia íntima en el Cementerio Parque, donde sus restos fueron cremados, respetando su última voluntad. Un reducido cortejo de cuatro autos acompañó el féretro desde la casa velatoria hasta el crematorio, en un recorrido silencioso y cargado de emociones contenidas.
Karina Crucet, hija de la cantante y también artista, fue la imagen del dolor en la despedida. Su llanto desconsolado, la compañía inseparable de su esposo Sebastián Román, y sus palabras en redes sociales, reflejaron la profunda tristeza que embarga a la familia y a los fanáticos de Lía. “Hasta siempre MA, juntas hasta el último suspiro… te amo”, escribió Karina en su cuenta de Instagram, junto a una foto donde se la ve abrazada al ataúd de su madre.
El recuerdo de una reina
Más allá del dolor de la despedida, en el aire flotaba el recuerdo de una artista que trascendió la música. Lía Crucet, con su carisma inigualable y su voz potente, se convirtió en un ícono de la movida tropical, dejando un legado de canciones que forman parte de la banda sonora de la vida de miles de argentinos. “La Güera Salomé”, “Qué Bello” y otros éxitos resonaban en la memoria de los presentes, como un eco de las fiestas, los bailes y las alegrías que Lía supo regalar a lo largo de su carrera.
En el velatorio, realizado el día anterior, la atmósfera fue similar. Una mezcla de tristeza, respeto y gratitud se respiraba en la sala donde familiares, amigos y fanáticos se acercaron para despedir a la artista. “Ella era de la gente”, repetían muchos, reconociendo en Lía no solo a una cantante talentosa, sino a una persona cercana, que supo conectar con su público de una manera genuina.
El legado de Lía Crucet
Lía Crucet dejó una huella imborrable en la música popular argentina. Su música, llena de ritmo y alegría, acompañó a generaciones de argentinos en sus momentos de celebración y diversión. Pero más allá de sus éxitos musicales, Lía será recordada por su personalidad arrolladora, su cercanía con la gente y su capacidad para conectar con las emociones de su público.
Su partida deja un vacío en el mundo de la cumbia, pero su música seguirá sonando en las pistas de baile y en el corazón de sus fans. Lía Crucet, la Reina de la Bailanta, vivirá por siempre en el recuerdo de quienes la amaron y disfrutaron de su arte.
En sus últimos días, según relató el productor Gaby González, quien la acompañó en el geriátrico, Lía aún recitaba sus canciones con la velocidad de antaño, demostrando que la pasión por la música la acompañó hasta el final. “Le preguntaba si se acordaba de sus canciones y ella me las recitaba muy rápido”, contó González, conmovido por el recuerdo.
El futuro de la dinastía Crucet
Con la partida de Lía, la responsabilidad de mantener vivo su legado recae en su hija Karina, quien ha seguido sus pasos en el mundo de la música. En sus emotivas palabras de despedida, Karina no solo expresó su dolor, sino también su compromiso de honrar la memoria de su madre. “Los invito a pasar, o sea, a despedirla. Porque ella era de la gente”, dijo Karina, en un llamado a mantener viva la llama de la música de Lía Crucet.
El futuro dirá si Karina logra ocupar el lugar que su madre dejó en la escena tropical. Lo que es seguro es que la música de Lía Crucet seguirá sonando, y su recuerdo permanecerá vivo en el corazón de sus fans. La despedida en Mar del Plata fue solo un hasta luego, un momento para recordar y agradecer a la artista que hizo bailar y cantar a generaciones enteras.
La partida de Lía Crucet deja un vacío en la música tropical argentina. Sin embargo, su legado de alegría, ritmo y pasión seguirá vivo en sus canciones y en el recuerdo de sus fans. Su hija Karina, heredera de su talento y carisma, tiene la difícil tarea de continuar con su legado, pero cuenta con el apoyo incondicional del público que amó a Lía y que seguramente la acompañará en este nuevo camino.