El asesinato de Andrés “Pillín” Bracamonte, líder de la barra brava de Rosario Central, ocurrido el 9 de noviembre tras el partido contra San Lorenzo, ha generado una profunda conmoción en el ambiente futbolístico y ha impulsado la implementación de medidas de seguridad excepcionales para el próximo encuentro del equipo rosarino, que será este sábado 30 de noviembre contra Racing Club.
Medidas de Seguridad
El Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe ha tomado la iniciativa de implementar un estricto protocolo de seguridad para el partido, considerando la posibilidad de incidentes o represalias relacionados con el crimen. Esto implica un cambio significativo en el horario del encuentro, que se adelantó a las 17:00 horas para asegurar que finalice con luz diurna, facilitando el trabajo de las fuerzas de seguridad y la evacuación de los espectadores.
Además de modificar el horario, se han impuesto restricciones en la tribuna popular Norte (la bandeja de Regatas), donde usualmente se ubican las barras bravas. Queda totalmente prohibida la entrada de banderas, estandartes, instrumentos musicales y redes con imágenes de la institución. Esta medida busca limitar las posibilidades de exhibiciones de grupos violentos y de cualquier provocación que pueda desatar incidentes durante o después del partido.
La decisión de adelantar el horario del partido ha generado algunas discusiones. La coincidencia horaria con la final de la Copa Libertadores entre equipos brasileños, que se disputará en el Estadio Monumental, podría afectar la audiencia televisiva y la cobertura mediática del partido entre Central y Racing. Sin embargo, las autoridades de seguridad priorizan la prevención de incidentes y consideran que las medidas adoptadas son necesarias para salvaguardar la integridad de los asistentes.
Antecedentes y Contexto
El asesinato de Pillín Bracamonte y su acompañante, Daniel “Rana” Attardo, no solo fue un hecho de violencia extrema, sino que representa un reflejo de la problemática de la violencia en las canchas de fútbol argentinas. La barra brava de Central tenía antecedentes de enfrentamientos y vinculaciones con grupos criminales de la ciudad de Rosario. Este contexto de violencia organizada influyó decisivamente en la toma de las medidas de seguridad para este partido.
La medida de prohibir elementos como banderas y bombos, a pesar de las protestas de algunos hinchas, es vista por muchos como una acción necesaria para disuadir posibles actos violentos o de provocación. La preocupación por la escalada de violencia entre las barras no se limita a este partido en particular sino que se extiende a los próximos encuentros de local del club.
Es importante destacar que el cambio de horario y la prohibición de elementos en la popular Norte no son acciones aisladas, sino parte de una estrategia más amplia de control y prevención de la violencia que abarca la revisión de protocolos y operativos de seguridad, mejoras en las cámaras de vigilancia, aumento de la presencia policial en el estadio y sus alrededores, y una mayor coordinación entre los distintos organismos de seguridad.
El Rol del Estado y la Responsabilidad Social
El Ministerio de Seguridad provincial ha asumido un rol proactivo en la prevención de hechos de violencia en los estadios, demostrando un compromiso claro con la seguridad de los espectadores. El cambio de horario, acompañado de las restricciones para la hinchada, refleja el interés por proteger a los ciudadanos, quienes deben ser capaces de disfrutar de los eventos deportivos sin sufrir riesgos innecesarios.
Sin embargo, las medidas de seguridad representan una responsabilidad compartida. La responsabilidad de evitar actos violentos recae no solo en el Ministerio de Seguridad, sino también en la dirigencia de Rosario Central, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la Liga Profesional de Fútbol, la misma hinchada del club y el resto de los actores del fútbol argentino, que deben comprometerse con la erradicación de la violencia en los estadios.
El operativo de seguridad para Central-Racing marca un punto de inflexión y servirá como prueba para los próximos partidos del club. Su éxito dependerá de la efectividad de las medidas implementadas, pero también del comportamiento de la hinchada. La erradicación de la violencia en el fútbol es un trabajo en conjunto, una tarea continua que requiere el involucramiento responsable de todos los actores.
Por el momento, los esfuerzos se centran en este encuentro inmediato, pero las implicaciones trascienden el partido en sí. Se espera que este partido sirva como un ensayo general para el resto de las medidas de seguridad que se implementar
án de ahora en más. El resultado de estas políticas dependerá también del comportamiento de las barras bravas, de su respuesta al control policial, y del efecto disuasivo de las nuevas medidas.
El partido entre Rosario Central y Racing se presenta como un desafío crucial para la seguridad del fútbol argentino. El cambio de horario y las restricciones para la tribuna popular Norte, impuestas por las autoridades de seguridad de Santa Fe, reflejan una respuesta contundente a la violencia presente en el deporte. Sin embargo, estas medidas deben entenderse como una parte, una primera acción en un plan mucho más amplio y exhaustivo, que debería generar acciones concretas para prevenir y erradicar la violencia en el futbol argentino a largo plazo.