Un mes después del trágico derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, que cobró la vida de ocho personas, la ciudad balnearia se enfrenta a una nueva tragedia: el fallecimiento de María Josefa Bonazza, la única sobreviviente del desastre. Su muerte, ocurrida este jueves en el Hospital Municipal de Balcarce, eleva a nueve la cifra de víctimas fatales y reabre las heridas de una comunidad aún conmocionada por el colapso del edificio.
El Milagroso Rescate y la Lucha por la Vida
El rescate de María Josefa, de 79 años, fue un rayo de esperanza en medio de la devastación. Tras quedar atrapada entre los escombros del edificio contiguo al Dubrovnik, el Alfio I, durante más de diez horas, la mujer logró comunicarse con los rescatistas utilizando un ingenioso sistema de golpes que simulaban el código Morse. Su brazo izquierdo, milagrosamente liberado de la presión de los escombros, le permitió emitir las señales que guiaron a los bomberos hasta su ubicación. Su rescate, en la mañana del 29 de octubre, fue un momento de profunda emoción y alivio para los equipos de rescate y para todo el país que seguía con atención las noticias del derrumbe.
Tras su rescate, María Josefa fue trasladada de urgencia al Hospital Interzonal de Mar del Plata, donde recibió atención médica especializada. A pesar de la gravedad de sus lesiones, que incluían politraumatismos y fracturas, su estado inicial fue estable y alentador. Incluso llegó a conceder entrevistas desde su cama hospitalaria, mostrando una entereza admirable y un optimismo conmovedor.
Posteriormente, fue trasladada al Hospital Felipe Fossati de Balcarce, su ciudad natal, para continuar con su recuperación. Allí, experimentó una mejoría notable que le permitió regresar a su hogar a principios de noviembre. Sin embargo, su salud sufrió una serie de descompensaciones que la obligaron a reingresar al hospital en varias ocasiones. Finalmente, tras una última recaída, falleció este jueves, dejando un vacío profundo en su familia y en la comunidad.
Una Tragedia que Reabre Interrogantes
El fallecimiento de María Josefa no solo suma una nueva víctima a la tragedia del Dubrovnik, sino que también reaviva las preguntas sobre las causas del derrumbe y la responsabilidad de las autoridades. La investigación, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni, continúa en curso y tiene una docena de imputados por estrago culposo agravado. Entre ellos se encuentran el arquitecto y el contratista de una obra que se realizaba en el hotel sin la autorización correspondiente, según el Gobierno municipal de Villa Gesell.
Las pericias técnicas para determinar las causas exactas del colapso aún están en marcha. Entre las hipótesis que se manejan se encuentra la posibilidad de fallas estructurales en el edificio, agravadas por las obras que se estaban llevando a cabo. La justicia deberá determinar si hubo negligencia o irregularidades que contribuyeron al desastre y deslindar las responsabilidades correspondientes.
El derrumbe del Dubrovnik ha dejado al descubierto la precariedad de las construcciones en algunas zonas turísticas y la necesidad de reforzar los controles para garantizar la seguridad de los edificios. Asimismo, ha generado un debate sobre la responsabilidad de los propietarios, los constructores y las autoridades en la prevención de este tipo de tragedias. La muerte de María Josefa, un mes después del derrumbe, subraya la importancia de encontrar respuestas y de implementar medidas para evitar que hechos similares se repitan en el futuro.
El Recuerdo de una Mujer Resiliente
María Josefa Bonazza será recordada no solo como la única sobreviviente del derrumbe del Dubrovnik, sino también como una mujer de gran fortaleza y resiliencia. Su lucha por la vida, su ingenio para comunicarse con los rescatistas y su optimismo en medio de la adversidad conmovieron a todo un país. Su historia se convierte en un símbolo de la fragilidad de la vida y de la importancia de la esperanza en momentos de tragedia.
Vecinos de Balcarce la describen como una persona activa y querida en la comunidad. Abogada jubilada, dedicaba su tiempo a la atención de su local de ropa, “Vidu Boutique”. Su esposo, Federico César Ciocchini, fallecido en el derrumbe, la acompañaba con frecuencia en el negocio. María Josefa también tuvo una destacada participación en la política local, habiendo sido presidenta de la Coalición Cívica de Balcarce en 2010.
En los primeros minutos, le pedí que no se moviera, le decía: ‘tesoro, fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar’, pero notaba que mi marido no me respondía… Por suerte pude mantener la calma…
Sus palabras, recordadas hoy por los medios, reflejan la angustia del momento y la entereza con la que enfrentó la tragedia. Su legado de fortaleza y perseverancia permanecerá en la memoria de quienes la conocieron y de quienes siguieron su historia conmovidos por su valentía.