La Costanera de Santa Fe, escenario de innumerables atardeceres románticos y paseos familiares, se tiñó de sangre el pasado domingo. Un doble homicidio, cruel e inexplicable, conmociona a la ciudad y deja tras de sí un rastro de dolor y una terrible coincidencia que eriza la piel. Marcos Arias (50) y Norma López (45), una pareja que disfrutaba de las noches cálidas en ese paseo, fueron brutalmente atropellados y asesinados. Su hijo de 16 años, milagrosamente ileso, presenció el horror.
El testimonio de un testigo presencial es escalofriante: “Levanto la vista y veo gente volando”. Un Volkswagen Bora, conducido a toda velocidad por Valentín Giordano (19), los embistió sin piedad. El vehículo recorrió unos 200 metros antes de detenerse, dejando a su paso una escena dantesca que ha conmocionado a toda la provincia.
Una coincidencia que hiela la sangre
La tragedia adquiere una dimensión aún más impactante si se conoce la escalofriante coincidencia. Marcos Arias era primo hermano de Claudia Decurgez (44), quien perdió la vida el 21 de septiembre de este año en un incidente similar: atropellada en su bicicleta mientras se dirigía al trabajo en Santo Tomé. El conductor en aquel caso: Nicolás Mattioli (31), hijo del reconocido artista Leo Mattioli. El dolor de la familia es inconmensurable, una nueva pérdida que los deja devastados. “Estamos destruidos, otra vez, por otro hdp”, declaró Marcos Decurgez, hermano de Claudia, con la voz entrecortada por el dolor y la impotencia.
Una imagen que se repite, una fiscal que vuelve a intervenir en un caso de un horror similar; Rosana Marcolín se encuentra ante una terrible paradoja: en el mismo cementerio donde descansan los restos de Claudia, se enterraron los de Marcos y Norma. ¿Casualidad macabra o una profunda falla del sistema que permite la impunidad en las rutas santafesinas?
La búsqueda de justicia y la furia de la comunidad
La indignación es palpable en la comunidad. Giordano, el joven conductor del VW Bora, quedó detenido, acusado de doble homicidio culposo. Sin embargo, para muchos, la acusación es insuficiente. Testigos afirman que el vehículo circulaba a una velocidad exorbitante, y se especula sobre la posibilidad de que estuviera involucrado en una picada ilegal. Pero las autoridades aseguran que las pruebas disponibles aún no permiten elevar la imputación a homicidio doloso. La Fiscalía ha solicitado colaboración ciudadana para obtener más información y pruebas cruciales que permitan esclarecer los hechos.
Un testigo relata cómo el cuerpo de una de las víctimas cayó sobre su auto, activando la alarma y dejando una imagen desgarradora. La desesperación y el clamor por justicia recorren las redes sociales, alimentando la ira de una comunidad que exige cambios profundos. La fiscal Marcolin afirma: “Estamos buscando pruebas para tener clara la imputación sobre si vamos a un homicidio culposo o uno doloso agravado”. Las declaraciones judiciales indican que la pena por homicidio culposo es menor que la de un homicidio doloso, mientras que el dolo eventual tiene una pena mínima de 8 años de prisión.
El intendente santafesino, Juan Pablo Poletti, también se pronunció al respecto, lamentando profundamente la tragedia y criticando la irresponsabilidad de los jóvenes que conducen a velocidades descontroladas. La falta de control sobre las carreras ilegales en la Costanera es otra de las aristas que la tragedia deja al descubierto. Los vecinos denuncian la falta de vigilancia y la necesidad urgente de implementar medidas para evitar tragedias similares. El silencio cómplice de las autoridades ante este flagelo, ¿cuántas vidas más debe cobrar antes de que se tomen medidas drásticas?
Un llamado a la reflexión
Dos familias destrozadas, dos vidas arrebatadas en la flor de su edad, un niño que tendrá que vivir con la imagen grabada en su memoria para siempre. Esta es la terrible realidad que deja tras de sí esta tragedia, una historia que repite un patrón de dolor. La muerte de Marcos y Norma no debería ser solo una noticia más, sino un llamado a la reflexión profunda. ¿Hasta cuándo la irresponsabilidad y la impunidad seguirán cobrando víctimas? La necesidad de mayor control, de medidas preventivas efectivas, se vuelve urgente e inaplazable para evitar que esta tragedia se repita. Que esta historia sea, por lo menos, un punto de inflexión en la lucha por la seguridad vial y la justicia en Santa Fe. No es solo una tragedia, es un grito ahogado que exige respuestas. Exige justicia. Exige cambios.