La noticia golpea como un mazazo en el corazón de La Plata: Muriel Montero, la hija del reconocido artista callejero Sergio “Pachu” Montero, “La Estatua Viviente”, fue hallada sin vida en Guadalajara de Buga, Colombia. La tragedia, teñida de sospechas de femicidio, ha conmocionado a la ciudad y ha dejado a Pachu sumido en un dolor indescriptible. Mientras las autoridades colombianas investigan las circunstancias de la muerte, una campaña solidaria se ha iniciado para ayudar al artista a costear el viaje a Colombia y la repatriación del cuerpo de su hija.
Un grito de auxilio desde Colombia
La voz de Ulises Franco, amigo cercano de Pachu, fue la encargada de dar a conocer la devastadora noticia a través de las redes sociales del artista. Un mensaje desgarrador que resonó con la fuerza de un trueno en la tranquila tarde platense: “Lamentablemente Pachu está pasando un momento de mierda porque su hija Abril fue asesinada por un hijo de mil putas, ella se encontraba en Colombia”. Las palabras, crudas y directas, reflejaban la impotencia y la rabia ante la tragedia. Muriel, de tan solo 25 años, había viajado a Colombia buscando un nuevo comienzo, un futuro que le fue arrebatado brutalmente.
Las primeras informaciones que llegan desde Colombia son confusas y fragmentarias. Se habla de una discusión con su pareja, Gustavo Adolfo Sierra Ochoa, en medio de una reunión donde se consumía alcohol. Versiones contradictorias apuntan a un posible suicidio, pero el entorno de Pachu y las organizaciones feministas de La Plata insisten en la hipótesis del femicidio, señalando la necesidad de una investigación exhaustiva que esclarezca los hechos y determine las responsabilidades del caso.
La solidaridad platense se moviliza
Ante la imposibilidad económica de Pachu para viajar a Colombia, Ulises Franco no dudó en lanzar una campaña solidaria a través de las redes sociales. “A quien pueda ayudarlo y quiera colaborar, su alias es laestatua, Sergio Fabián Montero”, fue el mensaje que se viralizó rápidamente, despertando una ola de apoyo en la comunidad platense. Con cada pequeña donación, la esperanza de que Pachu pueda despedirse de su hija y traerla de regreso a casa se hace más fuerte. La solidaridad, ese abrazo invisible que une a los platenses en los momentos difíciles, se ha convertido en el único consuelo en medio de la oscuridad.
La colecta se está realizando a través de diferentes medios: transferencias bancarias, Mercado Pago y urnas ubicadas en comercios amigos del centro de la ciudad. La respuesta de la gente ha sido conmovedora, demostrando una vez más la capacidad de empatía y solidaridad de los platenses.
Vecinos, artistas callejeros, comerciantes y referentes de organizaciones sociales se han sumado a la campaña, difundiendo la información y colaborando en la recaudación de fondos. La meta es clara: reunir el dinero suficiente para cubrir los gastos del viaje, la estadía en Colombia, los trámites de repatriación y los servicios fúnebres.
Pachu, el hombre detrás de la estatua
Sergio “Pachu” Montero es mucho más que una estatua viviente. Es un ícono de la ciudad, un personaje entrañable que ha sabido ganarse el cariño y el respeto de grandes y chicos con su arte y su compromiso social. Durante años, ha permanecido inmóvil en las calles del centro, dando vida a personajes históricos y fantásticos, convirtiéndose en parte del paisaje urbano.
Pero Pachu no solo es un artista, es también un defensor de los derechos ciudadanos. Recientemente, anunció su intención de postularse para la Defensoría Ciudadana de La Plata, con el objetivo de canalizar las inquietudes y reclamos de los vecinos. Su compromiso con la comunidad lo ha llevado a involucrarse en diversas causas sociales, siempre dispuesto a tender una mano a quienes más lo necesitan.
Hoy, Pachu necesita de la solidaridad de la ciudad que tanto ama. La tragedia que lo ha golpeado ha dejado al descubierto su vulnerabilidad, pero también la fuerza de su espíritu y la esperanza de que la justicia prevalezca. Mientras tanto, la comunidad platense se une en un abrazo solidario, con la certeza de que el arte y la empatía pueden más que el dolor y la violencia.
La investigación en Colombia continúa, y se espera que en los próximos días se esclarezcan las circunstancias de la muerte de Muriel. La familia y amigos de Pachu, junto a toda la comunidad platense, exigen justicia y que se haga todo lo posible para que este caso no quede impune. La lucha contra la violencia de género es una tarea de todos, y la memoria de Muriel debe ser un recordatorio constante de la importancia de erradicar este flagelo.