A partir de enero, prepárense para una revolución en sus tickets de compra. No, no se trata de una suba generalizada de precios (aunque con este gobierno nunca se sabe…), sino de algo que venimos reclamando hace mucho: ¡transparencia fiscal! Por fin vamos a poder ver, clarito como el agua, cuánto del precio final de lo que compramos se va en impuestos. Se acabaron las especulaciones, las estimaciones y las sospechas. ¡A la luz con la carga tributaria!
El Régimen de Transparencia Fiscal: ¿Un cambio de juego?
El nuevo “Régimen de Transparencia Fiscal al Consumidor”, incluido en la Ley Bases, es un paso fundamental hacia una Argentina más transparente y responsable. Este régimen, que entrará en vigencia el 1° de enero, obligará a los comercios a desagregar en el ticket de compra el IVA y los impuestos internos. ¿Por qué es tan importante? Porque nos permitirá ver con nuestros propios ojos la magnitud de la carga impositiva que soportamos los argentinos.
Muchos se sorprenderán al descubrir que casi la mitad del precio de muchos productos se va en impuestos. Y no se trata solo de saber cuánto pagamos, sino también de entender a dónde va ese dinero. ¿Se traduce en mejores servicios públicos? ¿En infraestructura de calidad? ¿En un Estado eficiente? Es hora de hacernos estas preguntas y exigir respuestas.
La implementación del régimen se hará por etapas. En la primera, que comienza en enero, participarán los grandes comercios como supermercados y cadenas de electrodomésticos. Luego, se espera que las provincias se adhieran al sistema, mostrando también los impuestos provinciales y, ojalá, las tasas municipales. Estas últimas, muchas veces arbitrarias y sin una contraprestación clara, son una de las principales causas del ahogo fiscal que sufren las empresas y los consumidores.
¿Cómo leeremos los nuevos tickets?
En una primera instancia, los tickets desagregarán el IVA y los Impuestos Internos. Para simplificar, se comenzará con estos dos tributos que se aplican a nivel nacional en todos los productos, aunque con porcentajes variables según el caso.
La idea es que el ticket muestre, además del precio final, el desglose de cada impuesto que se está pagando. Imaginen: compran un paquete de yerba y ven cuánto se va en IVA, cuánto en impuestos internos, y así sucesivamente. Esto permitirá a los consumidores tener una idea clara de cuánto están contribuyendo al fisco con cada compra.
El camino hacia una mayor conciencia fiscal
Este nuevo régimen no es solo una cuestión de números, sino de conciencia. Al ver cuánto pagamos en impuestos, nos convertiremos en ciudadanos más informados y exigentes. Podremos evaluar mejor las políticas públicas y exigir a nuestros gobernantes que administren los recursos con responsabilidad y eficiencia.
Además, la transparencia fiscal es fundamental para combatir la evasión. Cuando los ciudadanos comprenden la importancia de los impuestos y cómo se utilizan (o deberían utilizarse) para el bien común, están más dispuestos a cumplir con sus obligaciones tributarias. La transparencia genera confianza, y la confianza es la base de un sistema fiscal justo y equitativo.
No seamos ingenuos: la implementación de este régimen no será un camino de rosas. Habrá resistencia por parte de algunos sectores, problemas técnicos que resolver y seguramente, intentos de boicotear la iniciativa. Pero es un paso en la dirección correcta, un avance hacia una Argentina donde lo público sea sinónimo de transparencia y rendición de cuentas.
Brasil, por ejemplo, implementó un sistema similar en 2012 y los resultados han sido positivos. Los consumidores brasileños saben cuánto pagan en impuestos y exigen a sus gobernantes que los usen con responsabilidad. Es hora de que Argentina siga este ejemplo.
El rol de las empresas y la sociedad
Para que este régimen funcione, es crucial la colaboración de las empresas. Deben adaptar sus sistemas para poder desagregar los impuestos en los tickets de compra y brindar información clara y precisa a los consumidores.
Pero la responsabilidad no es solo de las empresas. Como ciudadanos, debemos informarnos, comprender el funcionamiento del nuevo régimen y exigir su cumplimiento. La transparencia fiscal es un derecho, pero también una responsabilidad compartida.
Desde Lógica, una asociación sin fines de lucro que promueve la conciencia fiscal, están trabajando para difundir el nuevo régimen y concientizar a la población sobre su importancia. Su presidente, Matías Olivero Vila, lo dijo con claridad: “No ha sido nada lógico que al consumidor se le informe que su producto tiene 1,5 gramos de grasas y 25 miligramos de sodio, mientras pasa un elefante impositivo que pesa un 50% del precio y eso se le ocultó arteramente”.
En definitiva, el Régimen de Transparencia Fiscal es una herramienta poderosa para construir una Argentina más justa, transparente y responsable. Es una oportunidad para que los ciudadanos tomemos el control de nuestros impuestos y exijamos a nuestros gobernantes que los administren con honestidad y eficiencia. ¡A partir de enero, a leer los tickets con lupa!