A partir de enero, cada vez que hagamos una compra en el supermercado o en cualquier comercio, el ticket nos mostrará algo más que el precio final: el desglose detallado de los impuestos que estamos pagando. Esta medida, establecida por el “Régimen de Transparencia Fiscal al Consumidor” incluido en la Ley Bases, busca sacudir el letargo fiscal de la sociedad argentina y generar una mayor conciencia sobre la carga tributaria que soportamos a diario.
Desglosando la jungla impositiva: ¿Cómo se implementará la medida?
La implementación de esta medida será gradual. En una primera etapa, se incluirá en los tickets el IVA y los impuestos internos, tributos nacionales que se aplican de manera uniforme en todo el país. La idea es que los grandes comercios, como supermercados y cadenas de electrodomésticos, sean los primeros en adoptar el nuevo sistema.
Posteriormente, se espera que las provincias adhieran al régimen para que también se detallen los impuestos provinciales y, lo que generará mayor controversia, las tasas municipales. Estas últimas, a menudo criticadas por su falta de transparencia y contraprestación clara, serán un punto clave en la discusión.
Finalmente, se prevé que el desglose de impuestos se extienda a las góndolas y a la publicidad de los productos, para que los consumidores tengan una visión completa de la carga tributaria antes de realizar la compra.
Resistencias y desafíos: El camino hacia la transparencia fiscal no será fácil
La medida ha generado resistencia por parte de algunos sectores, principalmente de los grandes comercios. Argumentan que la implementación del sistema implica una carga administrativa significativa, especialmente por la complejidad para parametrizar la incidencia de Ingresos Brutos y tasas municipales, que varían según la provincia y el municipio.
Otro temor es que la transparencia fiscal pueda generar una “fuga” de consumidores hacia comercios más pequeños con menor carga impositiva, perjudicando a las grandes cadenas. Además, la frecuente modificación de alícuotas por parte de provincias y municipios plantea un desafío logístico para mantener actualizados los sistemas y la información en góndolas y tickets.
Para Matías Olivero Vila, presidente de Lógica, una asociación que impulsó esta medida, la clave está en la difusión y la concientización. Según Olivero Vila, el objetivo no es detallar cada impuesto con precisión milimétrica, sino mostrar al consumidor que la carga tributaria existe y es significativa.
“No ha sido nada lógico que al consumidor se le informe que su producto tiene 1,5 gramos de grasas y 25 miligramos de sodio, mientras pasa un elefante impositivo que pesa un 50% del precio y eso se le ocultó arteramente”, remarcó Olivera Vila.
Mirando al gigante: La experiencia de Brasil
Brasil implementó un sistema similar en 2012, con resultados positivos en términos de transparencia fiscal. En los tickets brasileños, se desglosan los impuestos nacionales, provinciales y municipales, lo que permite a los consumidores conocer la carga tributaria total de sus compras. Si bien la adaptación a la realidad argentina presenta desafíos, la experiencia brasileña sirve como un ejemplo a seguir.
La clave del éxito en Brasil radica en la simplificación. Se utilizan matrices por actividad y tamaño del negocio, lo que permite a las empresas calcular la incidencia impositiva de forma aproximada, sin necesidad de un detalle exhaustivo. Esta metodología podría ser una solución para las preocupaciones del sector empresarial argentino.
¿Conciencia fiscal o caos administrativo? El debate recién comienza
La obligatoriedad de detallar los impuestos en los tickets de compra abre un debate crucial en Argentina. Por un lado, promete una mayor transparencia fiscal y una oportunidad para que los ciudadanos exijan una administración más responsable de los recursos públicos. Por otro lado, plantea desafíos logísticos y administrativos para las empresas, que podrían verse obligadas a realizar importantes inversiones en sus sistemas para adaptarse a la nueva normativa.
El éxito de la medida dependerá de la capacidad del Gobierno para implementar una reglamentación clara y eficiente, y de la voluntad del sector empresarial para colaborar en el proceso. La pregunta clave es si la transparencia fiscal logrará generar una mayor conciencia ciudadana sin desatar un caos administrativo en el sector comercial.
En los próximos meses, seremos testigos de cómo se desarrolla este debate y de si la promesa de transparencia fiscal se convierte en una realidad tangible para los argentinos o en una nueva fuente de frustración.