Argentina cerró octubre de 2024 con un superávit comercial de US$ 888 millones, marcando el décimo mes consecutivo con saldo positivo. Este resultado, aunque positivo, presenta matices que generan alerta entre los analistas económicos. Si bien el vigor de las exportaciones (US$ 7.016 millones, un 30% más que en octubre de 2023) compensó el repunte de las importaciones (US$ 6.100 millones, un 4,9% más interanual), la tendencia de crecimiento de las importaciones plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del superávit.
El rol crucial de Vaca Muerta
El factor determinante en la recuperación del superávit comercial ha sido, sin duda, el desarrollo de Vaca Muerta. La explotación de gas y petróleo en esta formación geológica ha permitido a Argentina no solo dejar de importar energía, sino incluso convertirse en un exportador neto de este rubro. Este cambio drástico en la balanza energética explica el 70% del superávit de octubre, representando un logro significativo para el país.
En octubre, la balanza comercial energética alcanzó los US$ 618 millones, sumando US$ 4.467 millones en el acumulado del año. Esto representa una mejora de US$ 5.300 millones en comparación con el mismo período de 2023. Las exportaciones de petróleo crudo, el principal impulsor de este cambio, crecieron un 46,9% interanual.
Importaciones en alza: ¿Una señal de alerta?
El aumento de las importaciones en octubre, el primero en 20 meses, coincide con una incipiente recuperación económica y la reducción del impuesto PAIS a las compras al exterior. Si bien este crecimiento representa un avance en la normalización económica, según la consultora Abeceb, las importaciones siguen registrando una caída del 21,6% en el acumulado de 2024 respecto al mismo período de 2023, aunque esta disminución se ha desacelerado durante los últimos cuatro meses.
La consultora LCG destaca que, a pesar del crecimiento significativo de las exportaciones, este incremento apenas compensó el aumento de las importaciones. Como resultado, el superávit comercial se encuentra entre los más bajos del año. La apreciación sostenida del peso argentino, las bajas de impuestos y aranceles a las importaciones, y la reactivación de los vínculos con proveedores externos, contribuyen a este aumento en las importaciones y generan incertidumbre sobre la sostenibilidad del superávit en el futuro.
Perspectivas futuras y desafíos
Las perspectivas para el superávit comercial argentino son variadas, dependiendo de la fuente consultada. Abeceb proyecta un superávit comercial en torno a los US$ 17.700 millones para 2024, una cifra más cautelosa que los US$ 21.972 millones esperados por el gobierno, según el Presupuesto Nacional. Cabe destacar que en 2023 se registró un déficit de US$ 6.926 millones.
Para mantener la tendencia positiva del superávit comercial, será crucial que las exportaciones continúen mostrando un vigor suficiente para contrarrestar el aumento previsible de las importaciones en los meses venideros. La diversificación de las exportaciones, la reducción de la dependencia de productos primarios y la consolidación del rol de Vaca Muerta como fuente de ingresos en dólares serán factores clave para mantener la estabilidad económica y reducir los riesgos asociados a un desbalance externo. El contexto internacional, volátil y cambiante, agrega otro nivel de complejidad a la ecuación.
Un panorama complejo
En resumen, Argentina celebra un superávit comercial gracias a Vaca Muerta, pero los indicadores actuales también reflejan una situación compleja. El crecimiento de las importaciones, aunque positivo en un contexto de reactivación económica, demanda una vigilancia constante y una gestión estratégica de la balanza comercial para garantizar la sostenibilidad del superávit en el mediano y largo plazo. Diversificar la economía y potenciar el sector exportador son tareas esenciales para evitar futuras crisis económicas. La recuperación es incipiente y no exenta de riesgos.