El mundo River explotó. Primero, la alegría por la Sudamericana. Después, la bomba: Santiago Sosa, en plena celebración racinguista, soltó que en enero intentó volver al club de Núñez y nadie le atendió el teléfono. ¡Qué quilombo, amigos! Se armó la gorda. Los hinchas, en llamas; la dirigencia, con cara de pocos amigos. El teléfono de Sosa, rojo vivo, como el escudo de River… ¡ups, me confundí! Racing, sí, Racing.
Pero el pibe, que anda en la cresta de la ola tras ganar la Copa Sudamericana con la Academia, salió a apagar el incendio mediático con un balde de agua fresca, o mejor dicho, de aclaraciones. En una entrevista, más tranquila que una charla de vecinos en un domingo de mate, dijo que no fue su intención generar revuelo con sus dichos. “Solo conté lo que pasó. No era para generar ningún tipo de título contra nadie”, afirmó. Tan canchero él, el tipo que dejó a medio mundo hablando. ¿Canchero o canchero, el pibe? Que el tipo juega de 10, no hay dudas. Claro que sí.
Según cuenta, “Por algo no se dio” su regreso. Y remató: sus declaraciones no iban dirigidas contra ningún dirigente. ¡Que lo digan los muchachos de River!, que deben estar a esta altura pensando qué les pasó con el teléfono.
El chabón admitió que le dolió el “destrato”, ¡ojo!, pero ya lo superó. Total, está en Racing, vive su momento dulce y se viene con todo en 2025 con la Recopa y la Libertadores. Ahí está, para que los de River aprendan cómo se supera un momento difícil. ¿Se podrán imaginar si en River lo hubieran llamado? Quizás no estaba para ganar nada con Racing. ¿O quizás sí? El fútbol da para todo.
Ahora, la pregunta del millón: ¿le debe Sosa su nivelazo a Racing? Mirá, hay que decirlo. Si bien en River lo extrañan ahora, Sosa entiende por qué no volvió en enero: “Capaz que volvía y no tenía este desempeño, y no lograba este campeonato de la Sudamericana”. Y el pibe agradece al club de Avellaneda por el apoyo, y la gente, que ya lo está considerando casi un ídolo, debe estar feliz. Bien por ellos. Bien por él.
El efecto dominó: hinchas, dirigentes y el teléfono perdido
La declaración de Sosa no sólo generó revuelo entre los hinchas, que aún debaten si fue o no un falta de respeto la falta de comunicación, sino que también dejó expuesta a la dirigencia de River, quienes, digamos, tienen mucho que explicar. Esto es porque, a nadie se le escapa, una falta de comunicación de este estilo genera interrogantes, y cuestiona el accionar de los encargados de llevar adelante el futuro del club. ¿No vieron venir la pelota, muchachos?
Pero más allá del impacto en el club, la declaración también resalta las complejidades del fútbol y sus relaciones humanas. En un mundo donde las llamadas telefónicas pueden cambiar carreras, Sosa tiene todo el derecho de sentir lo que sintió. Lo único que nos queda a nosotros es pensar: ¿encontrarán algún día el teléfono perdido de River?
La cuestión es que el caso Sosa abrió la caja de Pandora en el mundo River, que hasta que no lleguen a una explicación razonable, vivirán en incertidumbre. En medio de tantos candidatos para dirigir a River, uno podría preguntarse si llamarían a Sosa para hablar. ¿Y si le ofrecen ser parte del equipo directivo? Ahí está el desafío.
Mientras tanto, Sosa sigue jugando, ganando, y demostrando que tiene la camiseta puesta donde lo necesita. ¿Le queda algo de bronca? Seguro. Pero se sabe manejar entre los gigantes del fútbol, con clase y personalidad. Lo importante es que sigue siendo noticia, pero ya no solo por lo que pasó. Si sigue ganando con Racing, hasta puede terminar como ídolo de ese equipo, el eterno rival. Algo increíble, no lo creen?
Así que, amigos, la historia de Sosa, un chico del club que busca su lugar en el mundo del fútbol, nos deja una enseñanza: el fútbol da muchas vueltas, los teléfonos pueden perderse (o callarse), pero el talento, si es verdadero, siempre se abre camino, aunque la comunicación no haya sido la adecuada. Siempre.
El futuro es brillante (o al menos, tiene mucho brillo en una copa Sudamericana
Sosa está con todo. Después del quilombo, aclaraciones al canto. No solo tiene que preocuparse por su juego, que ya sabemos que brilla, sino también de su imagen. No está nada mal para quien se ha hecho conocer como uno de los talentos más brillantes de la Argentina. Sin dudas, el presente del mediocampista parece ser inmejorable. Ahora es cuestión de ver si puede ser mejor.
La clave será no perderse en el ruido mediático y mantenerse enfocado en sus objetivos profesionales. Después de la Copa Sudamericana, Sosa seguramente buscará nuevas oportunidades en el fútbol para seguir brillando, porque a esta altura, no importa de qué equipo se vista: todos querrán contar con este tipo en su cancha.
Los hinchas, sin importar de qué club se trate, querrán que juegue en sus clubes. Todos, ¿no? ¿O acaso no son los hinchas los que más valoran el talento sin importar los colores?
Santiago Sosa: un jugador que, al menos por ahora, ha hecho historia tanto en Racing como en las noticias. Tal vez el futuro le guarde aún más sorpresas, o tal vez no. Pero mientras el balón rueda y los partidos se juegan, un cosa está clara, y es que el mundo del fútbol necesita jugadores como Sosa, apasionados, talentosos y con algo para contar. Aunque sea lo mismo una y otra vez.