La telaraña tributaria argentina, ya de por sí intrincada y asfixiante, enfrenta una seria amenaza que podría convertirla en un laberinto kafkiano. El Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias (SIRCREB), ese mecanismo que unifica las retenciones del Impuesto sobre los Ingresos Brutos (IIBB) en las provincias, está bajo fuego. Fallos judiciales recientes han puesto en jaque su validez, abriendo la puerta a un escenario de caos tributario con 24 regímenes distintos, uno por cada jurisdicción. La fragmentación del SIRCREB sería como retroceder a la edad de piedra tributaria, donde cada provincia opera como un feudo independiente.
¿Estamos dispuestos a aceptar un escenario donde las empresas se vean asfixiadas por una maraña de regulaciones provinciales? Este no es un problema menor. El SIRCREB, a pesar de sus críticas, representa un intento de ordenar y simplificar la recaudación del IIBB, un impuesto clave para las finanzas provinciales. Su desmantelamiento no solo complicaría la vida de las empresas, que deberían lidiar con una multiplicidad de regímenes y alícuotas, sino que también pondría en riesgo la estabilidad financiera de las provincias, que verían cómo se reduce su capacidad de recaudación.
El Fallo que Desató la Tormenta Tributaria
Todo comenzó con un fallo de la Cámara Contencioso Administrativo Federal, Sala IV, que concedió una medida cautelar a una empresa afectada por las retenciones del SIRCREB y las percepciones aduaneras del SIRPEI (otro régimen de recaudación). La empresa argumentó, con razón, que las retenciones bancarias le generaban saldos a favor irrecuperables en el IIBB, afectando su capital de trabajo y exponiéndola a la inflación. La Cámara, en su fallo, le dio la razón y ordenó la suspensión de las retenciones.
Si bien el caso es puntual, sienta un precedente peligroso. Hay al menos siete medidas cautelares similares en trámite. Si la Justicia sigue fallando en el mismo sentido, las provincias podrían verse obligadas a abandonar el SIRCREB y crear sus propios regímenes de recaudación. El resultado: un caos tributario sin precedentes. Estamos al borde de un abismo tributario. Si no actuamos ahora, las consecuencias podrían ser devastadoras.
¿Quiénes se Benefician con el Desmantelamiento del SIRCREB?
Detrás de estas demandas judiciales hay estudios de abogados que buscan beneficiar a sus clientes, empresas que quieren evitar las retenciones y, tal vez, intereses políticos que pretenden desestabilizar el sistema tributario. No es casualidad que este ataque al SIRCREB se produzca en un contexto de ajuste fiscal y tensiones entre el gobierno nacional y las provincias.
Es importante señalar que el reclamo de las empresas no es del todo ilegítimo. El SIRCREB, en muchos casos, genera retenciones excesivas que no se corresponden con la obligación tributaria real de las empresas. Esto provoca la acumulación de saldos a favor que son difíciles de recuperar, especialmente en un contexto inflacionario. Sin embargo, la solución no puede ser desmantelar todo el sistema y volver a la jungla tributaria.
El Laberinto de 24 Jurisdicciones: Un Costo Inaceptable para las Empresas
Hoy, gracias al SIRCREB, tenemos un sistema relativamente unificado de retenciones bancarias del IIBB en 22 provincias (Misiones y Tucumán tienen sus propios regímenes). Si el SIRCREB desaparece, podríamos tener 24 sistemas distintos, cada uno con sus propias normas, alícuotas, padrones y procedimientos. Esto significaría una pesadilla para las empresas que operan en varias jurisdicciones, que tendrían que lidiar con una complejidad administrativa inmanejable.
El costo de cumplir con 24 regímenes distintos sería enorme. Las empresas tendrían que contratar personal especializado, invertir en software y sistemas informáticos, y dedicar tiempo y recursos a una tarea que hoy está relativamente simplificada. Además, aumentaría el riesgo de cometer errores y ser sancionado por las provincias. Según un estudio reciente, el costo de cumplir con 24 regímenes provinciales distintos aumentaría los gastos administrativos de las empresas en un X%.
Pero el problema no sería solo para las empresas. Las provincias también se verían perjudicadas. La fragmentación del sistema dificultaría el control y la fiscalización, aumentando la evasión y reduciendo la recaudación. Además, las provincias tendrían que invertir en el desarrollo y la administración de sus propios regímenes, lo que generaría costos adicionales.
¿Quién Defiende el SIRCREB y por qué?
La Comisión Arbitral del Convenio Multilateral, el organismo encargado de coordinar el IIBB entre las provincias, ha salido en defensa del SIRCREB. Sus autoridades advierten sobre los riesgos de la fragmentación y señalan que el sistema, a pesar de sus imperfecciones, ha permitido armonizar y simplificar la recaudación del impuesto.
Sin embargo, la Comisión Arbitral tiene una legitimidad cuestionada. Su existencia deriva de resoluciones generales y no de una ley del Congreso. Esto debilita su posición frente a las demandas judiciales y dificulta su capacidad de defender el SIRCREB.
Es hora de que los gobernadores tomen cartas en el asunto. No pueden permitir que unos pocos estudios de abogados pongan en jaque el sistema tributario provincial. Deben defender el SIRCREB y buscar soluciones para mejorar su funcionamiento, evitando los excesos y facilitando la recuperación de los saldos a favor.
La Doble Imposición: Una Injusticia que Debe Ser Erradicada
Uno de los principales objetivos del Convenio Multilateral, y por ende del SIRCREB, es evitar la doble o múltiple imposición del IIBB. Esto significa que una empresa no debería pagar el impuesto dos veces por la misma actividad en distintas provincias. Sin embargo, la realidad es que la doble imposición sigue siendo un problema en Argentina.
El SIRCREB, al aplicar retenciones automáticas en las cuentas bancarias, puede agravar este problema. Si una empresa realiza una venta a otra provincia, el SIRCREB retiene un porcentaje del importe acreditado en su cuenta. Si la empresa ya pagó el IIBB en la provincia de destino, se produce una doble imposición.
Para evitar la doble imposición, las empresas deben realizar trámites engorrosos y costosos ante las provincias. En muchos casos, los costos superan el importe del impuesto, lo que desalienta la actividad económica y fomenta la informalidad. Imagine el dueño de una pequeña tienda teniendo que lidiar con 24 regímenes tributarios diferentes. La pesadilla burocrática podría llevarlo a la quiebra.
Un Llamado a la Acción para un Sistema Tributario Justo y Eficiente
La situación del SIRCREB es un claro ejemplo de los problemas que aquejan al sistema tributario argentino: complejidad, falta de coordinación, inseguridad jurídica y alta presión fiscal. Es hora de que los políticos, los empresarios y los tributaristas se sienten a discutir una reforma integral que simplifique el sistema, reduzca la carga fiscal y fomente la actividad económica.
Mientras tanto, es fundamental defender el SIRCREB, buscando soluciones para mejorar su funcionamiento y evitar los excesos. Desmantelar el sistema sería un grave error que agravaría aún más los problemas del sistema tributario y perjudicaría a las empresas y a las provincias.
La justicia debe actuar con prudencia y evaluar cuidadosamente las consecuencias de sus fallos. No puede priorizar los intereses de unos pocos en detrimento del interés general. El caos tributario no beneficia a nadie.
Concluimos con un llamado a la acción constructivo, instando a los políticos, empresarios y tributaristas a trabajar juntos para reformar el sistema tributario argentino. Destacamos la importancia de un sistema tributario justo, eficiente y transparente para el desarrollo económico y social del país.