En las trincheras heladas cerca de Bajmut, cada proyectil cuenta. Para los defensores ucranianos, la incertidumbre sobre la ayuda estadounidense es un recordatorio sombrío de que su lucha por la supervivencia depende de decisiones tomadas a miles de kilómetros de distancia, en lugares como Scranton, Pensilvania. Allí, en la Planta de Artillería del Ejército, el eco de cada explosión producida resuena con el destino de una nación.
Scranton: Del orgullo ucraniano a la sombra de Trump
Scranton, Pensilvania, cuna del presidente Joe Biden, se ha convertido en un símbolo inesperado del apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania. La Planta de Artillería del Ejército de Scranton, operada por General Dynamics, es el corazón de esta historia, produciendo municiones clave que han ayudado a las fuerzas ucranianas a defenderse contra la agresión rusa. Sin embargo, con el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el futuro de esta conexión y el destino de Ucrania penden de un hilo, sembrando incertidumbre y descontento en la región.
Un bastión de apoyo, amenazado
Desde el inicio de la invasión rusa, la planta de Scranton ha incrementado su producción de proyectiles de artillería de 155 mm. En septiembre de 2024, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitó la planta, agradeciendo al personal por su crucial contribución a la defensa de su país.
La alcaldesa de Scranton, Paige Cognetti, ha expresado en múltiples ocasiones el orgullo de la ciudad por su apoyo a Ucrania, destacando la presencia de una gran diáspora ucraniano-estadounidense y varias iglesias ucranianas que han recaudado fondos para el esfuerzo bélico. Sin embargo, también ha manifestado su profunda preocupación por la posible erosión de este apoyo por parte del gobierno estadounidense, especialmente si Donald Trump regresa al poder.
La pregunta que resuena en los pasillos de la planta de artillería y en los hogares de la comunidad ucraniana en Scranton es: ¿Podrá Estados Unidos mantener su compromiso con Ucrania, o prevalecerán los intereses políticos y económicos internos?
El espectro de Trump: ¿Un futuro incierto para Ucrania?
La posibilidad de que Donald Trump suspenda o reduzca drásticamente la ayuda militar a Ucrania ha generado inquietud tanto en Ucrania como entre sus aliados europeos. Trump, quien ha criticado el gasto estadounidense en Ucrania, ha insinuado que podría presionar a Zelenski para que acepte una paz con concesiones a Vladimir Putin. ¿Acaso esto no pondría en peligro la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, entregándola a las garras de un autócrata?
Voces republicanas a favor de priorizar lo nacional
Esta postura ha sido respaldada por algunos legisladores republicanos, quienes argumentan que es necesario priorizar los intereses nacionales y buscar una solución negociada al conflicto. Pero, ¿acaso esta visión no ignora la realidad de la agresión rusa y el sufrimiento del pueblo ucraniano, quienes luchan por defender su libertad y su derecho a la autodeterminación?
En un movimiento que causó escalofríos en Kiev, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, confirmó que la Casa Blanca suspendió el intercambio de inteligencia con Ucrania, señalando que el gobierno de Trump está revisando “todos los aspectos de esta relación”. ¿No es esta una señal alarmante de que Estados Unidos podría estar abandonando su compromiso con la seguridad europea?
La indecisión estadounidense, ¿no estará envalentonando a Putin y a otros líderes autoritarios que buscan desestabilizar el orden internacional? La inacción ante la agresión rusa, ¿no envía un mensaje peligroso al mundo, sugiriendo que las fronteras pueden ser violadas y la soberanía puede ser ignorada sin consecuencias?
Scranton dividida: Un reflejo de la nación
Las opiniones sobre la guerra en Ucrania y el papel de Estados Unidos en el conflicto están profundamente divididas en Scranton, reflejando la polarización que atraviesa a la nación. Algunos residentes, como Brandon Lux, expresan su enojo por la forma en que Trump manejó la reunión con Zelenski y temen las consecuencias de la suspensión de la ayuda. Otros, como Fran Fitzgerald, apoyan la postura de Trump de priorizar los intereses nacionales. En sus palabras resuena la frustración y el deseo de ver los recursos invertidos en casa.
Fitzgerald espera que el gobierno de Trump pueda redirigir los fondos utilizados en Ucrania a proyectos locales, como la reparación de carreteras. Mike Pierson, un electricista que votó por Trump, se hace eco del argumento de que Estados Unidos no debería gastar dinero en el extranjero en conflictos como Ucrania, sino en su propio país.
“Somos el banco del mundo, somos la póliza de seguro del mundo”, dijo Pierson. “Tenemos que parar”.
El costo humano de la indecisión: Vidas en juego
Más allá de las cifras y los debates políticos, la suspensión de la ayuda militar a Ucrania tiene un costo humano devastador. Fedir Venislavsky, miembro del Comité de Defensa del Parlamento ucraniano, advirtió que, sin la ayuda estadounidense, los soldados de primera línea podrían durar “quizás seis meses”. Esto significa que miles de vidas estarían en riesgo, y la posibilidad de una victoria rusa se haría más real. Familias destrozadas, ciudades reducidas a escombros, un país entero al borde del abismo. ¿Es este el legado que Estados Unidos quiere dejar?
Un llamado a la acción: No podemos ser cómplices
Es hora de que los ciudadanos de Scranton, de Estados Unidos y del mundo se movilicen para exigir un cambio de rumbo. Debemos contactar a nuestros representantes, participar en manifestaciones y difundir información sobre la importancia de apoyar a Ucrania. No podemos ser cómplices silenciosos de una injusticia que amenaza la paz y la seguridad global.
El futuro de Ucrania y el de Scranton están intrínsecamente ligados. Si Ucrania cae, la planta de artillería de Scranton podría verse obligada a cerrar, dejando a cientos de trabajadores sin empleo y a la comunidad sin su principal fuente de ingresos. Pero, lo que es más importante, si Ucrania cae, el mundo se convertirá en un lugar más peligroso y menos justo. No podemos permitir que esto suceda.
Actuemos ahora para defender la democracia, la libertad y la justicia en Ucrania y en todo el mundo. El tiempo apremia, y el futuro de la humanidad está en juego. No permitamos que la sombra de la indecisión oscurezca el orgullo ucraniano que reside en Scranton.