Juan Schiaretti ha logrado un significativo avance en la consolidación de su espacio político nacional, “Hacemos”. El partido ha obtenido reconocimiento legal en siete provincias claves: Córdoba, Buenos Aires, San Luis, Jujuy, Mendoza, Tierra del Fuego y Catamarca. Este reconocimiento, exigido por la justicia electoral, representa un paso fundamental para su participación en futuras elecciones a nivel nacional. Se espera que en los próximos días, el reconocimiento se extienda a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, completando así una presencia estratégica en los principales distritos del país. La estrategia de Schiaretti se centra en construir una alternativa de centro, equidistante del kirchnerismo y del espacio libertario, buscando captar un electorado que se sienta alejado de las polarizaciones predominantes.
La estrategia de Schiaretti: un camino entre la polarización
El propio Schiaretti, quien recientemente participó en una conferencia en Madrid, ha dejado claro su compromiso con la construcción de un espacio político moderado. Sus viajes por el país, continuando hasta diciembre, tienen como objetivo fortalecer la estructura de Hacemos en cada provincia y tejer alianzas con sectores políticos diversos. Los operadores del espacio reconocen la dificultad de competir con la fuerte polarización entre el kirchnerismo y el espacio libertario. Sin embargo, apuestan a la proyección de mediano y largo plazo. La consolidación del partido y el rechazo a ser candidato en las próximas legislativas en Córdoba por parte de Schiaretti, enfatizando el rol de liderazgo en la construcción del espacio nacional, evidencia una perspectiva estratégica más amplia que el mero resultado electoral inmediato. En este sentido, argumentan que la reciente presidencia de Cristina Kirchner en el PJ nacional podría facilitar el acercamiento de peronistas que buscan una alternativa a su línea política.
La estrategia de Schiaretti se fundamenta en la convicción de que la política no se reduce al presente, sino que implica proyectar un futuro alternativo. Para ellos, la creciente polarización beneficia su posición de centro, permitiendo la consolidación de Hacemos como una fuerza política viable y coherente.
Llaryora y su acercamiento al espacio de Milei
Mientras Schiaretti consolida su proyecto nacional, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, ha adoptado una postura distinta, acercándose al espacio político de Javier Milei. Este acercamiento se ha manifestado a través de diferentes acciones, incluyendo la decisión de sus diputados de no dar quórum en la sesión que buscaba rechazar el DNU 846 que permite al Gobierno Nacional hacer canje de deuda en pesos. Esta decisión ha generado controversias, con distintas interpretaciones sobre los motivos detrás de la misma. Si bien desde el Centro Cívico niegan presiones desde Casa Rosada, y argumentan la coherencia de la decisión considerando la necesidad de obtener financiamiento nacional para cubrir deuda provincial, algunos allegados a Natalia de la Sota afirman lo contrario, alegando incluso la promesa de soluciones para la deuda de la Caja de Jubilaciones como incentivo.
Las discrepancias sobre la interpretación de la postura de Llaryora y la relación con el gobierno nacional muestran la complejidad del panorama político cordobés y el cambio en la dinámica interna del peronismo cordobés. El vínculo con Milei no sólo se da por las decisiones de quórum, sino también por la no adhesión a otras iniciativas propuestas por la oposición. Los diputados del oficialismo cordobés no aportaron cuórum a la iniciativa de ficha limpia, generando especulaciones sobre un alineamiento estratégico que dista de la postura de Schiaretti.
La divergencia de estrategias entre Schiaretti y Llaryora refleja las diferentes perspectivas y ambiciones políticas dentro del peronismo cordobés. Schiaretti apuesta a un proyecto nacional de centro que trasciende la coyuntura, mientras que Llaryora parece optar por un pragmatismo coyuntural buscando el apoyo del espacio libertario. El tiempo mostrará el éxito de cada una de estas estrategias, y cómo se acomodan estas fuerzas políticas en el complejo escenario nacional.
El futuro del peronismo cordobés y la escena nacional
La consolidación de Hacemos y el acercamiento de Llaryora a Milei marcan un punto de inflexión en el peronismo cordobés y su interacción con el panorama nacional. La estrategia de Schiaretti presenta un proyecto de largo plazo, mientras que la estrategia de Llaryora busca soluciones inmediatas y un equilibrio dentro de la nueva realidad política. El escenario político, cada vez más volátil, favorece estrategias adaptativas. La construcción de alianzas, la capacidad de reacción ante cambios coyunturales y la visión estratégica para asegurar la relevancia en el largo plazo se configuran como factores críticos para los actores políticos que buscarán consolidar sus posiciones en el futuro.
En un contexto de creciente fragmentación política y polarización, tanto la apuesta de Schiaretti por un espacio de centro como el pragmatismo de Llaryora buscan hacerse de un lugar entre las dos principales fuerzas políticas. Se abre un espacio interesante de observación y análisis sobre cómo los nuevos escenarios políticos impactarán en los liderazgos históricos y cómo las estrategias de corto y largo plazo se integrarán en la compleja danza política argentina.