En la vibrante noche de Santo Domingo, donde las luces danzaban al ritmo de la música y la promesa de recuerdos imborrables llenaba el aire, un estruendo ensordecedor lo cambió todo. Como un rugido de la tierra, el techo del club Jet Set se desplomó, silenciando la alegría bajo una despiadada montaña de escombros. ¿Cómo una noche de fiesta se convirtió en una trampa mortal para familias, amigos y jóvenes llenos de sueños?
Voces desde el Abismo: Testimonio de Zulinka Pérez
Zulinka Pérez, hija del reconocido cantante Rubby Pérez, quien se presentaba en el club la noche del desastre, emergió de entre los escombros con el alma en vilo. Su testimonio es un grito desgarrador desde el epicentro de la tragedia, un relato que nos sumerge en el caos y la desesperación que se vivieron en esos instantes fatales.
“Fue algo relámpago totalmente”, recuerda Enrique Paulino, mánager del artista, quien también sobrevivió. “Yo pensé que era un temblor de tierra, por eso me tiré al piso, me cubrí la cabeza”. Su voz tiembla al recordar la confusión y el terror que se apoderaron de todos.
¿Qué sintieron aquellos atrapados bajo el peso implacable del concreto y el metal? ¿Qué pensamientos cruzaron sus mentes mientras la vida se desvanecía entre sus dedos? Sus historias, aunque silenciadas, claman por ser contadas.
El Eco de la Tragedia: Sirenas y Escombros
Las sirenas ululaban en la madrugada, rasgando el silencio con su lamento, mientras los equipos de rescate se enfrentaban a una carrera contra el tiempo. El sonido metálico de los martillos y sierras resonaba entre los escombros, mezclándose con los gritos de dolor y las súplicas desesperadas. Familiares, con el corazón en la garganta, se agolpaban en las afueras del club, buscando un milagro entre la desolación.
Desde el cielo, las imágenes revelaban un panorama apocalíptico: un boquete infernal en el centro del techo, escombros como cicatrices de una herida profunda y la promesa sombría de más sufrimiento. Los rescatistas, ángeles entre el caos, removían escombros con manos temblorosas, aferrándose a la tenue esperanza de hallar un latido, una señal de vida.
Entre las víctimas, la gobernadora de Monte Cristi, Nelsy Cruz, una figura amada y respetada, dejó un vacío irremplazable en su comunidad. Su pérdida, como la de cada uno de los fallecidos, es un golpe al alma de la nación. El saxofonista de la banda, cuyas melodías llenaban de alegría los corazones, también se unió al coro celestial de las víctimas.
Semillas de Esperanza entre Escombros: Heroísmo y Solidaridad
En la oscuridad de la tragedia, destellos de luz iluminaron el camino. Un hombre valiente, desafiando el peligro, logró rescatar a varias personas antes de ser rescatado él mismo. Jóvenes, con el corazón henchido de valor, se unieron a los rescatistas, trabajando codo a codo en una danza macabra contra la muerte.
“Nos hemos concentrado en las personas que podemos sacar con vida porque se escuchan pidiendo que los ayuden”, declaró Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), reflejando la urgencia y la determinación que impulsaban a los rescatistas.
El Luto y la Solidaridad: Un Abrazo Nacional
El presidente Luis Abinader, con el rostro marcado por la consternación, se unió al luto de las familias afectadas. “Lamentamos profundamente la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set”, expresó en sus redes sociales. “Todos los organismos de socorro han brindado la asistencia necesaria y están trabajando incansablemente en las labores de rescate. Nuestras oraciones están con las familias afectadas”.
Santo Domingo, como un solo corazón, se volcó en solidaridad con las víctimas. Centros de acopio se llenaron de donaciones, hospitales se convirtieron en refugios de consuelo y las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo y oraciones. La diáspora dominicana, desde lejos, extendió su mano amiga, recaudando fondos y enviando ayuda a su tierra natal.
Preguntas sin Respuesta: ¿Qué Falló?
Mientras el país se recupera del impacto, las preguntas claman por respuestas. ¿Qué provocó el derrumbe? ¿Se cumplieron las normas de seguridad? ¿Pudo evitarse esta tragedia? Las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. La verdad, como un faro, debe iluminar el camino para que esta tragedia no se repita jamás.
Un Legado de Memoria y Prevención: Nunca Olvidar
La tragedia del Jet Set no puede ser un capítulo olvidado en la historia dominicana. Debemos honrar la memoria de las víctimas aprendiendo de los errores y fortaleciendo las medidas de seguridad. Es imperativo revisar y reforzar las normas de construcción y operación de los establecimientos públicos, promoviendo una cultura de prevención y concientización sobre los riesgos.
El club Jet Set, antes sinónimo de alegría y diversión, ahora es un símbolo de dolor y pérdida. Pero también puede ser un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de valorarla cada día. Que su memoria nos impulse a construir un futuro más seguro y solidario, donde la vida humana sea siempre la prioridad.
En medio de la oscuridad, la solidaridad y el amor han demostrado la capacidad humana de unirse y superar la adversidad. La tragedia de Santo Domingo nos recuerda que todos estamos conectados y que el dolor de uno es el dolor de todos. Que este dolor se transforme en fuerza, en unidad y en un compromiso inquebrantable con la vida.
¿Cómo podemos honrar la memoria de las víctimas? ¿Cómo podemos transformar el dolor en acción y construir un futuro más seguro para todos? La respuesta reside en la unidad, la solidaridad y el compromiso con la vida.