Santa Fe se prepara para un proceso histórico: la reforma de su Constitución provincial. En el centro del debate se encuentra el gobernador Maximiliano Pullaro, quien no solo impulsó la ley que habilita la reforma, sino que también se perfila como candidato clave para la Convención Constituyente. Su decisión de participar activamente en este proceso electoral conlleva tanto riesgos como beneficios para el oficialismo, y abre un nuevo capítulo en la pulseada política santafesina.
Pullaro, el jugador estrella del oficialismo
Con una imagen positiva del 63% según la consultora CB, la más alta entre los gobernadores del país, y un triunfo arrollador en las elecciones de 2023 con más de un millón de votos, Pullaro es la carta más fuerte del oficialismo. Su liderazgo en la gestión, marcado por reformas en áreas clave como seguridad, justicia y economía, le otorga un capital político invaluable para encarar la campaña por la reforma constitucional. Su candidatura a la Convención Constituyente busca capitalizar este apoyo popular y asegurar una reforma alineada con los intereses de Unidos para Cambiar Santa Fe.
La estrategia de Pullaro de mantenerse al margen de las negociaciones legislativas previas, enfocándose en su agenda ejecutiva, le permitió llegar a esta instancia con una imagen menos desgastada. Sin embargo, su participación en la Convención lo coloca en la primera línea de fuego, exponiéndolo a las críticas de la oposición y a los riesgos inherentes a cualquier proceso electoral.
El desafío de una reforma abierta
La decisión de la Legislatura de impulsar una reforma constitucional “abierta”, sin un texto predefinido, introduce un factor de incertidumbre en el proceso. Si bien esto permite un debate más amplio y participativo, también abre la puerta a propuestas inesperadas y a la influencia de sectores con agendas divergentes. Para el oficialismo, el desafío radica en controlar la narrativa y asegurar que la reforma resultante refleje sus principios y objetivos.
La oposición, por su parte, ve en esta reforma abierta una oportunidad para instalar sus propios temas y contrarrestar la hegemonía del oficialismo. Figuras como Marcelo Lewandowski, Amalia Granata y Romina Diez ya han anunciado su participación en la contienda electoral, presentando un frente diverso que va desde el peronismo tradicional hasta las nuevas expresiones liberales. La posibilidad de que la derecha y sectores reaccionarios capitalicen el descontento popular y logren imponer sus ideas en la nueva Constitución es un riesgo latente que preocupa al oficialismo.
La reelección, el tema central
Uno de los puntos más controvertidos de la reforma es la posibilidad de habilitar la reelección del gobernador. Si bien la ley no define explícitamente este punto, dejándolo a consideración de la Convención, es un secreto a voces que el oficialismo busca allanar el camino para un segundo mandato de Pullaro. Este tema será central en la campaña electoral y polarizará aún más el debate.
La oposición, en su conjunto, se opone a la reelección, argumentando que perpetúa el poder y limita la renovación política. El exgobernador Omar Perotti, aunque colaboró con la aprobación de la ley de necesidad de la reforma, se ha manifestado en contra de la reelección de Pullaro, evidenciando las tensiones internas dentro del peronismo.
Para el oficialismo, la reelección de Pullaro es vista como una garantía de continuidad para las políticas implementadas en su primer mandato. Argumentan que la estabilidad política es fundamental para consolidar las reformas en seguridad, justicia y economía, y que un nuevo mandato de Pullaro permitiría profundizar estos cambios.
Una campaña contrarreloj
Con el cierre de listas programado para el 7 de febrero y las elecciones para el 13 de abril, la campaña electoral será corta e intensa. La ausencia de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) le agrega un condimento adicional a la contienda, ya que los partidos deberán definir sus candidatos a través de negociaciones internas, sin la instancia de una elección primaria que ordene las preferencias del electorado.
Esta dinámica favorece al oficialismo, que cuenta con una estructura partidaria más sólida y un liderazgo claro en la figura de Pullaro. Sin embargo, la oposición buscará capitalizar el descontento social y las tensiones internas dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe para dar la sorpresa. La elección de convencionales constituyentes se presenta como un termómetro político que medirá la temperatura social y el apoyo real al gobierno de Pullaro.
El resultado de las elecciones de abril no solo definirá el futuro de la Constitución santafesina, sino que también tendrá un impacto significativo en el escenario político nacional. Santa Fe, como una de las provincias más importantes del país, se convierte en un campo de batalla clave para las fuerzas políticas que se disputan el poder. La reforma constitucional y la posible reelección de Pullaro son piezas centrales en este ajedrez político que se juega a nivel provincial y nacional.
En definitiva, la decisión de Pullaro de encabezar la lista de candidatos a la Convención Constituyente es una apuesta arriesgada pero con un alto potencial de rédito político. El oficialismo confía en que su liderazgo y la popularidad de sus políticas serán suficientes para asegurar una victoria contundente. Sin embargo, la oposición, con un frente diverso y una narrativa anti-casta en sintonía con el discurso del presidente Milei, buscará dar el batacazo y torcer el rumbo de la reforma constitucional.