En la provincia de Córdoba, la inflación ha impactado de manera desigual en los salarios y jubilaciones de los empleados públicos, generando una preocupante disparidad en el poder adquisitivo. Un análisis exhaustivo de los datos de la Caja de Jubilaciones de Córdoba revela una realidad compleja, donde algunos sectores lograron mantener sus ingresos a la par de la inflación, mientras que otros sufrieron una significativa pérdida del poder adquisitivo.
Jubilados: una realidad dispar
El informe estadístico de la Caja de Jubilaciones de Córdoba, correspondiente a noviembre de 2024, muestra que la jubilación promedio se ubicó en $1.182.303, un 140,8% más que en el mismo mes del año anterior. Sin embargo, esta cifra no alcanza a compensar la inflación interanual del 162,2%, resultando en una pérdida real del 8,2% en el poder adquisitivo de los jubilados.
La mediana, que representa el haber jubilatorio que se encuentra en el punto medio entre los que más y menos cobran, se situó en $956.624, un 124,6% más que en noviembre de 2023. En este caso, la pérdida real es aún mayor, alcanzando el 14,3%.
Sectores más afectados
Los jubilados docentes y las autoridades del Poder Ejecutivo y Legislativo retiradas fueron los más perjudicados por la inflación. Con aumentos del 116,3% y 108,4% respectivamente, sus haberes quedaron muy por debajo de la suba de precios. Los docentes jubilados percibieron un promedio de $921.562, mientras que las autoridades retiradas cobraron $1.770.890.
En contraste, los jubilados bancarios, de la Epec y de la Municipalidad de Córdoba lograron superar la inflación. Los pasivos bancarios obtuvieron un aumento del 196,4%, con una jubilación media de $2.435.107. Los exempleados de Epec cobraron un promedio de $2.202.297 (167,9% de aumento), y los retirados de la Municipalidad de Córdoba, $2.253.981 (208% de aumento).
Salarios: la inflación desdibuja los aumentos
En cuanto a los salarios de los empleados públicos activos, los datos disponibles hasta julio de 2024 muestran un panorama similar de disparidad. Los aumentos interanuales oscilaron entre el 178% y el 264%, según el sector. Sin embargo, con una inflación del 260% en Córdoba durante ese período, la mayoría de los trabajadores experimentó una pérdida real de sus ingresos.
Los docentes fueron los más afectados, mientras que los municipales de la capital fueron los únicos que lograron un aumento real de sus salarios, alcanzando un 266,4% de incremento. Es importante destacar que estos datos se refieren a remuneraciones imponibles, es decir, salarios brutos sujetos a deducciones, y no incluyen conceptos no remunerativos.
Un dato relevante es el aumento en la cantidad de jubilados que tributan el Impuesto a las Ganancias. En noviembre de 2024, 4.024 jubilados pagaron este impuesto, con un aporte promedio de $123.787, en comparación con solo 185 jubilados en noviembre de 2023.
Este incremento significativo en la cantidad de jubilados alcanzados por Ganancias refleja la distorsión generada por la inflación en el sistema tributario. Si bien los haberes jubilatorios aumentaron, no lo hicieron en la misma proporción que la inflación, lo que implica una pérdida real del poder adquisitivo. Sin embargo, al expresarse en términos nominales, los ingresos superan los umbrales establecidos para el pago de Ganancias, generando una mayor carga tributaria para los jubilados.
La situación se complejiza aún más si se considera que los salarios de los empleados públicos también han sufrido el impacto de la inflación, aunque con variaciones según el sector. La disparidad en los aumentos salariales, sumada al incremento en el número de jubilados que pagan Ganancias, agrava la desigualdad en la distribución del ingreso y afecta el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados.
En este contexto, se vuelve crucial analizar las medidas que se podrían implementar para mitigar el impacto de la inflación en los ingresos de los empleados públicos y jubilados. Entre las posibles soluciones se encuentran la actualización de las escalas salariales y jubilatorias de acuerdo con la inflación real, la revisión de los umbrales para el pago del Impuesto a las Ganancias y la implementación de políticas que promuevan el crecimiento económico y la generación de empleo.
Asimismo, es fundamental considerar el impacto de la inflación en la calidad de vida de los jubilados, quienes en muchos casos dependen exclusivamente de sus haberes para cubrir sus necesidades básicas. La pérdida del poder adquisitivo se traduce en una disminución de la capacidad de compra de alimentos, medicamentos, servicios y otros bienes esenciales, lo que afecta directamente su bienestar.
En conclusión, la inflación en la provincia de Córdoba ha generado una situación de desigualdad en el poder adquisitivo de los empleados públicos y jubilados. La disparidad en los aumentos salariales y jubilatorios, sumada al incremento en el número de jubilados que pagan Ganancias, plantea la necesidad de implementar medidas que protejan los ingresos de los sectores más vulnerables y garanticen una distribución más equitativa de la riqueza.
El desafío de recomponer el poder adquisitivo
Ante este panorama, el Gobierno provincial enfrenta el desafío de recomponer el poder adquisitivo de los empleados públicos y jubilados. La negociación paritaria se convierte en un escenario clave para definir los aumentos salariales que permitan compensar la inflación y recuperar la capacidad de compra de los trabajadores.
En el caso de los jubilados, es necesario implementar mecanismos de actualización de los haberes que reflejen la inflación real y garanticen un nivel de vida digno. Asimismo, se deben considerar medidas que alivien la carga tributaria de los jubilados, como la revisión de los umbrales para el pago de Ganancias.
La búsqueda de soluciones a largo plazo también implica la implementación de políticas que promuevan el crecimiento económico sostenible y la generación de empleo de calidad. Un escenario de mayor estabilidad económica contribuirá a reducir la presión inflacionaria y mejorar las condiciones de vida de todos los sectores de la sociedad.