¿Puede un año marcar la diferencia entre un cadete y un policía capaz de proteger las calles de Rosario? En una ciudad donde la inseguridad se siente en cada esquina, 1100 jóvenes se enfrentan al desafío de adaptarse y aprender a mantener el orden. Pero, ¿están realmente preparados para la prueba de fuego que les espera? Acompáñenos a explorar el arduo camino de estos nuevos agentes y su impacto en la ciudad.
De Cadetes a ‘Caminantes’: El Inicio en las Calles de Rosario
Recién egresados del ISEP en diciembre, estos uniformados se unieron a la fuerza el 1 de marzo, enfrentando un período crucial: un año de adaptación en Rosario. Esta ‘escuela de la calle’ es donde se forjan, aprendiendo de la experiencia y el contacto directo con la realidad delictiva.
Según Omar Pereira, Secretario de Seguridad Pública de Santa Fe, esta modalidad no es nueva, pero se ha adaptado a los tiempos. Antes, los suboficiales rotaban por comisarías, pero ahora se integran al BOU, encargados de patrullar los barrios y ganar experiencia en el terreno.
Durante sus primeros meses, los ‘caminantes’ patrullan en grupos, acompañados por policías veteranos. Este sistema les permite ganar confianza y autonomía gradualmente, hasta que eventualmente patrullan en parejas por el centro y macrocentro.
Su labor no se limita a caminar; participan en operativos nocturnos, refuerzan la seguridad en el transporte público y vigilan zonas comerciales y puntos críticos. Su presencia fue clave en la custodia de estaciones de servicio tras un trágico asesinato el año pasado.
Contacto Ciudadano: La Experiencia como Pilar Fundamental
¿Cuál es el objetivo de este período de adaptación? Que los nuevos policías interactúen con la comunidad, dialoguen, entren a comercios y se presenten. Es un curso intensivo de relaciones públicas en un entorno donde la desconfianza puede ser moneda corriente.
Pereira enfatiza que, aunque jóvenes, estos agentes son funcionarios públicos armados y encargados de hacer cumplir la ley. La estrategia es ubicarlos en zonas no tan críticas, principalmente de día, para que se resguarden mientras aprenden.
Rosario, con su complejidad y diversidad, es el campo de entrenamiento ideal. Los jóvenes cumplen turnos rotativos, comenzando con ocho horas y luego extendiéndose a guardias de 12 horas.
A Prueba de Fuego: El Examen Semestral
Pero no todo se reduce a patrullar y socializar. A mitad de su adaptación, los cadetes enfrentan una rigurosa evaluación. Como explica el secretario, están a prueba durante seis meses, y cualquier problema de conducta, psicológico o de adicción no manifestado previamente puede resultar en su baja.
Afortunadamente, la tasa de deserción es baja, con solo 12 bajas en la promoción anterior. Sin embargo, esta evaluación constante subraya la importancia de la integridad y la aptitud en el desempeño policial.
¿Formación Deficiente? Un Obstáculo a Superar
Pereira admite que la formación de esta promoción presenta deficiencias debido a cambios en el ISEP durante la gestión anterior. La diversificación de sedes no garantizaba una formación uniforme, generando preocupación sobre el control de los profesores y las escuelas del interior.
Para corregir esto, se reforzó el último año de formación y se dedicaron dos semanas adicionales a completar temas intelectuales clave. Este reconocimiento de las fallas es un paso crucial para preparar mejor a los futuros policías.
El Destino Final: Distribución Provincial
Tras el año de adaptación, los suboficiales son asignados a unidades regionales en toda la provincia. Por ejemplo, recientemente se presentaron 190 efectivos nuevos en la Unidad Regional I, todos con experiencia como caminantes en Rosario.
Aunque la mayoría de los traslados involucran a personal más antiguo, de los 940 cadetes de la promoción 2023, solo 200 serán trasladados, mientras que los 750 restantes permanecerán en Rosario, reflejando la urgencia de seguridad en la ciudad.
Esta distribución prioriza las necesidades de Rosario, pero también permite que algunos agentes regresen a sus hogares. Se priorizan traslados para agentes con más de 5 años de antigüedad que deseen volver a su pueblo natal, especialmente aquellos provenientes del norte de la provincia.
Uniformes: Del Suplemento a la Provisión Directa
El peculiar uniforme de estos policías no es un guiño al pasado, sino resultado de demoras en la entrega de las prendas licitadas. Afortunadamente, la provisión ya ha comenzado para toda la promoción.
Antes, los agentes recibían un suplemento para comprar uniformes, pero la inflación lo hizo insuficiente. La provisión directa busca asegurar que todos tengan la vestimenta adecuada sin recurrir a sus propios recursos, una situación problemática antes de 2015.
Rosario: Un Desafío que No Cede
La adaptación de estos nuevos policías es un esfuerzo por reforzar la seguridad en Rosario, una ciudad que demanda soluciones. A pesar de problemas en la formación inicial y la entrega de uniformes, la apuesta por la experiencia práctica y el contacto ciudadano es un paso en la dirección correcta.
¿Lograrán estos jóvenes agentes marcar la diferencia en las calles de Rosario? Solo el tiempo lo dirá, pero su adaptación es un reflejo de la lucha constante por la seguridad en una ciudad que no da tregua.