¡Rosario arde, señores! Y no precisamente por la inseguridad. Entre el humo de las declaraciones incendiarias de Bullrich y los fuegos artificiales de la justicia, la ciudad se convierte en un verdadero circo romano donde gladiadores políticos y criminales se enfrentan en una batalla por el control del relato. ¿Victoria contundente contra el narco o simple show mediático? Analicemos la ensalada rusa que nos presentan.
Plan Bandera: ¿Éxito rotundo o maquillaje estadístico?
Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad con más marketing que resultados concretos, llegó a Rosario con bombos y platillos para anunciar la captura de la banda responsable del video amenazante. Un video, por cierto, que convenientemente apareció justo a tiempo para levantar el perfil de la ministra y opacar las críticas por la creciente ola de violencia en la ciudad. ¡Qué casualidad!
Acompañada por el gobernador Pullaro y el intendente Javkin, Bullrich pintó un panorama color de rosa, con una baja del 63% en homicidios gracias al Plan Bandera. Cifras que, como por arte de magia, se inflan al 75% si se incluye la región. ¿A qué región se refieren? ¿A la región de la fantasía? Porque la realidad que viven los rosarinos dista mucho de este cuento de hadas.
Mientras Bullrich celebra la detención de unos perejiles que, probablemente, ni siquiera saben quién es ella, la verdadera mafia sigue operando a sus anchas. Los negocios millonarios del narcotráfico continúan intactos, las balaceras son moneda corriente y el miedo se respira en cada esquina. ¿De qué victoria hablan, señora ministra?
El caso Mónica Aquino: Justicia a medias
En medio de la fanfarria por el Plan Bandera, la justicia avanzó en el caso de Mónica Aquino, condenando a sus explotadores. Un pequeño triunfo en una historia plagada de horror y desidia judicial. ¿Pero qué hay de la verdad completa? ¿Dónde está Mónica? Las condenas, aunque importantes, no alcanzan para sanar el dolor de una familia que sigue buscando respuestas.
La madre de Mónica, Mirta Machado, lo dijo bien claro: “Sé que ellos saben dónde está mi hija”. La justicia debe ir más allá de las condenas y llegar a la verdad completa. Desentrañar la red de complicidades que permitió la explotación de Mónica y, sobre todo, encontrarla. Porque sin ella, la justicia es solo una palabra vacía.
Rosario: La ciudad que se desangra en silencio
Más allá de los discursos triunfalistas y las puestas en escena, Rosario sigue siendo una ciudad sitiada por el narcotráfico y la violencia. La inseguridad es una realidad palpable que afecta a todos los rosarinos, sin importar su clase social o su ideología política. El miedo se ha instalado en las calles, limitando la libertad y la vida cotidiana de sus habitantes.
Las políticas de seguridad implementadas hasta el momento han demostrado ser ineficaces. La corrupción policial, la falta de recursos y la complicidad de sectores del poder político han creado un caldo de cultivo ideal para el crecimiento del crimen organizado. Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando soluciones reales que vayan más allá de los anuncios grandilocuentes y las detenciones mediáticas.
¿Qué futuro le espera a Rosario? ¿Seguirá siendo rehén del narcotráfico o podrá algún día recuperar la paz y la tranquilidad que sus habitantes merecen? El tiempo dirá. Pero una cosa es segura: la lucha contra la inseguridad no se gana con discursos ni con marketing, sino con políticas públicas serias, una justicia eficiente y una policía honesta y comprometida.