¡Rosario arde! En una ciudad donde la pasión futbolística a menudo se convierte en un infierno, un nuevo acto de violencia sacude los cimientos del club Rosario Central. La casa de Leopoldo “Pitito” Martínez, el presunto heredero del liderazgo de la barra brava tras el asesinato de Andrés "Pillín" Bracamonte, fue acribillada a balazos en un ataque que muchos vieron venir. ¿Es este el comienzo de una guerra sin cuartel por el control de la tribuna canalla o un ajuste de cuentas entre facciones rivales? Amarillo “Polémica” Pérez desmenuza los hechos con su estilo incisivo y provocador.
Una lluvia de plomo en Villa Manuelita
El sábado por la tarde, la tranquilidad del barrio Villa Manuelita se vio interrumpida por una ráfaga de disparos. La casa de “Pitito” Martínez, pintada con los colores azul y amarillo de Rosario Central, se convirtió en el blanco de un ataque a tiros. Afortunadamente, Martínez no se encontraba en la vivienda en ese momento, ya que se presume que estaba en el estadio Gigante de Arroyito para el partido contra Racing. Una mujer que se encontraba en la casa resultó ilesa, pero el mensaje fue claro: la violencia no da tregua en Rosario.
Según las primeras investigaciones, se encontraron cinco vainas servidas de calibre .40, tres de las cuales impactaron en la puerta de la casa. Un dato escalofriante que revela la intencionalidad del ataque y la frialdad de los agresores. ¿Quiénes son estos sicarios que actúan con tanta impunidad en la ciudad? ¿Acaso se trata de una venganza por el asesinato de “Pillín” Bracamonte o hay otros intereses en juego?
Pitito Martínez: ¿un heredero en la mira?
Leopoldo “Pitito” Martínez, quien era la mano derecha de “Pillín” Bracamonte, ha sido señalado como su sucesor natural al frente de la barra brava de Rosario Central. Sin embargo, este ascenso no ha estado exento de polémica. Algunos lo ven como un líder débil, incapaz de controlar las internas de la barra. Otros sospechan que su llegada al poder podría desatar una nueva ola de violencia en la ciudad.
Martínez ya había tenido encontronazos con la justicia en el pasado. En 2020, fue detenido tras un allanamiento en su casa, donde se encontró un arma de fuego con la numeración limada. Este antecedente lo coloca en el centro de la escena y lo convierte en un blanco fácil para sus enemigos. ¿Podrá “Pitito” Martínez sobrevivir en este ambiente hostil o se convertirá en otra víctima de la violencia en el fútbol argentino?
El fantasma de “Pillín” Bracamonte
El asesinato de Andrés “Pillín” Bracamonte, ocurrido el pasado 9 de noviembre a la salida de un partido contra San Lorenzo, conmocionó a la ciudad de Rosario. Bracamonte, quien lideró la barra brava de Rosario Central durante 25 años, fue acribillado a balazos junto a su lugarteniente, Raúl Daniel "el Rana" Attardo. Este doble crimen dejó un vacío de poder en la barra brava canalla y desató una lucha interna por el control de la tribuna.
Muchos creen que el ataque a la casa de “Pitito” Martínez es una consecuencia directa del asesinato de Bracamonte. La hipótesis que maneja la policía es que se trata de un ajuste de cuentas entre facciones rivales que buscan quedarse con el liderazgo de la barra. “Pillín”, además de su poder en la tribuna, estaba vinculado a negocios ilícitos como el narcotráfico y la extorsión. Su muerte podría haber desestabilizado estos negocios y generado una disputa por el control de los mismos.
¿Rosario, una ciudad sin ley?
La violencia en el fútbol argentino no es un fenómeno nuevo, pero en Rosario parece haber alcanzado niveles alarmantes. Las barras bravas actúan con impunidad, sembrando el terror en las calles y en los estadios. La connivencia con la policía y la política, sumada a la falta de recursos para combatir este flagelo, han creado un cóctel explosivo que amenaza con destruir la pasión por el fútbol.
El ataque a la casa de “Pitito” Martínez es un nuevo capítulo en esta historia de violencia. ¿Hasta cuándo las autoridades seguirán mirando para otro lado? ¿Cuándo se tomarán medidas concretas para erradicar a las barras bravas del fútbol argentino? La sociedad rosarina exige respuestas y justicia. El fútbol no puede seguir siendo una excusa para la violencia y la muerte.
Mientras tanto, la sombra de “Pillín” Bracamonte sigue presente en las calles de Rosario. Su legado de violencia continúa generando miedo e incertidumbre. ¿Podrá “Pitito” Martínez escapar de este destino trágico o se convertirá en otra víctima de la barbarie? El futuro del fútbol rosarino está en juego.
La ciudad espera con ansias el próximo partido de Rosario Central. La tensión se palpa en el aire. ¿Habrá nuevos episodios de violencia? ¿Se tomarán medidas para garantizar la seguridad de los hinchas? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, Rosario sigue siendo una ciudad en vilo, donde la pasión por el fútbol se mezcla con el miedo a la violencia.