El aroma a pollo al horno con especias se mezclaba con la brisa marina en Pinamar. En una casa sencilla, lejos del glamour habitual, Wanda Nara, con un delantal improvisado y el pelo recogido, cocinaba para su nuevo amor, L-Gante, y sus hijas. Una postal familiar que contrastaba con el torbellino mediático que rodea a la pareja. Ese día, el menú no solo incluía un pollo dorado a la perfección, sino también una dosis de realidad, risas, fanáticos y la inevitable polémica familiar que parece perseguir a Wanda.
Un romance playero con sabor a hogar
La imagen de Wanda en la cocina, descalza y con ropa cómoda, cocinando un pollo al horno para L-Gante, conmovió a las redes sociales. La empresaria, acostumbrada a los flashes y las alfombras rojas, se mostraba en una faceta íntima y cotidiana. “Mi forma de dar amor”, escribió en su Instagram, junto a una foto del plato terminado, desatando una ola de comentarios y reacciones. La escena transmitía calidez, familiaridad, un amor que se expresa en los gestos más sencillos.
L-Gante, por su parte, respondió con una foto de Wanda en plena faena culinaria: “Afortunado”, escribió, simple y contundente. La química entre ambos era palpable, se los veía relajados, disfrutando de la compañía mutua y de la tranquilidad del hogar, un refugio temporal del ojo público.
El show debe continuar… ¡en el balcón!
La paz hogareña se vio interrumpida por una multitud de fanáticos que, al descubrir la ubicación de la pareja, rodearon la casa. Wanda, con humor, compartió la escena en sus stories: “Nos coparon la casa”, escribió, mientras L-Gante, con la naturalidad que lo caracteriza, improvisaba un show en el balcón para sus seguidores. La música y las risas rompieron la tranquilidad, transformando el encuentro en una fiesta improvisada.
El episodio del balcón no solo evidenció la popularidad de L-Gante, sino también la familiaridad de Wanda con la vida pública. La empresaria, lejos de molestarse, se mostró divertida y cómplice con la situación, compartiendo la alegría de los fans con sus seguidores en redes sociales.
La polémica familiar: un ingrediente amargo en el paraíso
Mientras Wanda y L-Gante disfrutaban de su escapada romántica, la polémica se encendía en otro frente. La presencia de las hijas de Wanda y la hija de L-Gante en Pinamar, contrastaba con la ausencia de los hijos que Wanda tuvo con Mauro Icardi. La situación reavivó las críticas y los debates en redes sociales sobre la maternidad, las relaciones familiares y la exposición mediática de los niños.
Tamara Báez, expareja de L-Gante y madre de su hija Jamaica, compartió fotos de la niña disfrutando de la playa junto a su padre y Wanda. Sin embargo, el gesto fue interpretado por muchos como una indirecta hacia Wanda, quien había criticado públicamente a Mauro Icardi por permitir que sus hijos pasaran tiempo con la China Suárez, actual pareja del futbolista. Las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla, con opiniones divididas y acusaciones cruzadas.
Más allá del ruido mediático, en Pinamar, Wanda y L-Gante se mostraron como una pareja unida, disfrutando de la simpleza de la vida familiar. Entre pollos al horno, fanáticos entusiastas y controversias familiares, su romance playero se convirtió en el centro de atención, confirmando una vez más que la realidad, a veces, supera a la ficción.