En una celebración que combinó la emotividad familiar con la impronta política, Horacio Rodríguez Larreta y Milagros Maylin sellaron su unión matrimonial este sábado en una fiesta realizada en el exclusivo complejo Sofitel La Reserva Cardales. El evento, que congregó a más de 300 invitados, contó con la presencia de destacadas figuras del ámbito político, económico y social del país.
Un evento con sello político
La boda de Rodríguez Larreta y Maylin se convirtió en un epicentro de la política argentina. Entre los asistentes, se destacaron figuras clave del PRO, como la ex diputada Elisa Carrió, la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y los diputados Emilio Monzó y Nicolás Massot. La presencia de estos referentes políticos no solo evidencia la importancia de Larreta dentro del espectro político nacional, sino que también marca el tono de un evento que inevitablemente trascendió lo estrictamente personal.
Más allá del PRO, la lista de invitados incluyó a figuras de otros espacios políticos y del ámbito económico. Los economistas Alfonso Prat Gay, Carlos Melconian y Hernán Lacunza, junto con el ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, fueron algunos de los presentes. La diversidad de perfiles políticos y económicos de los asistentes subraya la capacidad de Larreta para construir puentes y generar consensos, una habilidad que ha sido una constante en su trayectoria política.
Emotividad y homenajes en la celebración
La ceremonia estuvo cargada de momentos emotivos, especialmente la entrada de la novia, Milagros Maylin. En un conmovedor homenaje a su padre, fallecido a mediados de año, Maylin ingresó al salón del brazo de amigos cercanos de su progenitor. En el tramo final, la acompañó su madre, Mariana Vázquez Ferro, en una escena que conmovió a todos los presentes. Este gesto personal y profundamente significativo añadió una capa de emotividad a la celebración, mostrando una faceta más íntima de la pareja.
La ambientación de la fiesta, realizada en el exclusivo hotel Sofitel La Reserva Cardales, estuvo cuidadosamente diseñada para crear una atmósfera cálida y elegante. El entorno natural privilegiado del lugar, rodeado de naturaleza y con amplios espacios al aire libre, contribuyó a la magia del evento. La música en vivo, la exquisita cena y una pista de baile que se mantuvo animada durante toda la noche completaron una velada inolvidable para los novios y sus invitados.
Un detalle que no pasó desapercibido fue la ausencia del ministro de Economía, Luis Caputo, amigo cercano de Rodríguez Larreta. Su decisión de no asistir a la boda se produjo luego de la dura carta que el ex jefe de Gobierno porteño publicó denunciando la violencia verbal de Javier Milei. Este hecho, aunque no confirmado oficialmente, generó especulaciones en el ámbito político, interpretándose como un posible distanciamiento entre ambos dirigentes.
El futuro político de Larreta tras la boda
Más allá de la celebración, la boda de Rodríguez Larreta también se lee en clave política. Tras su paso al costado en la carrera presidencial, el evento sirvió como una plataforma para reafirmar su liderazgo dentro de Juntos por el Cambio y mostrar su capacidad de convocatoria. La presencia de figuras clave del espacio opositor, así como de referentes económicos y sociales, refuerza su posición como un actor fundamental en el escenario político nacional.
En los próximos meses, se espera que Larreta defina su rol dentro de la oposición y se posicione de cara a las elecciones de 2025. Su capacidad para articular consensos y construir una visión de futuro para el país será clave para determinar su influencia en el escenario político post-Milei. La boda, en este sentido, puede interpretarse como un punto de partida para una nueva etapa en su carrera política.
La celebración también puso en evidencia la importancia de las relaciones personales en la política. La presencia de amigos y familiares, junto con las figuras del ámbito público, mostró una faceta más humana de Larreta, un hombre que, más allá de sus responsabilidades políticas, valora los afectos y las conexiones personales. En un mundo cada vez más polarizado, este tipo de eventos sirve como un recordatorio de que la política también se construye desde lo humano.
Finalmente, la boda de Rodríguez Larreta y Maylin dejó una imagen de unidad y optimismo dentro de Juntos por el Cambio. En un contexto de fuertes divisiones internas y de incertidumbre política, la celebración se convirtió en un espacio de encuentro y de reafirmación de los valores que unen al espacio opositor. La imagen de Larreta rodeado de sus aliados políticos envía un mensaje claro: la oposición está viva y se prepara para los desafíos que se avecinan.