Un audaz robo sacudió los cimientos del Castillo de Windsor, la residencia real británica. Dos ladrones enmascarados lograron infiltrarse en Shaw Farm, una finca operativa dentro de los terrenos de la propiedad real, mientras el Príncipe William, Kate Middleton y sus tres hijos dormían plácidamente en la cercana Adelaide Cottage. El incidente, ocurrido la noche del domingo 13 de octubre, se dio a conocer públicamente recién semanas después, generando preguntas sobre la seguridad del complejo y la familia real.
Detalles del Robo
De acuerdo a informes policiales y reportes periodísticos, los ladrones superaron una valla de seguridad de aproximadamente dos metros de altura y, usando un camión previamente robado, forzaron la entrada principal de la finca. Una vez dentro, se apoderaron de una camioneta Isuzu negra y un cuatriciclo rojo, cargados con herramientas agrícolas. La audacia del hecho queda evidenciada por la cercanía de la finca a la residencia de la familia real; se calcula que están situadas a sólo unos minutos de distancia.
La policía de Thames Valley, en un comunicado escueto, confirmó el robo y la investigación en curso, especificando que no se han realizado arrestos hasta la fecha. Los individuos se dirigieron hacia la zona de Old Windsor/Datchet luego del suceso. Este incidente plantea serias interrogantes sobre los sistemas de seguridad presentes en la propiedad.
El Contexto del Incidente
El robo ocurrió mientras el Príncipe William, Kate, y sus hijos, George, Charlotte y Louis, se encontraban en Adelaide Cottage. El Rey Carlos III, por su parte, se encontraba en Escocia, y la Reina Camila en un spa en la India. Se cree que la familia real se encontraba en Adelaide Cottage, y no en el castillo principal, debido a que es una residencia más íntima y apta para la crianza de los hijos.
Adelaide Cottage, una casa de cuatro dormitorios, es la residencia familiar de la pareja, desde que se mudaron allí en 2022. Es significativa la localización de la finca robada: muy cercana a la puerta de Shaw Farm, que fue el punto de partida de la procesión funeraria de la Reina Isabel II en septiembre del 2022. La proximidad del robo a este lugar simbólico realza la gravedad del incidente.
Vulnerabilidades de Seguridad
El robo en Shaw Farm ha expuesto potenciales vulnerabilidades en la seguridad del Castillo de Windsor, considerado uno de los complejos reales más protegidos del mundo. Fuentes cercanas han indicado que, a pesar de la existencia de sistemas de alarmas, la intrusión se detectó solo después de que los ladrones hubieran escapado a través de la barrera de seguridad, significando una falla en la detección temprana de la amenaza. La barrera de seguridad, según la misma fuente, sufrió daños severos y requirió ser reemplazada.
La naturaleza premeditada del robo también genera inquietud. Fuentes no oficiales sugieren que los ladrones poseían conocimiento previo sobre la ubicación y horario en que se encontraban los vehículos y las herramientas agrícolas, lo cual indica que el grupo delictivo tenía información privilegiada. Esta posibilidad apunta a posibles fallas o lagunas en las estrategias de seguridad que deben ser investigadas a fondo.
Las Preguntas Abiertas
Tras la noticia del incidente, diferentes interrogantes permanecen sin respuesta. ¿Cómo pudieron los ladrones sortear con tanta facilidad los diferentes perímetros de seguridad del Castillo? ¿Fallaron los sistemas de vigilancia o simplemente no se implementaron adecuadamente para la zona afectada? ¿Qué medidas se tomarán para mejorar los protocolos de seguridad en Windsor después de este hecho? La opinión pública reclama respuestas claras a estas preguntas, para asegurar la protección de la familia real y los bienes que se encuentran en la propiedad.
La investigación se encuentra en curso, y las autoridades están trabajando para identificar y detener a los responsables. Mientras tanto, el incidente ha puesto de manifiesto una preocupante realidad: aún los lugares considerados más seguros del mundo son vulnerables a actos delictivos sofisticados. Se esperan medidas enérgicas para evitar que casos similares ocurran en el futuro.
Este incidente resalta la tensión entre la necesidad de asegurar la seguridad de la Familia Real y mantener un balance entre la seguridad y la accesibilidad al Castillo de Windsor, uno de los principales destinos turísticos del país.