En la asfixiante altura de Ecuador, River Plate batalló contra Independiente del Valle y la falta de oxígeno, logrando un empate agónico 2-2 que supo a gloria. Un punto valioso en la Copa Libertadores, pero que dejó al descubierto preocupantes falencias en el funcionamiento del equipo. ¿Quiénes se destacaron en este duelo al límite? ¿Qué errores costaron caro? Acompáñenme en este análisis jugador por jugador, donde diseccionaremos cada actuación con la pasión de un hincha y la objetividad de un analista.
Análisis táctico: Las claves del partido
Independiente del Valle planteó un partido agresivo, presionando alto y buscando transiciones rápidas. River, por su parte, intentó controlar el balón, pero sufrió la falta de precisión y la dificultad para adaptarse a la altura. Los cambios de Demichelis en el segundo tiempo fueron decisivos para cambiar el rumbo del partido.
- La presión alta de Independiente del Valle dificultó la salida de River desde el fondo.
- La falta de conexión entre el mediocampo y la delantera impidió generar situaciones claras de gol.
- Los cambios de Demichelis le dieron aire fresco al equipo y permitieron revertir el resultado.
Rendimiento Individual: Jugador por Jugador
Arquero
Franco Armani (6): El arquero Millonario poco pudo hacer ante los goles. Un remate de Cazares que se estrelló en el poste y una atajada providencial maquillaron una actuación que podría haber sido aún más sombría. La defensa endeble lo dejó expuesto, pero Armani demostró que, a pesar de todo, sigue siendo un arquero de jerarquía. Dejó una atajada clave que evitó la derrota.
Defensores: Un castillo de naipes a punto de derrumbarse
Fabricio Bustos (3): Una sombra en el lateral derecho. Desbordado, superado y sin respuestas ante los ataques ecuatorianos. Su sector fue una autopista libre para los delanteros rivales. Impreciso en los pases y dubitativo en la marca, Bustos firmó uno de sus peores partidos con la camiseta de River. Urge una reacción, o un cambio de rumbo. Fue el punto más débil de la defensa.
Germán Pezzella (3): Lento, previsible y a destiempo. El defensor central no transmitió seguridad en ningún momento. Superado en el juego aéreo y en el mano a mano, Pezzella evidenció una falta de ritmo alarmante. Su lentitud para anticipar a Spinelli en el segundo gol fue un reflejo de su noche para el olvido. La defensa necesita un líder, y Pezzella, al menos en este partido, no lo fue. Su falta de velocidad quedó expuesta.
Leandro González Pirez (4): En sintonía con Pezzella, González Pirez tampoco ofreció garantías. Vulnerado con facilidad, careció de solidez y confianza. A pesar de mostrar actitud en el segundo tiempo, no fue suficiente para compensar sus errores en la primera mitad. Necesita recuperar la seguridad que supo tener en otros momentos. Intentó compensar sus errores con garra.
Milton Casco (4): El experimentado lateral tampoco encontró su lugar en la altura. Cansado y superado físicamente, sufrió para contener los ataques por su banda. Aportó poco en ataque y no logró frenar los avances del rival. La edad parece pesarle, y River necesita encontrar alternativas para refrescar el lateral izquierdo. La altura le pasó factura.
Mediocampistas: Entre la imprecisión y el chispazo de lucidez
Kevin Castaño (6): De lo poco rescatable en la mitad de la cancha. En el primer tiempo, mostró precisión en la distribución y ganó duelos importantes. Sin embargo, se quedó sin aire en el complemento y cometió errores que casi le cuestan caro a River. Necesita regular su rendimiento y mantener la concentración durante todo el partido. Su rendimiento decayó en el segundo tiempo.
Rodrigo Aliendro (4): Desaparecido en acción. No logró conectar con el juego, falló en la recepción y no aportó soluciones en ataque. Su rendimiento fue tan bajo que fue sustituido al inicio del segundo tiempo. Un partido para olvidar. No gravitó en el juego.
Santiago Simón (3): Otro que naufragó en la altura. Intrascendente, timorato y sin ideas. No aportó nada en ninguna faceta del juego. Su presencia en el campo fue casi invisible. River necesita jugadores con más actitud y determinación. Un partido para el olvido.
Delanteros: Un destello de magia en la tormenta
Franco Mastantuono (7): El juvenil fue de lo más destacado de River. A pesar de recibir muchas veces de espaldas, logró agilizar el juego con controles sutiles y traslados que desparramaron rivales. Le faltó compañía, pero demostró que tiene pasta de crack. Es el presente y el futuro del Millonario. Un rayo de esperanza en la altura.
Facundo Colidio (4): Un espejismo. Arrancó enchufado, pero se fue apagando con el correr de los minutos. Perdió sorpresa jugando como extremo y tomó malas decisiones en los metros finales. Necesita reencontrarse con su mejor versión. Se diluyó con el correr de los minutos.
Sebastián Driussi (5,5): Estático y poco participativo en el primer tiempo, Driussi se soltó en el complemento y marcó el gol del empate con olfato de goleador. A pesar de no haber tenido su mejor noche, demostró que tiene la capacidad de aparecer en los momentos clave. El gol salvó su actuación.
Los salvadores desde el banco: La chispa que encendió la remontada
Giuliano Galoppo (7): Su ingreso le dio aire fresco al mediocampo. Se amigó con la pelota, buscó atacar los espacios y marcó el gol del descuento en un momento crucial. Un revulsivo que demostró que tiene mucho para aportar. Cambió el partido con su ingreso.
Manuel Lanzini (6): Decisivo en la mejoría de River durante el complemento. Tomó buenas decisiones con la pelota en los pies, participó activamente del juego y se mostró movedizo. Su ingreso le dio otra dinámica al ataque Millonario. Aportó claridad en el mediocampo.
Matías Kranevitter (5): Ingresó para darle equilibrio al mediocampo, pero cometió errores que pudieron haberle costado caro a River. Alternó buenas y malas, y su actuación fue discreta. No logró imponer su experiencia.
Nacho Fernández (7): Otro que entró enchufado y le generó problemas a la defensa ecuatoriana. Inteligente para manejar los tiempos y preciso en los pases, Fernández demostró que sigue siendo un jugador clave en el esquema de River. Su visión de juego fue clave.
Un empate con sabor a poco
River Plate rescató un empate agónico en la altura de Ecuador, un punto que puede ser clave en la lucha por la clasificación a la siguiente fase de la Copa Libertadores. Sin embargo, el rendimiento del equipo dejó muchas dudas. La defensa sigue siendo un problema, el mediocampo carece de ideas y la delantera depende demasiado de individualidades. Si quiere llegar lejos en la Copa, River necesita mejorar su juego y encontrar una identidad.
Este empate agónico en la altura es un bálsamo para el alma del hincha Millonario, pero no debe ser un espejismo. River necesita seguir trabajando, corrigiendo errores y potenciando sus virtudes. El camino es largo y sinuoso, pero con esfuerzo, dedicación y un poco de suerte, River puede volver a levantar la Copa.
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