El riesgo país argentino ha alcanzado un mínimo histórico de 720 puntos básicos bajo la gestión del presidente Javier Milei, según datos del JP Morgan. Este registro representa una caída significativa del 62% en lo que va del año y un descenso del 26,8% en el mes de noviembre, marcando un nuevo hito en la era Milei y superando el nivel previo más bajo registrado el 1° de marzo de 2019 (718 puntos básicos).
Causas de la histórica caída del riesgo país
La notable disminución del riesgo país se atribuye a una convergencia de factores positivos que han impulsado un significativo repunte en los bonos argentinos en dólares. Este rally, que ha llegado a superar el 17% en el mes y el 100% en algunos casos en lo que va del año, refleja una creciente confianza en la economía argentina.
El rol de las negociaciones con el FMI
Las perspectivas de un avance en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la reunión entre el presidente Milei y la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, han jugado un papel clave. La posibilidad de un desembolso de fondos frescos para Argentina ha infundido optimismo en el mercado.
Este optimismo se basa en la expectativa de que el acuerdo con el FMI permitirá a Argentina afrontar sus compromisos de deuda de manera más eficiente, mejorando su posición financiera y reduciendo las perspectivas de un default.
Desaceleración de la inflación y superávit fiscal
Otro factor importante es la desaceleración de la inflación, con un registro de 1.2% en la inflación mayorista que sugiere un enfriamiento de la presión sobre los precios. Esta tendencia positiva, sumada a 10 meses consecutivos de superávit en las cuentas públicas, indica una consolidación fiscal que está siendo bien recibida por el mercado.
El desempeño del Banco Central también ha contribuido a esta tendencia positiva. La institución ha registrado 37 ruedas con resultados positivos en sus intervenciones en el mercado cambiario, acumulando un saldo favorable de US$ 1.271 millones en noviembre, lo que fortalece la posición de divisas del país.
Mejoramiento en el manejo del tipo de cambio
La mejora en el panorama financiero ha permitido al gobierno ampliar el margen para el control del tipo de cambio. El objetivo es reducir el ajuste mensual del tipo de cambio del 2% actual a un registro cercano al 1% en los próximos meses. Esta política, sumada a la disminución de las cotizaciones de los dólares financieros, apunta a una mayor estabilidad cambiaria.
Desde Max Capital, analistas señalan que “la combinación del crawling peg y una apreciación del contado con liquidación (CCL), producto del blend, presionó a la baja el precio de los bienes transables, desacelerando también gradualmente los precios de los no transables. El Gobierno parece estar un paso más cerca de reducir el crawling al 1%, como anunció el presidente, algo que ocurriría en enero, potencialmente antes si la inflación baja más rápido en noviembre, aunque las estimaciones de alta frecuencia apuntan a una cifra en torno al 3% mensual, ligeramente por encima de octubre.”
Implicaciones para la economía argentina
La histórica caída del riesgo país tiene implicaciones positivas para la economía argentina. Una menor percepción de riesgo suele traducirse en un acceso más fácil y menos costoso al financiamiento internacional. Esto podría facilitar la inversión extranjera directa y fomentar el crecimiento económico.
Además, la estabilidad cambiaria, en caso de mantenerse, crea un entorno más predecible para las empresas, lo que puede contribuir a la estabilidad de precios y al aumento de la inversión. Sin embargo, se requiere una continua vigilancia y gestión adecuada de la economía para consolidar estas mejoras a largo plazo.
Un panorama alentador pero con desafíos pendientes
La caída del riesgo país a un mínimo histórico bajo la administración Milei es sin duda una noticia positiva. Sin embargo, es importante reconocer que se trata de una tendencia reciente y que se requiere una gestión continua para consolidar las mejoras en la economía argentina. El éxito a largo plazo dependerá de la capacidad del gobierno para mantener el ritmo de las reformas estructurales y de su manejo responsable de la política económica.
Los desafíos por delante son numerosos. La inflación, si bien se ha desacelerado, sigue siendo una preocupación. La deuda pública sigue siendo alta, y la incertidumbre sobre la situación económica global puede influir en el futuro del riesgo país. El seguimiento constante y la responsabilidad fiscal serán claves para asegurar que este descenso se mantenga y se traduzca en mejoras sustanciales para los argentinos.