La ganadería patagónica se prepara para una revolución verde. El registro de la primera Área Productora de Semillas de Especies Nativas (APSEN) de coirón blanco (Festuca pallescens) marca un antes y un después, prometiendo aumentar la productividad y proteger el suelo. Descubre cómo esta innovación, fruto de la colaboración entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la provincia de Río Negro, está transformando el futuro de la región.
El Coirón Blanco: Un Aliado Estratégico para la Ganadería Patagónica
El coirón blanco (Festuca pallescens) es una gramínea forrajera nativa de la Patagonia, fundamental en los sistemas ganaderos de la región. Su rusticidad, adaptación a suelos pobres y resistencia a climas adversos la convierten en una especie clave para alimentar el ganado en zonas áridas y semiáridas.
Más allá de su valor forrajero, el coirón blanco contribuye a la conservación del suelo, previniendo la erosión y mejorando su estructura. Su sistema radicular profundo ayuda a fijar el suelo y a aumentar su capacidad de retención de agua, esencial en áreas propensas a la desertificación.
Utilizar semillas certificadas de coirón blanco asegura la siembra de plantas adaptadas a las condiciones locales, maximizando la productividad y contribuyendo a la sostenibilidad de los sistemas ganaderos. La trazabilidad de las semillas garantiza el uso de especies nativas, evitando la introducción de especies exóticas que puedan dañar los ecosistemas patagónicos.
APSEN: Un Nuevo Capítulo para la Producción de Semillas Nativas
En un hito para la ganadería sostenible y la conservación de recursos naturales, se ha registrado la primera Área Productora de Semillas de Especies Nativas (APSEN) de coirón blanco en la Patagonia. ¿Qué significa esto para los productores y el medio ambiente?
Un Esfuerzo Colaborativo que Rinde Frutos
Durante más de una década, el grupo de “Domesticación de especies forrajeras nativas patagónicas”, con sede en INTA Bariloche e INTA Esquel, ha estudiado el coirón blanco. Este trabajo exhaustivo, que abarcó desde análisis genéticos hasta evaluaciones de tolerancia al estrés hídrico y salino, ha culminado con la inscripción de una parcela en el Campo Experimental de Pilcaniyeu como APSEN.
Paula Marchelli, investigadora clave en este proyecto, destaca el doble propósito de esta iniciativa: “Por un lado, poder mejorar la productividad de los pastizales, pero también, que tenga fines de restauración”. Esta visión integral combina la producción ganadera con la conservación del suelo, mostrando cómo la ciencia puede impulsar un desarrollo más sostenible.
Trazabilidad y Certificación: Garantía de Origen y Calidad
Un aspecto crucial de esta inscripción es la trazabilidad de las semillas de coirón blanco. Cada semilla comercializada tendrá un código que permitirá identificar su origen, garantizando su autenticidad y calidad. Este sistema de certificación beneficia a los productores y promueve la transparencia y la confianza en el mercado de semillas nativas.
María Marta Azpilicueta, otra investigadora involucrada, explica que la parcela productora es un pastizal natural que ya produce semillas. “Lo que se hizo fue una clausura para restringir el acceso al ganado”, señala, destacando que esta práctica sencilla pero efectiva protege y potencia la producción de semillas nativas.
La implementación de esta APSEN abre nuevas oportunidades para la investigación y el desarrollo tecnológico. Se están realizando estudios para mecanizar la siembra del coirón blanco, facilitando su uso a gran escala y potenciando sus beneficios para la ganadería y la restauración de suelos.
Un Modelo para la Conservación de Recursos Genéticos
La inscripción del APSEN de coirón blanco es un logro para la Patagonia y un precedente a nivel nacional. Este modelo de colaboración entre instituciones científicas, el sector público y los productores locales puede replicarse en otras regiones para promover la conservación y el uso sostenible de recursos genéticos nativos.
Laura Villamayor, Coordinadora de Relaciones Internacionales y Directora de Asuntos Jurídicos del INASE, destaca el trabajo del grupo de investigación: “El INASE trabaja hace muchos años con especies nativas, concientizando a las provincias de la valorización de sus recursos genéticos, la importancia no solamente del valor económico sino de su conservación”. Estas palabras reflejan el compromiso del INASE con la promoción de prácticas agrícolas que respeten la biodiversidad y contribuyan a un futuro más sostenible.
Este tipo de logros fortalecen la gestión sustentable de los recursos y potencian el desarrollo regional.
Un Futuro Prometedor para la Ganadería Sostenible
La inscripción del APSEN de coirón blanco marca un paso importante hacia un futuro más sostenible para la ganadería patagónica. Este logro, posible gracias al trabajo colaborativo entre científicos, técnicos, productores y el sector público, demuestra que es posible combinar la producción ganadera con la conservación de los recursos naturales.
A medida que se avance en el conocimiento tecnológico de la siembra del coirón blanco y se desarrollen nuevas variedades adaptadas a diferentes condiciones ambientales, se espera que su utilización se extienda a otras regiones del país, contribuyendo a la sostenibilidad de la ganadería a nivel nacional.
La historia del coirón blanco es un ejemplo de cómo la ciencia, la innovación y la colaboración pueden transformar la forma en que producimos alimentos, protegiendo al mismo tiempo nuestro medio ambiente. Este hito nos invita a seguir apostando por un modelo de desarrollo que priorice la sostenibilidad, la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades locales.
El Coirón Blanco: Semilla de la Revolución Ganadera en la Patagonia. ¡Aprende más sobre esta innovadora iniciativa y apoya la ganadería sostenible!