¡Escándalo en Embalse! Veinte familias trabajadoras del Complejo Turístico arrojadas a la calle por el insensible gobierno de Milei. ¿Acaso el turismo social es un lujo que los argentinos no podemos permitirnos? ¿O será que el gobierno prepara un negociado turbio con empresarios amigos para privatizar este patrimonio nacional?
El Plan Motosierra de Milei ataca de nuevo: 20 familias en la calle
El Complejo Turístico de Embalse, un oasis de descanso para la clase trabajadora, se ha convertido en el escenario de una nueva tragedia. Veinte empleados, padres y madres de familia, han sido despedidos sin piedad, víctimas del ajuste salvaje que Milei y sus secuaces están implementando en todo el país. Estos trabajadores, acusados de ser “ñoquis” por la derecha rancia y recalcitrante, se encargaban del mantenimiento de las 300 hectáreas que abarcan siete hoteles, un complejo polideportivo, canchas, un centro de salud y un extenso parquizado. ¿Ahora quién se encargará de estas tareas? ¿Acaso Milei planea dejar que el complejo se deteriore para luego venderlo a precio de remate a algún empresario amigo?
Mientras el gobierno celebra la llegada de 40 familias de la Prefectura Naval a Embalse, 20 familias trabajadoras se enfrentan a un futuro incierto. La hipocresía es monumental. Se llenan la boca hablando de progreso y seguridad, pero dejan a su propia gente a la deriva. ¿Es esta la ‘revolución de la alegría’ que prometieron? Más bien parece la ‘revolución del hambre y la desesperación’.
Scioli, el cómplice silencioso del ajuste
Daniel Scioli, el ministro de Turismo, se lava las manos como Poncio Pilato. Desde su cómoda oficina en Buenos Aires, repite como un loro que el complejo no será privatizado, pero no ofrece ninguna solución para los trabajadores despedidos. ¿Acaso cree que con palabras vacías va a calmar el hambre de estas familias? Su silencio cómplice lo convierte en un actor fundamental de este drama. Scioli, el eterno candidato, el peronista de cartón pintado, demuestra una vez más que su ambición personal está por encima del bienestar del pueblo.
Los trabajadores, con salarios que apenas superan los 400 mil pesos, no pueden ni siquiera cubrir la canasta básica. Y ahora, sin trabajo ni obra social, se enfrentan a un abismo. ¿Es justo que quienes mantienen el país con su esfuerzo sean los primeros en pagar los platos rotos del ajuste? El gobierno debería estar creando empleo, no destruyéndolo. Pero claro, para Milei y sus amigos, los trabajadores son solo un número, un obstáculo en su camino hacia la riqueza.
Recordemos que estos hoteles, construidos por Perón para que los trabajadores pudieran disfrutar de sus vacaciones, son un símbolo de la justicia social. Ahora, el gobierno de Milei, con su desprecio por los más humildes, intenta borrar de un plumazo esa historia. Pero no lo vamos a permitir.
La lucha continúa: ¡No al cierre del Complejo Turístico de Embalse!
El viernes a las 10 de la mañana, los trabajadores despedidos y sus familias marcharán por las calles de Embalse para exigir la reincorporación de sus puestos de trabajo y la reapertura del complejo. Esta lucha no es solo por 20 familias, es por el futuro del turismo social en Argentina. Es por un país donde el derecho al descanso y la recreación no sea un privilegio de unos pocos, sino un derecho de todos.
Invitamos a todos los argentinos a sumarse a esta lucha. No podemos permitir que el gobierno de Milei destruya nuestro patrimonio y nos condene a un futuro sin esperanza. ¡Basta de ajuste, basta de despidos, basta de mentiras!
El Complejo Turístico de Embalse debe permanecer abierto, no solo como un lugar de descanso, sino como un símbolo de la resistencia del pueblo argentino frente a las políticas neoliberales que buscan concentrar la riqueza en unas pocas manos. La lucha recién comienza. ¡No nos vamos a quedar callados!