¡Indignante! El Gobierno de Milei ha desatado la furia de los jubilados al implementar un recorte brutal en la cobertura de medicamentos. Miles de adultos mayores se ven obligados a elegir entre comer o comprar sus remedios, una situación que ha sido calificada como “eutanasia encubierta” por un cardenal cercano al Papa. Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, defiende la medida con argumentos fríos y calculadores, alegando que “solo” el 11% de los jubilados son pobres. ¿Acaso el Gobierno vive en una realidad paralela?
Jubilados al borde del abismo: el drama de elegir entre comer o medicarse
La angustia y la desesperación se apoderan de los jubilados argentinos. El recorte en la cobertura de medicamentos del PAMI ha dejado a miles de ellos en una situación límite, obligados a tomar decisiones desgarradoras. Muchos deben racionar sus medicinas, poniendo en riesgo su salud, mientras que otros se ven forzados a recurrir a la solidaridad de familiares y amigos para poder afrontar los gastos.
Las calles se han convertido en escenario de protestas y reclamos. Jubilados indignados se manifiestan frente al Congreso, exigiendo respuestas al Gobierno. La represión policial no se ha hecho esperar, sumando más dolor e indignación a la situación. Las imágenes de adultos mayores siendo agredidos por las fuerzas de seguridad dan la vuelta al mundo, mostrando la crueldad de un Gobierno que parece insensible al sufrimiento de su pueblo.
La “eutanasia encubierta”: una acusación que estremece
Monseñor Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba y cercano al Papa Francisco, no ha dudado en calificar el recorte de medicamentos como una “eutanasia encubierta”. Sus palabras, cargadas de indignación y dolor, han generado un fuerte impacto en la sociedad argentina. La comparación con la eutanasia, aunque polémica, refleja la gravedad de la situación que viven los jubilados, abandonados a su suerte por un Gobierno que prioriza el ajuste fiscal por encima de la salud y la vida de las personas.
“Es una especie de eutanasia encubierta… entre comer y medicarte, tenés que optar por comer un poco y eso implica sacrificar medicamentos necesarios, para algunos imprescindibles incluso”.
Las declaraciones de Rossi han desatado una ola de críticas hacia el Gobierno. La Iglesia, tradicionalmente aliada del poder, se ha convertido en una voz crítica frente a las políticas de ajuste que están llevando a la Argentina al borde del colapso social. La acusación de “eutanasia encubierta” es un golpe directo al corazón del Gobierno, que se ve obligado a dar explicaciones ante la opinión pública.
Caputo: el frío defensor del ajuste
Mientras los jubilados sufren y las críticas se multiplican, el ministro de Economía, Luis Caputo, se muestra impávido. Con una frialdad que asombra, defiende el recorte de medicamentos argumentando que “solo” el 11% de los jubilados son pobres. Sus palabras, lejos de generar tranquilidad, han aumentado la indignación y la bronca de la sociedad.
“La pobreza dentro de los jubilados es sólo el 11%… Tenemos que enderezar el barco y empezar a crecer. Con crecimiento estas cosas se van a ir normalizando.”
Caputo parece olvidar que detrás de las frías estadísticas hay personas de carne y hueso que sufren las consecuencias del ajuste. Su discurso, plagado de tecnicismos económicos, ignora la realidad de los jubilados que deben hacer malabares para llegar a fin de mes. La defensa del ajuste a cualquier costo ha convertido a Caputo en el blanco de las críticas, incluso dentro del propio oficialismo.
¿Hasta cuándo seguirá el Gobierno haciendo oídos sordos al clamor popular? ¿Acaso la vida de los jubilados no vale nada para ellos? La sociedad argentina exige respuestas y soluciones urgentes. El recorte de medicamentos es una medida cruel e inhumana que debe ser revertida de inmediato.