En un giro sorprendente de los acontecimientos en el volátil escenario sirio, las fuerzas rebeldes han lanzado una ofensiva a gran escala contra las posiciones del gobierno en el norte del país. Aprovechando la creciente debilidad de los aliados iraníes del régimen de Assad, en particular Hezbollah, los rebeldes han logrado avances significativos, capturando alrededor de 40 ciudades y pueblos, así como una base militar estratégica. Esta audaz operación, denominada “Disuasión de la Agresión”, marca el primer enfrentamiento importante entre las fuerzas rebeldes y el gobierno sirio desde el alto el fuego negociado por Rusia y Turquía en marzo de 2020.
Contexto geopolítico: La influencia menguante de Irán
La ofensiva rebelde se produce en un momento de vulnerabilidad sin precedentes para Irán y sus aliados en la región. La prolongada campaña aérea y terrestre de Israel contra Hezbollah en el Líbano ha debilitado significativamente al grupo, que alguna vez fue fundamental para la supervivencia del régimen de Assad. Con la mayoría de sus líderes eliminados y sus capacidades militares mermadas, Hezbollah se encuentra en una posición precaria, incapaz de proyectar la misma influencia que antes en el conflicto sirio. Esta situación ha creado un vacío de poder que los rebeldes sirios están decididos a explotar.
Irán, que ha invertido considerables recursos en Siria para mantener a Assad en el poder y asegurar su propia influencia regional, se enfrenta ahora a una serie de desafíos. Las sanciones internacionales, la presión de Estados Unidos y la creciente inestabilidad en Irak han limitado su capacidad para apoyar a sus aliados en Siria. La muerte del general de brigada Kioumars Pourhashemi, un asesor militar iraní de alto rango en Alepo, es un duro golpe para Teherán y evidencia la creciente vulnerabilidad de sus fuerzas en el país.
Objetivos y motivaciones de la ofensiva rebelde
Los rebeldes han declarado que su objetivo principal es disuadir al gobierno sirio y a las “milicias iraníes” de continuar atacando áreas civiles. Acusan a estas fuerzas de “declarar una guerra abierta” contra el pueblo sirio y de explotar a las poblaciones árabes y musulmanas para sus propios fines. La ofensiva, por lo tanto, se presenta como una respuesta defensiva a la agresión del régimen y sus aliados. Sin embargo, también es evidente que los rebeldes buscan capitalizar la debilidad de Irán y Hezbollah para recuperar territorio perdido y fortalecer su posición en el conflicto.
El avance rebelde hacia Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria, tiene un significado estratégico crucial. La ciudad, bajo control del gobierno desde 2016, es un bastión del régimen y un centro vital para las milicias proiraníes. Su captura podría alterar significativamente el equilibrio de poder en el conflicto y obligar a Assad a negociar en términos más favorables para la oposición.
El papel de Turquía y Rusia: Equilibrio precario
La ofensiva rebelde ha puesto a prueba la frágil tregua mediada por Rusia y Turquía en 2020. Si bien Turquía ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones y ha intentado detener la ofensiva, su influencia sobre los grupos rebeldes es limitada. Rusia, por otro lado, se encuentra distraída por la guerra en Ucrania y ha adoptado una postura más pasiva en el conflicto sirio. Este escenario crea una incertidumbre considerable sobre la evolución de la situación y el posible impacto en la región.
El futuro del conflicto sirio sigue siendo incierto. La ofensiva rebelde ha introducido una nueva dinámica en la guerra, desafiando el statu quo y exponiendo la fragilidad de las alianzas regionales. Si bien los rebeldes han logrado avances significativos, la respuesta del gobierno sirio y sus aliados, así como la postura de Turquía y Rusia, determinarán el curso de los acontecimientos en los próximos días y semanas.
La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos en Siria, consciente de las implicaciones geopolíticas del conflicto. La ofensiva rebelde, si tiene éxito, podría reconfigurar el mapa de poder en Oriente Medio y tener un impacto significativo en la lucha contra el terrorismo y la estabilidad regional. Sin embargo, también existe el riesgo de una escalada del conflicto que involucre a otros actores internacionales y agrave la crisis humanitaria en Siria.
En este contexto de incertidumbre, es crucial que las potencias internacionales trabajen juntas para encontrar una solución política al conflicto sirio. El diálogo y la diplomacia son esenciales para evitar una mayor escalada de la violencia y asegurar un futuro pacífico para el pueblo sirio. La comunidad internacional debe ejercer presión sobre todas las partes involucradas para que se comprometan con un proceso de paz significativo y pongan fin al sufrimiento de la población civil.
La ofensiva rebelde en Siria es un recordatorio de la complejidad y la volatilidad de la situación en Oriente Medio. El conflicto sirio, que ha durado más de una década, ha tenido un impacto devastador en el país y la región. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para encontrar una solución política duradera que ponga fin a la violencia y permita la reconstrucción de Siria. La estabilidad en la región depende de ello.