La reciente audiencia pública sobre la instalación de un buque de licuefacción de gas natural en el Golfo San Matías, a escasos kilómetros de las costas de Río Negro, ha desatado una ola de preocupación entre ambientalistas, científicos y la comunidad local. Raquel Perier, investigadora del Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Storni, ha alzado su voz para alertar sobre los potenciales riesgos ambientales que este proyecto podría acarrear para un ecosistema único en la costa atlántica argentina.
Un proyecto con serios cuestionamientos ambientales
El proyecto, que prevé la instalación de un buque de 300 metros de eslora para licuar gas natural a pocos kilómetros de la costa, ha sido objeto de fuertes críticas debido a su potencial impacto en el ecosistema marino. Perier, con una larga trayectoria en la investigación del Golfo San Matías, advierte sobre la fragilidad de este entorno y la necesidad de un estudio de impacto ambiental riguroso e independiente. “El Golfo San Matías es el único en la costa atlántica argentina que no está contaminado con hidrocarburos”, subraya la experta, poniendo en relieve la importancia de preservar este espacio natural.
La preocupación central radica en el proceso de licuefacción de gas, que requiere grandes cantidades de agua de mar. Este proceso, según Perier, genera contaminación térmica y acústica que afecta directamente la fauna marina, incluyendo especies emblemáticas como la ballena franca austral. Además, se suma el riesgo de introducción de especies exóticas a través del agua de lastre de los barcos metaneros, lo que podría desequilibrar el ecosistema local.
Dudas sobre la legitimidad del proceso de consulta
Más allá de los riesgos ambientales, Perier cuestiona la validez de la audiencia pública realizada el 4 de diciembre. La investigadora señala que estas audiencias no son vinculantes, lo que limita su capacidad de influir en la decisión final sobre el proyecto. Asimismo, denuncia que el proceso no ha cumplido con los estándares internacionales de consulta previa, libre e informada a las comunidades originarias, establecidos en acuerdos como el de Escazú.
La experta también pone en duda la idoneidad de la empresa encargada del estudio de impacto ambiental, argumentando que no contaba con la autorización correspondiente. “Las cosas no se realizan en forma correcta”, afirma Perier, dejando en claro su preocupación por la falta de transparencia y rigor en el proceso de evaluación del proyecto.
La alternativa de las energías renovables
Ante la amenaza que representa el proyecto de gas para el Golfo San Matías, Perier propone un cambio de paradigma en la matriz energética. La investigadora aboga por la inversión en energías renovables, como la eólica, la solar y la mareomotriz, que ofrecen una alternativa sostenible y menos agresiva para el medio ambiente. “Nuestra organización cree que hay posibilidades de utilizar energías alternativas”, afirma, instando a las autoridades a considerar seriamente estas opciones.
El debate sobre el futuro energético de Argentina se encuentra en un punto crucial. La decisión de avanzar con el proyecto de gas en el Golfo San Matías, a pesar de las advertencias de la comunidad científica y las preocupaciones de la sociedad civil, pone en evidencia la tensión entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Las palabras de Raquel Perier resuenan como un llamado a la reflexión sobre el modelo de desarrollo que se quiere para el país y la necesidad de priorizar la sostenibilidad a largo plazo.
La posibilidad de que un ecosistema único como el Golfo San Matías se vea afectado por la industrialización genera un debate que trasciende las fronteras de Río Negro. La defensa de los recursos naturales y la búsqueda de un modelo de desarrollo sostenible son temas que interpelan a toda la sociedad argentina. El caso del Golfo San Matías se convierte así en un ejemplo paradigmático de los desafíos que enfrenta el país en la búsqueda de un equilibrio entre el progreso económico y la preservación del medio ambiente.
La presión de las organizaciones ambientalistas y la creciente conciencia social sobre la importancia de proteger los ecosistemas marinos podrían ser factores determinantes en el futuro del proyecto. La decisión final sobre la instalación del buque de licuefacción de gas en el Golfo San Matías no solo tendrá consecuencias ambientales, sino también políticas y sociales. El Gobierno deberá sopesar cuidadosamente los riesgos y beneficios antes de tomar una decisión que podría tener un impacto irreversible en la región.
Mientras tanto, la voz de Raquel Perier y de otros científicos y activistas continúa resonando, recordándonos la importancia de proteger los tesoros naturales de Argentina y de apostar por un futuro energético más limpio y sostenible para las futuras generaciones. El debate está abierto, y la decisión final sobre el Golfo San Matías marcará un precedente importante en la política ambiental del país.