El primer año de gestión de Daniel Passerini como intendente de Córdoba ha estado marcado por un contexto económico complejo a nivel nacional, que ha impactado de lleno en las arcas municipales. La reducción de subsidios al transporte, la disminución de la recaudación y el peso de la deuda heredada han obligado a la administración a priorizar el ajuste y la contención del gasto.
El transporte, un dolor de cabeza para Passerini
Uno de los principales desafíos que enfrentó Passerini fue la crisis del transporte público. El recorte de subsidios nacionales, decidido por el gobierno de Javier Milei, provocó un aumento escalonado del boleto, que pasó de $240 a $1200 en tan solo un año. Esta situación generó malestar entre los usuarios y obligó al intendente a buscar soluciones alternativas.
La salida de la empresa Ersa del sistema de transporte, debido al deterioro de su flota y a una denuncia por acoso contra su titular, complicó aún más el panorama. La Municipalidad tuvo que asumir la responsabilidad de cubrir los corredores vacantes, apoyándose en la empresa estatal Tamse y en la privada Coniferal.
Para 2025, Passerini apuesta a la implementación del transporte metropolitano, un proyecto que busca integrar el sistema de transporte de Córdoba con el de las localidades vecinas. Este ambicioso plan requiere la coordinación con otros municipios y la inversión en infraestructura para mejorar la conectividad.
Ajuste y deuda, las claves de la gestión
La austeridad ha sido la marca distintiva del primer año de Passerini. Con una recaudación municipal un 20% menor a la prevista, el intendente se vio obligado a implementar medidas de ajuste para contener el gasto. Una de las principales estrategias fue la negociación con el sindicato de empleados municipales (Suoem) para limitar los aumentos salariales.
Tras un mes de asambleas y tensiones, el Suoem aceptó un acuerdo que incluyó un pago a cuenta del 10,25% remunerativo y el compromiso de retomar las negociaciones en enero. La puesta en marcha del Ente de Fiscalización y Control, un organismo creado para controlar el ausentismo y la productividad de los empleados municipales, también generó resistencia por parte del gremio.
Otro frente que demandó atención fue el pago de la deuda heredada de la gestión anterior. Passerini tuvo que recurrir a la emisión de Letras del Tesoro para afrontar los vencimientos en dólares de un bono emitido en 2016. La deuda externa seguirá siendo un desafío para la administración municipal en los próximos años, con vencimientos anuales de alrededor de 50 millones de dólares.
Obras públicas: pocas y estratégicas
El contexto de ajuste limitó la capacidad de la Municipalidad para encarar grandes obras de infraestructura. Sin embargo, se pusieron en marcha algunos proyectos estratégicos, como la construcción de un viaducto en el barrio Valle Escondido, el ensanche de la avenida Ejército Argentino y la ejecución de un desagüe pluvial en la avenida Sagrada Familia.
En conjunto con el Gobierno provincial, se anunció un plan para pavimentar 800 cuadras y extender la red cloacal en distintos barrios de la ciudad. Esta iniciativa busca responder a una demanda histórica de los vecinos, que reclaman por el mal estado de las calles y los frecuentes desbordes cloacales.
La puesta en valor del CPC General Paz, la creación de un programa de salud integral para personas con adicciones y la continuidad de los programas de participación vecinal completan el panorama de las acciones realizadas por la gestión de Passerini en su primer año.
Un futuro incierto
El primer año de gestión de Passerini estuvo marcado por la necesidad de afrontar una situación económica adversa y sentar las bases para el desarrollo futuro de la ciudad. El 2025 se presenta como un año clave para la consolidación de su proyecto político, que deberá sortear los obstáculos económicos y las presiones gremiales para cumplir con las promesas de campaña.
La implementación del transporte metropolitano, la concreción del plan de pavimentación y la gestión de la deuda serán los principales desafíos que deberá enfrentar Passerini en los próximos meses. El éxito de su gestión dependerá, en gran medida, de su capacidad para generar consensos y articular con los demás actores políticos y sociales de la ciudad.