La justicia cordobesa condenó a Federico Catalano al pago de una indemnización millonaria de 400 millones de pesos a la familia de María Constanzo, una de las víctimas fatales de una picada ilegal en 2019. El hecho, ocurrido en el Camino Intercountry de Córdoba, dejó al descubierto la tragedia de las carreras clandestinas y la necesidad de mayores controles para prevenir futuros siniestros.
Una noche de tragedia: La picada mortal
En la madrugada del 3 de febrero de 2019, Federico Catalano, a bordo de un Volkswagen Vento, junto a cuatro amigos, salió de una discoteca en Villa Warcalde. En el Camino Intercountry, se encontró con Álvaro Manuel Sánchez Pulgar, quien conducía un Peugeot 208 GTI. Ambos decidieron iniciar una carrera ilegal, alcanzando velocidades de hasta 140 km/h en una zona con límite de 60 km/h.
La imprudencia tuvo consecuencias devastadoras: Catalano perdió el control del vehículo, volcando y provocando la muerte instantánea de María Constanzo y Federico Cariola, quienes salieron despedidos del auto. Los otros ocupantes sufrieron heridas de diversa gravedad. Las cámaras de seguridad registraron la secuencia completa de la picada, dejando en evidencia la irresponsabilidad de los conductores.
Justicia y una indemnización histórica: $400 millones
Tras el juicio abreviado, Catalano y Sánchez Pulgar fueron condenados a prisión e inhabilitados para conducir por homicidio culposo agravado. Sin embargo, la justicia civil fue más allá: el juez Héctor Daniel Suárez condenó a Catalano a pagar 400 millones de pesos a la familia de María Constanzo en concepto de indemnización por daño moral, pérdida de chance de ayuda futura y otros perjuicios.
La sentencia, considerada histórica en la provincia de Córdoba, busca reparar el daño irreparable causado a la familia de la víctima. El juez Suárez, en su fallo, realizó un llamado a la reflexión sobre la inseguridad vial y exhortó al municipio y a la policía a intensificar los controles de tránsito en zonas y horarios críticos.
El magistrado argumentó que la indemnización busca compensar económicamente el dolor y la pérdida irreparable de una hija, reconociendo la dificultad de cuantificar el daño moral en términos monetarios.
Más allá de la condena: La necesidad de un cambio cultural
El caso de Federico Catalano y María Constanzo es un ejemplo extremo de las consecuencias fatales de las picadas ilegales. Sin embargo, también es un reflejo de una problemática mayor: la inseguridad vial en Argentina, que según la ONG Luchemos por la Vida, cobra un promedio de 150 vidas al mes.
El juez Suárez comparó la situación con una “ruleta rusa”, donde las constantes infracciones de tránsito ponen en riesgo la vida de conductores, peatones y pasajeros. La falta de respeto por las normas de tránsito, el exceso de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol son factores que contribuyen a esta trágica realidad.
La necesidad de un cambio cultural que promueva la responsabilidad individual al volante es inminente. La educación vial, el control efectivo de las autoridades y la concientización social son pilares fundamentales para prevenir tragedias como la de María Constanzo. La justicia, con fallos ejemplares como este, envía un mensaje claro: la vida no tiene precio y la imprudencia al volante tiene consecuencias devastadoras.
La frialdad y la falta de empatía demostradas por Catalano al negar los hechos y desresponsabilizarse del accidente, añaden un componente de indignación a este caso. Su actitud, que el juez calificó de burla, refleja una profunda falta de conciencia sobre la gravedad de sus actos y el dolor causado a la familia de la víctima.
La condena económica impuesta, si bien no devuelve la vida de María, busca sentar un precedente y generar un impacto en la sociedad. Es un llamado a la responsabilidad individual, a la necesidad de respetar las normas de tránsito y a tomar conciencia de que cada decisión al volante puede tener consecuencias irreversibles.
La tragedia de María Constanzo debe ser un punto de inflexión para promover un cambio cultural en Argentina en relación a la seguridad vial. La vida no puede ser una “ruleta rusa” y la justicia, con fallos como este, busca allanar el camino hacia una sociedad más responsable y consciente.