Como un volcán a punto de estallar, la tensión en la política bonaerense ha alcanzado un punto crítico. La pregunta que resuena con fuerza en cada rincón del territorio es: ¿asistiremos a la implosión del peronismo? El choque sísmico entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, detonado por el desdoblamiento electoral, ha desnudado una feroz lucha de poder con consecuencias impredecibles. Estrategias audaces, ultimátums apenas disimulados y la constante ambición tejen el dramático guion de esta contienda.
El Origen del Conflicto: Radiografía de una interna incandescente
La disputa tiene sus raíces en la estrategia electoral del peronismo para las próximas elecciones. Kicillof impulsa el desdoblamiento para despegarse de la suerte del gobierno nacional, mientras que Cristina ve en esta movida una amenaza a su poder e influencia en la provincia. Los intereses contrapuestos de ambos líderes han encendido la mecha de una crisis que amenaza con hacer estallar la coalición gobernante.
Cristina contra Kicillof: el choque de dos maquinarias
La senadora Teresa García, leal gladiadora de Cristina, lanzó una declaración incendiaria: “Está advertido que si hay desdoblamiento, Cristina será candidata”. Esta amenaza, directa y sin anestesia, remeció los cimientos del búnker kicillofista. ¿Estará Cristina dispuesta a disputar una banca provincial para doblegar la voluntad de Kicillof? La mera sugerencia desató una tempestad de conjeturas y maniobras tácticas.
En el universo peronista, las lealtades se cotizan en votos y dominios territoriales. Y Cristina, con su linaje histórico y su control sobre el electorado, está preparada para jugar todas sus cartas. Su eventual postulación en la Tercera sección electoral, feudo kirchnerista, constituye un misil teledirigido al armado de Kicillof en el Conurbano, donde la mayoría de los alcaldes se han plegado al gobernador. La proclama es clara: o Kicillof se rinde, o se enfrenta a la furia indomable de la jefa.
“Si el desdoblamiento se plantea como una cuestión irrefutable, no hay otra posibilidad, no es un capricho de Cristina” – Teresa García
Pero Kicillof no es un improvisado en estas batallas. El gobernador, ungido por la mismísima Cristina como su heredero, ha probado tener carácter propio y grandes ambiciones. Su férrea defensa del desdoblamiento obedece a un plan estratégico: afianzar su liderazgo en la provincia y evitar que los resultados de las elecciones nacionales contaminen su gestión. ¿Estará Kicillof dispuesto a desafiar a Cristina para alcanzar la cima de sus aspiraciones?
El rol de los Intendentes: ¿Lealtades a prueba de balas?
Pero Cristina no es la única que asedia a Kicillof. Sus propios aliados, los intendentes que le responden, empiezan a mostrar signos de impaciencia y zozobra. Temen que la indecisión del gobernador los hunda en una derrota segura. Juan Grabois, el líder social siempre dispuesto a prender fuego al sistema, amenazó con competir por fuera si el peronismo no logra un pacto. “Si quiere desdoblar la elección, que tenga las pelotas y que lo haga”, sentenció Grabois, sin diplomacia alguna.
En el corazón del peronismo, los ultimátums son parte del paisaje. Cada facción intenta imponer su criterio, tensando la soga hasta el límite de la ruptura. Los intendentes, con el peso de sus territorios y sus aparatos, demandan definiciones urgentes. Les aterra que la reyerta entre Cristina y Kicillof los deje a la intemperie, sin el paraguas protector de la boleta nacional. La presión es agobiante: o Kicillof cede al desdoblamiento, o corre el riesgo de perder el sostén de sus propios soldados.
La Legislatura como Trinchera: Operaciones y Traiciones
La Legislatura bonaerense se ha transformado en el escenario principal de esta conflagración sin cuartel. El kirchnerismo, aliado con el massismo, intentó impulsar un proyecto para forzar las elecciones simultáneas. ¿La táctica? Suspender las PASO por única vez y fijar la fecha de los comicios en coincidencia con las elecciones nacionales. Una jugada audaz que Kicillof procuró neutralizar a toda costa.
Pero el kirchnerismo no se amilana fácilmente. Ante la imposibilidad de conseguir los votos necesarios para sacar adelante las concurrentes, urdió una maniobra: el camporista Facundo Tignanelli propuso que el proyecto de Eslaiman sea incluido en el Orden del Día de la sesión del próximo martes. ¿El objetivo? Aprobarlo con mayoría calificada y torcerle el brazo al gobernador, asfixiándolo políticamente.
“Seguimos buscando un consenso. Y esperamos que el martes no consuman un golpe legislativo” – Dirigente cercano a Axel Kicillof
La Legislatura, convertida en un campo minado, refleja la despiadada lucha de poder que se libra en la penumbra. Cada bando busca imponer sus condiciones, utilizando todas las artimañas a su alcance. ¿Estamos al borde de un golpe institucional? La pregunta se desliza entre los muros del poder, mientras Kicillof intenta contener la embestida kirchnerista con uñas y dientes.
Kicillof contra las Cuerdas: ¿Víctima o Estratega?
En este intrincado juego de ajedrez político, cada paso es crucial. La decisión de Kicillof de no publicar el decreto de desdoblamiento antes del martes revela su jugada: dejar que el kirchnerismo avance con el proyecto que considera “extorsivo”, para luego acusarlos de haber dinamitado la unidad del espacio. ¿Un acto calculado para victimizarse y robustecer su posición ante la opinión pública?
Pero la fractura, aunque negada por algunos protagonistas, es una posibilidad latente. En ninguna de las trincheras descartan que lo que hoy se conoce como UP pueda estallar en mil pedazos antes de las elecciones. ¿El ocaso de un ciclo? El interrogante planea sobre el peronismo bonaerense, mientras Cristina y Kicillof se miden en un duelo sin cuartel, donde solo uno podrá sobrevivir.
En este escenario de máxima tensión, Sergio Massa, el equilibrista del peronismo, convocó a su tropa en San Fernando para encontrar una solución “consensuada”. ¿Un intento desesperado por evitar la hecatombe? Lo cierto es que Kicillof, acorralado en una encrucijada, debe tomar una determinación trascendental: desdoblar o no desdoblar. La respuesta, que definirá su destino político y el del peronismo bonaerense, está a punto de salir a la luz.
El Fatídico Desenlace: ¿Unidad o Caos?
El tiempo se agota. Las tratativas entran en la recta final y el peronismo bonaerense se enfrenta a un dilema existencial: ¿mantener la cohesión o precipitarse al abismo? Cristina Kirchner y Axel Kicillof, los adversarios irreconciliables, tienen en sus manos el porvenir de un partido que ha marcado a fuego la historia de la provincia. ¿Serán capaces de hallar un terreno común? ¿O la ambición desmedida y las ansias de poder destruirán el legado que Néstor Kirchner construyó con tanto esmero?
En el impredecible mundo del peronismo, como en la vida misma, nada está escrito en piedra. Pero una cosa es innegable: la resolución que adopte Kicillof en las próximas horas marcará un antes y un después en la política bonaerense. ¿Tregua o guerra sin cuartel? La incógnita, que se develará en breve, promete desatar una tormenta de proporciones épicas.