El sistema financiero peruano ha mostrado señales de alerta en los últimos meses, con varias entidades reportando pérdidas millonarias. Este análisis se centrará en la situación de cinco instituciones en particular: Banco Pichincha, Banco Ripley, Financiera Qapaq, Financiera Oh! y Financiera Surgir, que acumulan pérdidas por S/ 108 millones hasta octubre de 2024. A través de un lenguaje claro y accesible, comprenderemos la situación actual, analizaremos las calificaciones de riesgo de estas entidades y evaluaremos si representan una amenaza para la estabilidad del sistema financiero en su conjunto.
Un panorama general: ¿Quiénes son los protagonistas de esta historia?
De acuerdo con los reportes de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), los balances financieros a octubre de 2024 muestran un panorama preocupante para estas cinco entidades. El Banco Pichincha, con un balance negativo de -S/ 34 millones, encabeza la lista de pérdidas, seguido por Financiera Oh! (-S/ 39 millones), Financiera Surgir (-S/ 13 millones), Financiera Qapaq (-S/ 12 millones) y Banco Ripley (-S/ 8 millones).
Es importante destacar que, si bien todas estas entidades presentan pérdidas, sus realidades y trayectorias son diferentes. Por ejemplo, Financiera Qapaq ha incrementado sus pérdidas de forma consistente a lo largo del año, mientras que Banco Ripley ha logrado reducirlas significativamente. Financiera Surgir, por su parte, comenzó a reportar sus balances recién en abril, mostrando un panorama aún incierto.
Descifrando el riesgo: ¿Qué dicen las calificadoras?
Para comprender el nivel de riesgo que representan estas entidades, es fundamental analizar sus calificaciones crediticias, otorgadas por empresas especializadas como Moody’s Local PE, Pacific Credit Rating (PCR) y Apoyo y Asociados Internacionales. Estas calificaciones, que se actualizan dos veces al año, reflejan la capacidad de las instituciones financieras para administrar sus riesgos y cumplir con sus obligaciones.
En el caso de Financiera Qapaq, las calificadoras Moody’s y PCR redujeron su rating a C en septiembre, lo que indica un mayor riesgo de incumplimiento. Por otro lado, Financiera Oh!, Financiera Surgir y Banco Pichincha mantuvieron una calificación de A-, considerada una calificación sólida. Banco Ripley, por su parte, tiene una calificación de B+.
Más allá de los números: El contexto económico y las perspectivas futuras
Las pérdidas reportadas por estas entidades no deben analizarse de forma aislada, sino en el contexto de la situación económica general del Perú. Factores como la inflación, las tasas de interés y el crecimiento económico pueden influir en el desempeño del sector financiero. Además, es crucial considerar las estrategias de cada entidad para revertir sus pérdidas y fortalecer su posición en el mercado.
En este sentido, la diversificación de sus carteras de crédito, la eficiencia operativa y la innovación en productos y servicios serán claves para la sostenibilidad de estas instituciones. También es importante monitorear de cerca las medidas que tomen los reguladores para mitigar los riesgos y fortalecer la confianza en el sistema.
Cajas en la cuerda floja: El otro lado de la moneda
El reporte de la SBS también revela que ocho entidades, tres Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (CMAC) y cinco Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (CRAC), se encuentran en situación de pérdidas. Las cinco CRAC han reportado números rojos durante todo el año, acumulando pérdidas por S/ 24 millones hasta septiembre. Si bien algunas muestran una leve mejoría, la situación general sigue siendo preocupante.
Entre las CMAC, las de Santa, Maynas y Paita presentan pérdidas, aunque con diferentes magnitudes y tendencias. La CMAC del Santa, con una calificación de riesgo de C- y D+, muestra un deterioro en su situación, mientras que la CMAC Maynas ha logrado reducir sus pérdidas. La CMAC Paita, por su parte, ha incrementado sus números rojos.
¿Riesgo sistémico o turbulencias pasajeras?
La pregunta clave es si las pérdidas de estas entidades representan un riesgo sistémico para el sistema financiero peruano. Si bien la situación es preocupante, es importante destacar que el sistema en su conjunto se mantiene sólido, con la mayoría de las instituciones financieras reportando ganancias y con una regulación robusta por parte de la SBS.
Sin embargo, la situación de las entidades con pérdidas debe ser monitoreada de cerca, ya que un eventual deterioro podría generar un efecto contagio en el resto del sistema. La SBS tiene la responsabilidad de supervisar y tomar las medidas necesarias para prevenir cualquier crisis, incluyendo la intervención de entidades en caso de ser necesario.
En conclusión, las pérdidas millonarias en el sector financiero peruano son una señal de alerta que no debe ser ignorada. Si bien no representan un riesgo sistémico inminente, es fundamental un análisis profundo de la situación de cada entidad, así como de las condiciones macroeconómicas del país. La transparencia en la información, la supervisión efectiva por parte de la SBS y las estrategias de las propias entidades para revertir la situación serán claves para asegurar la estabilidad del sistema financiero peruano.