Argentina, un país acostumbrado a las paradojas económicas, cierra el 2024 con una situación insólita: el Banco Central (BCRA) compró la mayor cantidad de dólares en décadas, pero las reservas netas siguen en números rojos. ¿Cómo se explica este fenómeno? La respuesta, en pocas palabras, es la deuda.
Un año de récords que no se traducen en reservas
Impulsado por una cosecha récord después de la sequía del 2023, una balanza comercial energética favorable y una devaluación inicial que encareció las importaciones, el BCRA logró comprar cerca de US$20.000 millones en el mercado cambiario. Una cifra que no se veía desde la época dorada del kirchnerismo, allá por el lejano 2006. Sin embargo, este logro no se vio reflejado en las reservas netas, que según la metodología del FMI, cierran el año con un saldo negativo cercano a los US$10.000 millones.
La explicación es simple pero dolorosa: gran parte de los dólares comprados se destinaron a pagar vencimientos de deuda. Con el acceso al crédito internacional prácticamente cerrado, Argentina se vio obligada a desembolsar efectivo para cumplir con sus obligaciones. Una sangría que impidió la acumulación de reservas, a pesar del ingreso extraordinario de divisas.
El peso de la deuda: un círculo vicioso
La falta de acceso al financiamiento externo obliga al país a utilizar sus escasas reservas para pagar deuda, lo que a su vez dificulta la acumulación de las mismas. Este círculo vicioso genera vulnerabilidad frente a shocks externos y limita las posibilidades de crecimiento económico sostenido. Mientras el Gobierno se enfoca en pagar puntualmente los vencimientos para generar confianza, la estrategia de corto plazo podría estar hipotecando el futuro.
Para entender la magnitud del problema, imaginemos una familia que gana un buen sueldo pero tiene tantas deudas que apenas le alcanza para cubrir los pagos mínimos. Aunque ingrese mucho dinero, no puede ahorrar ni invertir porque todo se destina a cubrir las obligaciones. Argentina se encuentra en una situación similar: los dólares que ingresan por exportaciones y otras vías se van inmediatamente en el pago de la deuda, impidiendo la formación de un colchón de reservas que le permita afrontar imprevistos.
¿Qué esperar para el 2025?
El panorama para el 2025 es incierto. Si bien el Ministerio de Economía asegura tener los dólares para cubrir los vencimientos de enero y parte de julio, los compromisos de pago para el resto del año son cuantiosos. Con vencimientos que superan los US$25.000 millones entre Nación, provincias y empresas, la presión sobre las reservas seguirá siendo alta. A esto se suma la incertidumbre sobre el acceso a financiamiento externo y la posibilidad de una recuperación económica que, paradójicamente, podría aumentar la demanda de dólares para importaciones.
Algunos analistas sugieren que el Gobierno podría estar apostando a una estrategia de “estirar la agonía” del cepo cambiario, pagando la deuda con dólares propios para evitar salir a buscar financiamiento a tasas internacionales elevadas. Sin embargo, esta estrategia no es sustentable en el largo plazo y genera mayor incertidumbre en el mercado. La falta de un plan económico claro y la incertidumbre política de un año electoral agregan aún más complejidad al escenario.
Además de la deuda con acreedores externos, Argentina enfrenta otros desafíos que podrían impactar en las reservas. La deuda comercial de importadores, estimada en US$20.000 millones, y los dividendos de empresas no girados al exterior, que rondan los US$8.000 millones, representan potenciales fugas de divisas que podrían agravar la situación. Si la economía se recupera y el tipo de cambio se mantiene artificialmente bajo, la demanda de importaciones podría crecer a un ritmo mayor que las exportaciones, generando un déficit en la cuenta corriente que presionaría aún más sobre las reservas.
Entre la esperanza y la incertidumbre
La paradoja argentina de las reservas nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Podrá el país salir del círculo vicioso de la deuda y acumular reservas? ¿Logrará el Gobierno acceder a financiamiento externo en condiciones favorables? ¿Qué impacto tendrá la incertidumbre política en la economía? El 2025 se presenta como un año crucial para definir el futuro económico de Argentina. Un año en el que la deuda, una vez más, será protagonista.