La ciudad de Córdoba se ve sacudida por una creciente ola de violencia e inseguridad relacionada con la actividad de los comúnmente llamados “naranjitas” o cuidacoches. En los últimos días, se han registrado numerosos incidentes que involucran agresiones a conductores, portación de armas y detenciones, lo que ha generado una gran preocupación entre los ciudadanos.
Agresiones y detenciones: una constante preocupante
Uno de los casos más recientes ocurrió en la calle Rosario de Santa Fe al 400, en pleno centro de la ciudad. Un cuidacoches de 31 años agredió a varios conductores que se negaron a pagar por el supuesto cuidado de sus vehículos. La situación escaló rápidamente, y el agresor terminó detenido por la policía luego de intentar agredir también a los oficiales.
Este no es un hecho aislado. En la esquina de Marcelo T. de Alvear y San Luis, otro cuidacoches de 40 años fue aprehendido por golpear a un conductor que se negó a pagarle el monto exigido. La víctima tuvo que ser trasladada al Hospital Misericordia para recibir atención médica.
Estos episodios de violencia se suman a una larga lista de denuncias por agresiones, amenazas y extorsiones por parte de cuidacoches en diferentes puntos de la ciudad. La impunidad con la que actúan algunos de estos individuos ha generado un clima de temor e indignación entre los vecinos.
Más allá de las agresiones: armas y organización
La problemática de los “naranjitas” en Córdoba va más allá de las simples agresiones verbales o físicas. En barrio General Bustos, la policía detuvo a dos cuidacoches que portaban armas de fuego, armas blancas, handys y varios teléfonos celulares. Este hallazgo revela un nivel de organización y peligrosidad que preocupa a las autoridades.
La presencia de armas de fuego en manos de cuidacoches representa una amenaza directa para la seguridad de los ciudadanos. La posibilidad de que estos individuos recurran a la violencia extrema en caso de un conflicto o una negativa a pagar por sus servicios es un escenario que no se puede descartar.
El uso de handys y celulares también sugiere la existencia de una red de comunicación entre los cuidacoches, lo que les permitiría coordinar sus acciones, alertarse sobre la presencia policial o incluso organizarse para cometer delitos más complejos.
El vacío legal y la falta de control
Uno de los factores que contribuye a la proliferación de la violencia e inseguridad ligada a los “naranjitas” es el vacío legal que existe en torno a su actividad. Si bien el Código de Convivencia establece algunas normas para regular el estacionamiento en la vía pública, no contempla específicamente la figura del cuidacoches ni establece sanciones claras para aquellos que incurren en conductas delictivas.
Esta falta de regulación genera un ambiente de impunidad que permite a algunos cuidacoches actuar al margen de la ley, exigiendo pagos a los conductores, amenazándolos o incluso agrediéndolos sin temor a consecuencias legales.
Asimismo, la falta de control por parte de las autoridades municipales y policiales facilita la proliferación de esta problemática. La ausencia de una presencia policial efectiva en las zonas donde operan los cuidacoches y la falta de mecanismos para denunciar sus abusos contribuyen a perpetuar la situación.
¿Qué se puede hacer?
Para abordar la problemática de la violencia e inseguridad generada por los “naranjitas”, es necesario implementar un conjunto de medidas que incluyan:
- Reforzar la presencia policial en las zonas más afectadas.
- Implementar un sistema de registro y control de los cuidacoches.
- Establecer sanciones claras y efectivas para aquellos que incurran en conductas delictivas.
- Crear campañas de concientización para que los ciudadanos no paguen por el cuidado de sus vehículos.
- Promover alternativas de empleo para los cuidacoches que deseen trabajar de manera legal.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar esta ola de violencia e inseguridad. La pasividad solo contribuirá a que la situación empeore y que los ciudadanos se sientan cada vez más desprotegidos.