A partir del próximo domingo, los argentinos deberán enfrentar un nuevo incremento en los precios de la nafta y el gasoil. Las petroleras estiman un aumento promedio del 3%, aunque este porcentaje podría variar según la decisión final de YPF, empresa líder del mercado con el 60% de las ventas. Este ajuste se suma al ya aplicado en noviembre, marcando una tendencia alcista que impacta directamente en el bolsillo de los consumidores y en la economía del país.
Factores detrás del aumento
El incremento en los precios de los combustibles responde a una combinación de factores, tanto internos como externos. La devaluación mensual del peso argentino frente al dólar, estimada en un 2% para diciembre, influye directamente en los costos de importación de crudo. A esto se suma el aumento en el precio internacional del petróleo Brent, que sirve como referencia para Argentina.
Además de las variables macroeconómicas, el Gobierno aplicará un aumento del 1% en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL). Este impuesto, que se aplica sobre el precio de venta al público, se actualiza periódicamente y contribuye a la recaudación fiscal. Sin embargo, también impacta en el precio final que pagan los consumidores.
Otro factor a considerar es el incremento en el precio de los biocombustibles, que se mezclan con la nafta y el gasoil. Este aumento, sumado a una posible actualización del Impuesto al Dióxido de Carbono (CO2), podría generar una presión adicional sobre los precios en los surtidores.
Impacto en el bolsillo del consumidor
Para comprender el impacto concreto de este aumento en el bolsillo del consumidor, podemos tomar como referencia el caso de un Fiat Cronos, el auto más vendido en Argentina. Actualmente, llenar el tanque de este vehículo con nafta súper cuesta $48.465, mientras que con nafta premium asciende a $59.940. Con el aumento del 3%, estos valores se elevarían a $49.918 y $61.738 respectivamente.
Estos incrementos se dan en un contexto de alta inflación, lo que reduce aún más el poder adquisitivo de los argentinos. El aumento en el precio de los combustibles no solo afecta a los automovilistas, sino que también tiene un impacto indirecto en el costo del transporte público, los fletes y, en consecuencia, en los precios de los productos y servicios en general.
Análisis del consumo de combustibles
Si bien en octubre se registró una leve recuperación en las ventas de combustibles con respecto a septiembre, la tendencia interanual continúa siendo negativa. Según datos de la Secretaría de Energía, el volumen total despachado en octubre cayó un 10,4% en comparación con el mismo mes del año anterior, acumulando once meses consecutivos de descenso.
Este comportamiento se debe, en parte, a la crisis de abastecimiento que se vivió durante el período electoral de 2023, que impulsó un consumo inusualmente alto. Sin embargo, los sucesivos aumentos de precios también han contribuido a la retracción de la demanda. La consultora Politikon Chaco señala que todas las provincias del país registraron caídas interanuales en las ventas de combustibles, siendo las más pronunciadas en Corrientes (-22,7%), Misiones (-25,9%) y Formosa (-31,2%).
Las provincias de Salta (-1.5%), Jujuy (-2.5%) y Neuquén (-3.2%) mostraron las caídas menos significativas en el consumo de combustible. Este dato podría indicar una mayor resiliencia económica en estas regiones o una menor dependencia del transporte automotor.
El análisis por tipo de combustible revela que la nafta súper tuvo una caída interanual del 1.6%, mientras que la nafta premium se desplomó un 21%. En el caso del gasoil, la versión común cayó un 18.5% y la premium un 5.3%. Estos datos sugieren un cambio en los hábitos de consumo, con una mayor preferencia por combustibles más económicos ante la suba de precios.
A pesar de la caída interanual, se observó una recuperación mensual en las ventas de nafta (+9.9%) y gasoil (+8.3%) en octubre. Este repunte podría estar relacionado con la reactivación económica o con un comportamiento estacional. Sin embargo, es necesario analizar la evolución de los próximos meses para confirmar una tendencia.
Perspectivas a futuro
El futuro de los precios de los combustibles en Argentina dependerá en gran medida de la evolución del dólar oficial y del precio internacional del petróleo. Según YPF, los precios actuales se encuentran en la zona de paridad de importación, lo que significa que cualquier variación en estas variables se trasladará directamente a los consumidores.
En un contexto de incertidumbre económica, el aumento de los combustibles genera preocupación tanto para los consumidores como para las empresas. Se espera que el Gobierno implemente medidas para mitigar el impacto de estas subas en la inflación y en la actividad económica.
Los analistas anticipan que la tendencia alcista en los precios de los combustibles podría continuar en los próximos meses, impulsada por la inflación y la devaluación. Esta situación plantea un desafío para el Gobierno, que deberá equilibrar la necesidad de controlar la inflación con la de mantener la competitividad del sector energético.