Argentina se encuentra en un momento crucial donde las variables económicas dictan el ritmo de la vida cotidiana. En este contexto, el reciente aumento en los precios de los combustibles ha generado un impacto significativo en la economía y en el bolsillo de los consumidores. La medida, que se esperaba luego de las recientes devaluaciones y ajustes impositivos, se suma a la tendencia inflacionaria que el país viene experimentando en los últimos meses, poniendo una mayor presión sobre el poder adquisitivo de los argentinos.
El Impacto en los Precios
El aumento, que oscila entre el 1,8% y el 2,88%, dependiendo de la región y la compañía, impacta directamente en los precios de la nafta súper y premium, así como en el gasoil común y premium. YPF, la petrolera estatal que controla cerca del 60% del mercado, ha sido la primera en aplicar el aumento, y se espera que el resto de las compañías la sigan en las próximas horas. En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta súper de YPF pasó a costar $1.108 por litro, mientras que la premium se ubica en $1.370. En cuanto al gasoil, el precio del litro para motores diésel es de $1.123, y la versión premium, Infinia Diésel, alcanzó los $1.368.
Para comprender mejor el impacto de este aumento en el bolsillo del consumidor, podemos tomar como ejemplo el caso del FIAT Cronos, el auto más vendido en Argentina, con una capacidad de tanque de 45 litros. Llenar el tanque con nafta súper ahora cuesta $49.860, mientras que optar por la nafta premium implica un gasto de $61.560. Este incremento no solo afecta a los automovilistas, sino que también se traslada a los costos de transporte de bienes y servicios, lo que podría generar un efecto dominó en la economía en general.
Las Razones Detrás del Aumento
El aumento en los precios de los combustibles se debe a una combinación de factores. En primer lugar, la devaluación del peso argentino frente al dólar ha encarecido los costos de importación de petróleo. En segundo lugar, el precio del barril de petróleo en el mercado internacional ha experimentado un leve incremento en las últimas semanas. Finalmente, el Gobierno ha incrementado el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el impuesto al dióxido de carbono en un 1%, según lo establecido en el Decreto 1059/24. Este decreto actualiza los montos fijos de la Ley N° 23.966, sancionada en 1998, que regula los gravámenes sobre los combustibles.
Es importante destacar que los impuestos a los combustibles se actualizan trimestralmente según las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el INDEC. El incremento impositivo se desglosa de la siguiente manera: para la nafta sin plomo y la nafta virgen, el aumento es de $12,551 por litro en concepto de ICL y $0,769 por el impuesto al dióxido de carbono. El gasoil, por su parte, tiene un ajuste de $9,803 en el ICL y $5,308 en el impuesto al dióxido de carbono, con un adicional de $1,117 por el tratamiento diferencial en la zona sur del país.
Caída en las Ventas
El aumento sostenido en los precios de los combustibles ha impactado negativamente en las ventas. Según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, se registran ocho meses consecutivos de caída en las ventas de nafta y gasoil. En octubre de 2024, se vendieron 1.434.689 m3 de combustibles, lo que representa una disminución del 10,41% en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando se comercializaron 1.601.453 m3.
El gasoil común ha sido el más afectado, con una caída del 19% en las ventas, seguido por la nafta premium con una baja del 21%. La nafta súper, por su parte, experimentó una disminución del 1,6%. Estos datos reflejan la contracción del consumo debido al aumento de precios, lo que a su vez podría tener consecuencias en la actividad económica en general.
En conclusión, el nuevo aumento en los precios de los combustibles en Argentina genera un impacto multifacético en la economía. El incremento en los costos de transporte afecta tanto a los consumidores como a las empresas, y la caída en las ventas de combustibles refleja una disminución en el consumo y la actividad económica. La devaluación del peso, la variación en el precio internacional del petróleo y los ajustes impositivos son los principales responsables de esta situación. El Gobierno deberá implementar medidas que mitiguen los efectos negativos de esta situación y promuevan la estabilidad económica.