La Policía de Entre Ríos estrena uniforme de verano. Se busca con esta medida mejorar la comodidad de los agentes durante los meses de calor y, al mismo tiempo, proyectar una imagen más cercana a la comunidad. El ministro de Seguridad y Justicia, Néstor Roncaglia, junto al jefe de Policía, Claudio González, presentaron la nueva indumentaria que consta de pantalón corto, remera y el equipo reglamentario.
Bienestar y cercanía: los ejes del cambio
El ministro Roncaglia explicó que la decisión se tomó tras observar el sufrimiento de los agentes por las altas temperaturas del verano entrerriano. “Primero son seres humanos”, remarcó el funcionario, y añadió que “no tienen por qué sufrir”. La iniciativa busca que los policías “estén cómodos” y puedan realizar sus tareas de manera más eficiente.
Además del bienestar policial, el nuevo uniforme busca fomentar una mayor proximidad con la ciudadanía. Roncaglia expresó el deseo de que “el hombre uniformado sea aliado y protector”, y que la policía sea vista “no como una persona rígida, sino que saluda, ayuda y habla con todas las personas”.
El jefe de Policía, Claudio González, coincidió en que la nueva indumentaria permitirá a los agentes “sentirse más cómodos” al realizar sus tareas de patrullaje, ya sea en una garita, en una esquina o recorriendo las calles. González destacó el compromiso de la fuerza con la seguridad ciudadana y la importancia de que los funcionarios estén “atentos a las necesidades de la gente”.
Un cambio cultural en la policía entrerriana
La implementación del nuevo uniforme de verano se enmarca en un esfuerzo más amplio por cambiar la cultura policial en Entre Ríos. Se busca una policía más accesible y cercana a la comunidad, que promueva el diálogo y la confianza con los vecinos. “Es cambiar la cultura y que el policía no sea una persona rígida, sino que saluda, ayuda y habla con todas las personas. Así el vecino se va a sentir cómodo”, subrayó el ministro Roncaglia.
Esta nueva imagen de la policía busca romper con la percepción tradicional de rigidez y distancia, fomentando la interacción y la colaboración entre los agentes y la comunidad. “Lo cortés no quita lo valiente”, afirmó Roncaglia, destacando que una policía amable no es sinónimo de debilidad, sino de una mayor capacidad para conectar con la ciudadanía y generar confianza. El objetivo es que el policía sea percibido como un aliado y protector, no como una figura autoritaria o distante.
El cambio de uniforme se está implementando inicialmente con 50 agentes recién egresados, pero se espera que se extienda progresivamente al resto de la fuerza. La confección de las nuevas prendas se realizó con recursos propios en la sastrería de la provincia, lo que permitió optimizar los costos. Según el ministro, “no fue un gran gasto, simplemente es apuntar al bienestar del personal para que pueda trabajar”.
Refuerzo de la seguridad y patrullaje itinerante
Además del cambio de uniforme, se anunció un refuerzo de la seguridad en todas las ciudades de la provincia. Este refuerzo se implementará a través de un sistema de patrullaje itinerante, como complemento a las actividades de “Barrios Seguros”. Los agentes no estarán fijos en un lugar, sino que se desplazarán por diferentes zonas para una mayor cobertura y presencia policial.
El objetivo es que este patrullaje itinerante contribuya a una mayor prevención del delito y a una respuesta más rápida ante situaciones de emergencia. Al estar en constante movimiento, los agentes podrán cubrir un área más extensa y tener una mayor visibilidad, lo que disuadirá a potenciales delincuentes y brindará mayor seguridad a los vecinos.
Recepción y expectativas de la comunidad
La implementación del nuevo uniforme y el refuerzo de la seguridad han generado expectativas en la comunidad entrerriana. Muchos vecinos han expresado su aprobación a través de redes sociales y medios de comunicación, destacando la importancia de una policía más cercana y accesible. Se espera que estas medidas contribuyan a mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana.
Sin embargo, también hay voces que piden que estos cambios estéticos vayan acompañados de una mejora en la capacitación y el equipamiento de la policía, así como de una mayor transparencia en la actuación de la fuerza. El desafío para las autoridades es que esta iniciativa no se quede en un mero cambio de imagen, sino que se traduzca en una mejora real en la seguridad y la calidad de vida de los entrerrianos.