La Navidad, una época de celebración y unión familiar, se ve empañada este año por una inflación galopante que ha disparado los precios de la canasta navideña hasta un 133% en comparación con el año anterior. Este incremento desproporcionado impacta directamente en el bolsillo de los argentinos, que deberán afrontar gastos significativamente mayores para mantener las tradiciones festivas.
Un golpe al bolsillo navideño
Según un informe de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba, el costo promedio de una canasta navideña básica, compuesta por nueve productos típicos, asciende a $34.481,60, mientras que en 2023 el mismo conjunto de productos costaba $14.814,49. Este aumento del 132,76% refleja la escalada inflacionaria que atraviesa el país y que se agudiza en vísperas de las festividades.
El champagne, un clásico de las celebraciones navideñas, lidera la lista de aumentos con una suba del 187,15%, alcanzando un precio promedio de $12.820,21 por botella. Le siguen la sidra, con un incremento del 147,79%, y el espumante de frutilla, con un 121,59%. Incluso productos tradicionalmente más económicos, como las garrapiñadas de maní y las gaseosas, han experimentado aumentos considerables del 76,33% y 78,06%, respectivamente.
Disparidad de precios y estrategias de compra
El informe de la Defensoría del Pueblo también revela una notable dispersión de precios entre los diferentes comercios relevados. Esta variabilidad, que puede superar el 100% en algunos productos, obliga a los consumidores a comparar precios y buscar ofertas para minimizar el impacto en sus presupuestos.
Ante esta situación, muchos argentinos han modificado sus hábitos de compra, optando por marcas más económicas, reduciendo las cantidades o anticipando las compras para aprovechar eventuales descuentos y promociones. El Black Friday y otros eventos comerciales se han convertido en una oportunidad para adquirir productos navideños a precios más accesibles.
Impacto en la mesa navideña
El aumento en el costo de la canasta navideña no se limita a los productos tradicionales, sino que también se extiende a los menús para la cena de Nochebuena. El informe de la Defensoría del Pueblo analizó cuatro opciones de menú, desde el más económico, a base de pollo y papas fritas, hasta el más costoso, con lechón como plato principal. En todos los casos, los incrementos interanuales superan el 100%, lo que evidencia la dificultad de mantener las tradiciones culinarias sin afectar el bolsillo.
En el Mercado Norte de Córdoba, uno de los principales centros de abastecimiento de la ciudad, se observa una alta demanda de cortes de carne más económicos y una búsqueda de alternativas para abaratar los costos de la cena navideña. Los comerciantes, por su parte, se adaptan a la situación ofreciendo descuentos y promociones para atraer a los consumidores.
Consecuencias sociales y económicas
El incremento desmedido en los precios de la canasta navideña profundiza las desigualdades sociales, ya que las familias con menores recursos se ven obligadas a recortar gastos o incluso a renunciar a las celebraciones tradicionales. Esta situación genera un malestar social creciente y afecta la cohesión social, al acentuar las diferencias entre los distintos sectores de la población.
Carlos Galoppo, defensor del Pueblo Adjunto de Córdoba, advierte que estos aumentos no son solo un fenómeno económico, sino que reflejan tensiones sociales más amplias. “El verdadero espíritu navideño”, señala Galoppo, “radica en la solidaridad y el apoyo mutuo”, valores que se ven amenazados por la crisis económica y la escalada inflacionaria.
En este contexto, la planificación de las compras navideñas se convierte en una tarea crucial para las familias argentinas. Comparar precios, buscar ofertas y ajustar el presupuesto son estrategias esenciales para minimizar el impacto de la inflación en las celebraciones de fin de año. Sin embargo, la necesidad de ajustar los gastos no debe opacar el espíritu navideño, que se basa en la unión familiar y la solidaridad.