El magnate de la tecnología, Elon Musk, ha vuelto a encender la mecha de la polémica. Después de su adquisición de Twitter, ahora X, por la astronómica cifra de 41.800 millones de euros, decidió un drástico recorte de personal, despidiendo a aproximadamente el 80% de los empleados. Y lo que es peor, ¡lo presume abiertamente!
El 80% se va, ¡y la plataforma ‘funciona mejor’! (¿En serio?)
En un giro que solo él podría lograr, Musk ha respondido a un meme en su propia red social que afirma que tras despedir al 90% de la plantilla, X funciona mejor. Su respuesta? “80%, pero el punto sigue siendo válido.” Un comentario que ha desatado un aluvión de críticas y burlas en las redes. ¿La verdad? Las pruebas nos dicen lo contrario.
La realidad es que, tras los despidos, X pasó de contar con 7.500 empleados a solo 1.300. Un auténtico ‘baño de sangre’ que, lejos de mejorar el servicio, ha provocado quejas masivas de usuarios que experimentan una plataforma más lenta, inestable y llena de bots.
La imagen de la publicación muestra claramente que la arrogancia de Musk no conoce límites, pero no podemos dejar de lado las cifras. Antes de la masacre laboral, X tenía cerca de 7.500 empleados. Tras la adquisición por parte de Musk y sus decisiones drásticas, ahora la red social cuenta solo con poco más de 1.300 trabajadores. Un recorte del 80% que no se corresponde con el supuesto ‘funcionamiento óptimo’ al que se refiere el polémico dueño.
La sangría económica: ¿Un éxito empresarial o un desastre financiero?
Las cifras económicas de X no son menos escandalosas que los despidos masivos. Según los informes financieros, la compañía ha experimentado una caída de ingresos del 59%, con una disminución paralela en los ingresos publicitarios. Si bien X tuvo un pico de 540 millones de usuarios, un número que en un principio se podía tomar como algo positivo, no es suficiente para paliar la hemorragia financiera.
Musk defiende sus despidos argumentando un ahorro de 4 millones de euros al año, una justificación que suena a gota en el océano considerando la pérdida de ingresos, el deterioro de la imagen de la marca y la posible caída en bolsa.
Mientras los ingresos caen en picado y la reputación de X se hunde, Musk parece ajeno al caos financiero que ha provocado, lo que provoca que no pocos se pregunten si estas son las tácticas de un genio visionario o de un director sin control.
Bluesky: El refugio de los usuarios cansados
El éxodo de usuarios de X a otras plataformas, como Bluesky, está aumentando a un ritmo alarmante. Millones de usuarios ya han probado esta alternativa, lanzada en 2021, y muchos han decidido quedarse. Este movimiento nos hace pensar: ¿acaso la estrategia de despidos masivos de Musk no solo ha hecho que X funcione peor, sino que además ha provocado una crisis de usuarios?
Con un nuevo rol en la Administración Trump, parece que Musk ha decidido centrarse en el recorte presupuestario, un cargo que no ha sentado nada bien en su propia compañía, X. Esta nueva información se suma a la cadena de acontecimientos que podrían estar llevando a X hacia una crisis total.
El ambiente que ha creado Musk en X es un reflejo fiel de sus decisiones de gestión: drásticas, arriesgadas y, hasta el momento, mayoritariamente fallidas. Sin embargo, es posible que su actitud desafiante y sus declaraciones en las redes solo formen parte de una estrategia para generar impacto y captar la atención del público, aunque el resultado siga siendo polémico.
Mientras el futuro de X sigue siendo incierto, queda por ver si la estrategia de Musk, tan criticada y polémica como siempre, podrá darle la vuelta a la situación. El tiempo, como siempre, lo dirá. Lo que es seguro es que ha conseguido generar una controversia que ya ha pasado a la historia y que seguro que seguirá dando que hablar durante meses.
Un fiasco con sabor a triunfo
Los despidos masivos en X, lejos de ser una muestra de éxito empresarial, se asemejan más a un experimento social con resultados devastadores. El aumento del número de bots, la caída de ingresos y el éxodo de usuarios a plataformas alternativas parecen confirmar que la arrogancia de Elon Musk puede estar costándole muy caro. ¿Conseguirá revertir la situación o su imperio se desmoronará ante la evidencia de sus propios fracasos?