La muerte de Raquel Candia, pareja del ex futbolista Fernando Cáceres, ha conmocionado al país y generado una serie de interrogantes que la justicia intenta dilucidar. El trágico suceso, ocurrido el lunes en un edificio de Ramos Mejía, donde Candia cayó del séptimo piso, ha dado lugar a tres hipótesis principales: accidente, suicidio o femicidio. Sin embargo, los resultados preliminares de la autopsia y la compleja situación física de Cáceres parecen descartar, al menos por ahora, la posibilidad de un homicidio.
Las pericias iniciales descartan signos de violencia
La autopsia realizada al cuerpo de Raquel Candia no reveló lesiones previas a la caída, ni signos de defensa que sugieran un posible forcejeo o agresión. Este dato clave, sumado a la discapacidad de Cáceres, quien se moviliza en silla de ruedas y tiene la mitad del cuerpo inmovilizado tras un intento de asalto en 2009, ha llevado a los investigadores a centrar su atención en las hipótesis de suicidio o accidente.
El fiscal Carlos Adrián Arribas, a cargo de la UFI de Homicidios de La Matanza, ha incautado los teléfonos celulares tanto de Candia como de Cáceres para su posterior peritaje. Se espera que el análisis de estos dispositivos arroje luz sobre las últimas horas de la pareja y pueda aportar información relevante para la investigación. Mensajes, llamadas o búsquedas en internet podrían ser cruciales para reconstruir los eventos previos a la caída.
El testimonio del hermano de Fernando Cáceres, Ramón, ha reforzado la hipótesis del suicidio. Según sus declaraciones, el ex futbolista se encontraba en la cama al momento del suceso y no se le informó de la muerte de Candia hasta la llegada de la policía. Además, Ramón Cáceres negó la presencia de terceros en el departamento y aseguró que su hermano, debido a su delicado estado de salud y a la medicación que consume, no podría haber estado involucrado en un hecho violento.
El pasado de Cáceres y la lucha por su recuperación
La vida de Fernando Cáceres dio un giro trágico en 2009 cuando fue víctima de un asalto en Ciudadela. Un disparo en el rostro le provocó graves secuelas, incluyendo la pérdida de un ojo y la movilidad de la mitad de su cuerpo. Tras un año de internación y numerosas cirugías, el ex jugador de River Plate, Boca Juniors y la Selección Argentina, inició un largo proceso de rehabilitación que lo obligó a adaptarse a una nueva realidad.
El incidente no solo truncó su carrera futbolística, sino que también lo sumió en una profunda depresión. Sin embargo, con el apoyo de su familia y amigos, Cáceres logró sobreponerse y se convirtió en un ejemplo de superación. Su historia de lucha y resiliencia conmovió al país y le valió el reconocimiento de la sociedad.
La relación con Raquel Candia y los interrogantes sin resolver
Raquel Candia, conocida como “Kelly”, era la pareja de Cáceres desde hacía varios años. Si bien la familia de la fallecida ha deslizado la posibilidad de episodios de violencia de género en el pasado, hasta el momento no existen denuncias previas ni indicios concretos que respalden esta versión. Los vecinos del edificio donde residía la pareja tampoco han aportado información que confirme la existencia de conflictos o agresiones.
La investigación continúa su curso y se espera que las pericias a los teléfonos celulares y las declaraciones de testigos permitan reconstruir los hechos con mayor precisión. Mientras tanto, la muerte de Raquel Candia continúa rodeada de un halo de misterio que solo el avance de la investigación podrá disipar.
El caso ha reabierto el debate sobre la violencia de género y la importancia de la atención a las víctimas. Organizaciones feministas han expresado su preocupación por la posibilidad de que se trate de un femicidio encubierto y han pedido a la justicia que investigue el caso con perspectiva de género. Sin embargo, es fundamental esperar los resultados de las pericias y las pruebas recolectadas antes de emitir conclusiones definitivas.
Un futuro incierto
La tragedia que envuelve la muerte de Raquel Candia deja un panorama desolador para Fernando Cáceres. El exfutbolista, quien ya había enfrentado una dura batalla por su vida tras el asalto que lo dejó discapacitado, ahora debe afrontar la pérdida de su pareja en circunstancias traumáticas. El proceso judicial en curso determinará si se trató de un accidente, un suicidio o un femicidio, pero independientemente del resultado, la vida de Cáceres ha sufrido un nuevo golpe devastador.
Más allá del caso específico, la muerte de Candia pone de manifiesto la necesidad de una mayor atención a la salud mental y a la prevención del suicidio. En un país con altas tasas de suicidios, es fundamental promover políticas públicas que faciliten el acceso a la atención psicológica y brinden apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad. La tragedia de Raquel Candia debe servir como un llamado de atención para abordar esta problemática con la seriedad y la urgencia que merece.