Roberto Dromi, el reconocido abogado y exministro de Obras Públicas durante el gobierno de Carlos Menem, falleció a los 79 años. Su deceso, ocurrido el sábado por la noche en su domicilio, consternó al ámbito político y jurídico argentino. Dromi, reconocido por ser el arquitecto jurídico de las privatizaciones de la década del 90, dejó una huella imborrable en la historia económica y política del país.
El artífice de las privatizaciones menemistas
Durante su gestión como ministro de Obras Públicas, entre julio de 1989 y enero de 1991, Dromi impulsó la Ley 23.696 de Reforma del Estado, el marco legal que posibilitó la privatización de empresas estatales en sectores clave como las telecomunicaciones (ENTEL), energía (Gas del Estado, SEGBA), agua y ferrocarriles. Su frase icónica, pronunciada junto al presidente Menem, “Nada de lo que deba ser del Estado seguirá en manos del Estado”, quedó grabada en la memoria colectiva, reflejando la radical transformación que se proponía.
Más allá de la controversia que generaron las privatizaciones, su impacto en la economía argentina es innegable. Si bien se argumenta que la falta de planificación y la corrupción generaron un desequilibrio económico a largo plazo, también hubo un corto periodo de expansión de la inversión y la modernización de algunos sectores. Dromi siempre defendió su gestión, argumentando que se realizó para modernizar la economía y atraer capital extranjero, aunque reconoció que algunos aspectos podían haberse hecho de una mejor manera.
La figura de Dromi es compleja, sus acciones como funcionario público generaron debates a lo largo de décadas. Muchos lo consideraron un agente esencial del cambio económico que sufrió Argentina en los años 90, mientras otros lo criticaron por la falta de transparencia y las denuncias de corrupción que se le imputaron. Es cierto que sus detractores lo acusan de ser un símbolo de los excesos y las malas prácticas de la época. Por lo cual su legado se presenta como un debate continuo, sin un punto final.
Más allá del menemismo: Asesoramiento a diferentes gobiernos
La influencia de Dromi trascendió el gobierno de Menem. Su expertise en derecho administrativo y regulación lo convirtió en un asesor clave para diferentes gobiernos, incluyendo los de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Irónicamente, su asesoría se extendió incluso a aquellos que habían criticado la política de privatizaciones que él mismo había impulsado. Trabajó para ambos lados del espectro político, participando en privatizaciones y re-estatizaciones. Un rol polifacético que alimenta el debate sobre su verdadera postura ideológica.
Uno de los casos más relevantes fue su participación en el proceso de reestatización de YPF en 2012. Si bien no fue el actor principal, su asesoría al entonces ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en una suerte de “privatización híbrida” de la empresa, indica su capacidad para navegar y adaptarse a diferentes ideologías en el poder.
Su consultora, DYSAN, lo mantuvo como referente en negociaciones complejas con el Estado, abarcando temas como las millonarias ventas de gas licuado de Gas Natural Fenosa a Enarsa. Su trabajo silencioso pero profundo en la renegociación de contratos energéticos durante los gobiernos K también debe considerarse como parte de su legado.
El legado de Dromi en el contexto del gobierno de Milei
La llegada de Javier Milei a la presidencia en 2023 añadió un nuevo capítulo a la trayectoria de Dromi. El anuncio de Milei de privatizar empresas estatales como YPF y los medios públicos generó que Dromi le hiciera llegar un paper con recomendaciones sobre las nuevas regulaciones contractuales. Esto muestra que hasta sus últimos días, Dromi continuaba actuando como un actor relevante en las decisiones de política económica y estado del país.
Si bien Dromi ya no estaba involucrado directamente en el gobierno, su visión y su experiencia en privatizaciones claramente influyeron en las políticas del gobierno de Milei. La rápida concreción de la venta de Belgrano Cargas, una línea ferroviaria que Menem había intentado sin éxito privatizar, parece corroborar esta afirmación.
La muerte de Dromi deja un vacío en el ámbito de la regulación y las políticas económicas en Argentina. Su controvertido legado despierta análisis e interpretaciones que van desde su ingenio jurídico y capacidad para resolver problemas, hasta las cuestionadas consecuencias que dejó su gestión menemista y las sospechas de corrupción. Un personaje complejo que marcó una época en el país.
Por Diego Cabot. Periodista especializado en temas políticos y económicos con amplia experiencia en la investigación de hechos relevantes. Su estilo de redacción es preciso, analítico y objetivo, enfocado en brindar información completa y contextualizada.