El mundo de la música está de luto por la partida de Colin “Smiley” Petersen, el baterista original de los Bee Gees, quien falleció a los 78 años. La triste noticia fue anunciada el lunes 18 de noviembre a través de la página oficial de Facebook de “Best of the Bee Gees”, un espectáculo tributo a la icónica banda.
El comunicado, con un tono emotivo y nostálgico, expresaba el profundo pesar por la pérdida de Petersen y destacaba su aporte al grupo: “Con gran pesar anunciamos el fallecimiento de nuestro querido amigo Colin ‘Smiley’ Petersen. Él enriqueció nuestras vidas y unió a nuestro grupo con amor, cuidado y respeto. No sé cómo podríamos seguir adelante sin su sonrisa radiante y su profunda amistad. Te amamos, coronel. Descansa en paz.” El mensaje resumía la estrecha conexión y el cariño que existía entre Petersen y el grupo tributo, incluso décadas después de su participación en los Bee Gees.
Una Trayectoria Musical Insignia
Colin Petersen se unió a los Bee Gees en 1966, cuando los hermanos Gibb se mudaron a Londres con el sueño de conquistar la escena musical internacional. Su contribución fue esencial en la formación del sonido característico de la banda durante sus años iniciales. Formó parte de la grabación de cuatro álbumes, consolidando su posición como pilar fundamental en la creación de éxitos inolvidables como “Massachusetts”, “To Love Somebody”, y “Words”.
La huella de Petersen en la discografía de los Bee Gees es innegable. Sus ritmos precisos y su capacidad para adaptarse a la estética musical de la banda marcaron un hito para la agrupación. El trabajo conjunto y la espontaneidad musical del grupo en estudio son puntos importantes para destacar acerca del aporte de Colin a los Bee Gees. Su trabajo en conjunto en las grabaciones generó una cohesión que se traduce en una personalidad propia en la música del grupo.
Más Allá de la Batería: La Vida de Colin “Smiley” Petersen
Antes de su consagración como músico, Petersen tuvo una corta, pero significativa carrera como actor infantil. Su papel en la película australiana “Smiley” (1956), junto a Sir Ralph Richardson, le valió el apodo que lo acompañaría durante toda su vida. Curiosamente, asistió a la misma escuela que los hermanos Gibb, aunque no coincidieron en el mismo período.
Tras su experiencia en el cine, Petersen se trasladó a Inglaterra con la esperanza de consolidar una carrera en la industria cinematográfica. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él y la vida musical lo encontraría pronto. Fue en Inglaterra donde se reunió con los Bee Gees, un encuentro casual que marcó el curso de su vida y carrera.
En una entrevista de 2022 con el podcast “The Strange Brew Podcast”, Petersen reflexionó sobre su trayectoria y cómo fue formar parte de un grupo musical tan representativo: “No era el baterista más hábil técnicamente, pero creo que a veces menos es más. Cuando estás limitado, tienes que ser creativo, como Chuck Berry, que hizo magia con solo unos pocos acordes. Para mí, siempre se trató de servir a la canción.” Esta modestia y capacidad para encontrar la armonía en lo simple destacan la genialidad de un artista que comprendía el significado colectivo del trabajo musical.
Petersen describió la forma de trabajo de los Bee Gees, caracterizada por la creación in situ y la grabación en conjunto de sus partes musicales. Él mismo comenta que las improvisaciones y la experimentación con ritmos y tempos eran una parte orgánica del proceso creativo: “A menudo íbamos al estudio sin una canción, lo que me daba la oportunidad de experimentar con tempos y ritmos. Esos temas tenían una verdadera espontaneidad porque trabajábamos en ellos como grupo. Nunca grabamos nuestras partes por separado, lo hacíamos todo juntos, y la orquesta entraba después.”
Un Legado que Perdura
Tras su partida de los Bee Gees en 1969, Petersen continuó su carrera musical. Formó la banda “Humpy Bong” junto a Jonathan Kelly, otro ex miembro de los Bee Gees, una asociación que duró hasta 1970. Luego, se dedicó a trabajar como productor y manager en Australia, donde formó una familia.
En años recientes, Petersen regresó a los escenarios como parte del espectáculo tributo “Best of the Bee Gees”. Aunque inicialmente mostró reticencia a volver a ese universo, la experiencia y la reacción del público lo convencieron. En 2022, describió este retorno al escenario como muy positivo, destacando la calidad del espectáculo y la energía del equipo.
La muerte de Colin “Smiley” Petersen se suma a la pérdida de otros miembros clave de la banda de los Bee Gees en las últimas décadas: Robin Gibb (2012) y Maurice Gibb (2003). Barry Gibb, el único miembro sobreviviente, continúa su legado musical. La pérdida de Petersen deja un vacío en el universo de la banda, pero su contribución musical permanece imborrable.
Su impacto en la música trascendió sus años con los Bee Gees, influyendo en generaciones de músicos. El recuerdo de Smiley Petersen se mantiene vivo no sólo a través de las canciones icónicas de los Bee Gees, sino también en la memoria de aquellos que tuvieron el honor de compartir su música y su amistad.