El primer año de Javier Milei en la presidencia argentina ha sido un torbellino de medidas disruptivas, promesas audaces y resultados mixtos. A un año de su asunción, la inflación, el principal enemigo declarado, ha sido domada, aunque a un costo social significativo. El dólar, tras una fuerte devaluación inicial, se ha estabilizado, pero la incertidumbre sobre el crecimiento económico persiste, generando dudas sobre la sostenibilidad del modelo a largo plazo.
La inflación domada: un triunfo con costos
Objetivo cumplido. La inflación, que llegó a picos del 25% mensual a fines de 2023, ha descendido a niveles cercanos al 3%. El ajuste fiscal draconiano, la devaluación inicial del peso y el posterior crawling peg del 2% mensual, junto con el freno a la emisión monetaria, han logrado contener la escalada de precios. Sin embargo, este logro se ha alcanzado con un alto costo social: aumento de la pobreza, caída del salario real y una contracción del PBI superior al 3% en 2024.
El gráfico muestra la evolución de la inflación durante el primer año de gestión de Milei. Se observa un pico en diciembre de 2023, seguido de una tendencia decreciente a lo largo de 2024.
El dólar: estabilidad en medio de la tormenta
Tras una devaluación inicial que llevó el dólar oficial a $600 y el paralelo por encima de los $1000, el gobierno logró estabilizar el tipo de cambio. La decisión de intervenir en el mercado de contado con liquidación (CCL) para absorber pesos emitidos y el cierre de las “canillas” de emisión monetaria contribuyeron a la baja del dólar paralelo, que cerró el año en torno a los $1050. Sin embargo, este “atraso cambiario” preocupa a economistas, que advierten sobre su impacto negativo en las exportaciones y el crecimiento económico.
La deuda pública: un desafío persistente
La deuda pública argentina, un problema crónico, continúa siendo un desafío para la gestión de Milei. La transferencia de pasivos del Banco Central al Tesoro Nacional, si bien permitió un saneamiento de la autoridad monetaria, elevó la deuda total a más de U$S 460.000 millones. Las negociaciones con el FMI para un nuevo acuerdo que refinancie la deuda y otorgue fondos frescos para la salida del cepo son cruciales, pero aún no se han concretado. El FMI se muestra reticente a financiar la liberalización del mercado cambiario sin garantías de que no se repetirá la fuga de capitales ocurrida en gestiones anteriores.
Impacto social: la otra cara del ajuste
El ajuste implementado por Milei ha tenido un fuerte impacto en la sociedad argentina. La pobreza se ha disparado al 53%, el desempleo ha aumentado y el salario real ha caído. Si bien el gobierno ha expandido la ayuda social a través de planes asistenciales, eliminando intermediarios, las consecuencias del ajuste son innegables. La pregunta clave es si la estabilidad macroeconómica alcanzada se traducirá en una mejora en los indicadores sociales en el corto plazo, especialmente en un año electoral clave como el 2025.
¿Crecimiento o estancamiento? La gran incógnita
A pesar de la desinflación y la estabilidad cambiaria, la economía argentina se contrajo en 2024. La incertidumbre sobre el crecimiento económico es la gran incógnita para el futuro. El gobierno apuesta a que la baja de la inflación y el saneamiento de las cuentas públicas atraigan inversiones y reactiven la economía en 2025. Sin embargo, la falta de un acuerdo con el FMI, el atraso cambiario y el deterioro social plantean serios desafíos para el despegue económico. El éxito del modelo de Milei dependerá, en gran medida, de su capacidad para generar crecimiento sostenible y mejorar las condiciones de vida de la población.