El primer año de Javier Milei en la presidencia argentina ha estado marcado por profundas transformaciones económicas, un Congreso dominado desde la minoría y una oposición fragmentada que lucha por encontrar un rumbo unificado. A un año de las elecciones legislativas, el escenario político se presenta complejo y con final abierto, donde la capacidad de Milei para sostener su base de apoyo y la habilidad de la oposición para rearticularse definirán el futuro del país.
Un ajuste con impacto social profundo
Milei implementó un programa de ajuste económico drástico, con recortes en áreas clave como salud, educación y jubilaciones, generando un fuerte impacto social. Si bien la inflación ha disminuido, el costo social ha sido alto, con un aumento de la pobreza y la desigualdad. La pregunta clave es: ¿hasta cuándo la sociedad tolerará este ajuste a la espera de mejoras económicas tangibles?
Analistas como Cristian Buttié señalan que Milei ha logrado fidelizar una base de apoyo que relativiza el daño social del ajuste, gracias a una estrategia de polarización con Cristina Fernández de Kirchner. Esta polarización, sumada a la fragmentación de la oposición, le ha permitido a Milei consolidar su liderazgo y controlar la agenda política.
Sin embargo, la consultora Paola Zuban advierte que esta fortaleza es precaria. Si bien la desaceleración de la inflación, la fragmentación opositora y la narrativa oficialista que culpa al pasado por los problemas actuales le han dado una ventaja a Milei, existen límites en su agenda. Zuban señala que valores como la educación y salud públicas, y el rol del Estado, aún tienen un fuerte consenso en la sociedad argentina, y Milei podría encontrar resistencia si avanza demasiado en su agenda liberal.
Victorias legislativas desde la minoría
A pesar de su discurso anti-Congreso, Milei ha logrado importantes victorias legislativas, incluyendo la aprobación de la Ley Bases y la Boleta Única de Papel. Su capacidad para dividir a la oposición y negociar con sectores clave del PRO y los bloques federales le ha permitido controlar la agenda legislativa desde la minoría.
El oficialismo logró bloquear leyes que amenazaban su plan de déficit cero, como la movilidad jubilatoria y el presupuesto universitario, y blindó decretos polémicos como el DNU 70/23, que desreguló la economía. Sin embargo, también sufrió derrotas, como la derogación del DNU 656/24, que aumentaba los fondos reservados para la inteligencia.
La estrategia de Milei de gobernar por decreto, modificando normas a través de DNU, ha generado tensiones con la oposición, que intentó sin éxito limitar esta práctica. La falta de diálogo y la confrontación permanente con el Congreso han sido una constante en su primer año de gestión.
¿Una oposición fragmentada o en proceso de rearticulación?
La oposición se encuentra dividida y sin un liderazgo claro. Unión por la Patria se ha plantado en una oposición frontal, mientras que Juntos por el Cambio ha mostrado una postura más ambigua, con el PRO como aliado circunstancial de Milei en algunas votaciones.
Esta fragmentación ha beneficiado a Milei, pero analistas como Marina Llao advierten que la centralidad de Cristina Kirchner podría obligar al PRO a converger con sectores de la UCR y La Libertad Avanza en un proceso de “fagocitación” para construir una alternativa de poder. La incógnita es si la oposición logrará superar sus diferencias y articular un proyecto común para las elecciones de 2025.
El futuro político de Milei y las proyecciones electorales para 2025 dependerán de varios factores: su capacidad para sostener la baja de la inflación y generar mejoras económicas que impacten en la sociedad, la habilidad de la oposición para unirse y presentar una alternativa viable, y el rol que jueguen los gobernadores en el armado político.
El desafío de la gobernabilidad
El primer año de Milei ha demostrado que puede gobernar con una minoría parlamentaria, pero la gobernabilidad a largo plazo requiere de acuerdos y consensos más amplios. La confrontación permanente y la falta de diálogo con la oposición podrían generar inestabilidad política y dificultar la implementación de sus reformas.
La sociedad argentina se encuentra expectante ante los resultados del ajuste económico. Si bien Milei ha logrado una baja en la inflación, el costo social ha sido alto, y la paciencia de la sociedad podría tener un límite. Las elecciones legislativas de 2025 serán una prueba de fuego para el gobierno y la oposición, y definirán el rumbo del país en los próximos años.