¡Milei en el Polo Científico! ¡Se armó la gorda! El presidente, conocido por sus recortes al Conicet y su amor por la motosierra presupuestaria, se paseó por el templo de la ciencia argentina para hablar de… ¡Inteligencia Artificial! ¿En serio? Parece un chiste, pero no lo es. Mientras los científicos lo recibían con carteles de repudio y acusaciones de cinismo, Milei les prometía a los empresarios un paraíso de desregulación y tierras patagónicas para instalar servidores. ¿Será este el futuro de la ciencia argentina? ¡Prepárense para el show!
Milei: El Mesías de la IA (Según Él)
Con su habitual estilo provocador, Milei pintó un futuro brillante para la IA en Argentina. Un futuro donde las empresas privadas, regadas con dólares y hectáreas, liderarían una revolución tecnológica sin precedentes. Claro, siempre y cuando el “malvado” Estado no se meta en el medio. Para Milei, la IA es la clave para el progreso, y los científicos… bueno, parecen ser un obstáculo menor en su camino al paraíso libertario.
“No necesitamos científicos llorones, necesitamos empresarios con visión”, declaró Milei (probablemente).
El presidente hasta se jactó de haber ganado las elecciones gracias a la IA, o mejor dicho, gracias a las imágenes que sus seguidores creaban con ella. Parece que las redes sociales y los memes son más importantes que la investigación científica para el líder de La Libertad Avanza. ¿Quién necesita estudios y papers cuando se tienen bots y emojis?
Pero no todo fue color de rosa en la visita de Milei. Los científicos, esos “ñoños” que se dedican a investigar en lugar de hacer negocios, no se quedaron callados. Acusaron al presidente de cinismo, de desfinanciar la ciencia y de trivializar su trabajo. ¡Hasta lo tildaron de bravucón por entrar por la cochera para evitar las protestas! Parece que Milei no es tan valiente cuando se enfrenta a la realidad.
Científicos: “¡Milei, nos estás vaciando!”
Nuria Giniger, investigadora del Conicet, no se guardó nada: “Milei nos tiene miedo”. Y la verdad, viendo cómo esquivó a los manifestantes, no podemos culparla por pensarlo. Para los científicos, la visita de Milei fue una provocación, una bofetada en la cara después de los recortes, los despidos y el destrato constante.
Ana Franchi, exdirectora del Conicet, fue aún más allá y denunció un “maltrato” sistemático a la comunidad científica. Desfinanciamiento, despidos, destrato verbal… parece que Milei le declaró la guerra a la ciencia. ¿Será que la considera una amenaza para su ideología?
Y no solo las figuras destacadas alzaron la voz. Los trabajadores del Conicet emitieron un comunicado de repudio y desplegaron carteles contra Milei y su jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Exigieron renovación de contratos, recomposición salarial y, sobre todo, respeto por su trabajo. Parece que a Milei se le olvidó que sin científicos, no hay desarrollo, ni innovación, ni siquiera inteligencia artificial.
¿El Fin de la Ciencia Argentina?
Con Milei al mando, el futuro de la ciencia en Argentina es incierto, por no decir sombrío. Su apuesta por la desregulación y la privatización deja a los científicos a la deriva, sin recursos ni apoyo estatal. ¿Será que el conocimiento científico no tiene valor en el nuevo modelo económico de Milei? ¿O será que simplemente no le importa?
Mientras tanto, los empresarios se frotan las manos con las promesas de Milei. Tierras, energía y cero regulaciones… ¿Suena a un paraíso para las multinacionales, no? Pero, ¿a qué costo? ¿A costa del desarrollo científico nacional? ¿A costa de la soberanía tecnológica? Son preguntas que Milei parece no querer responder.
El debate está abierto. ¿Es Milei un visionario que llevará a Argentina a la vanguardia de la tecnología, o un destructor que está desmantelando el sistema científico nacional? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: la polémica está servida, y Amarillo “Polémica” Pérez estará aquí para contársela.
La comunidad científica, por su parte, deberá decidir cómo responder a este nuevo escenario. ¿Resistir y luchar por la supervivencia de la ciencia pública, o adaptarse al modelo privatizador de Milei? La decisión no será fácil, pero el futuro de la ciencia argentina depende de ella.